Bella y conmovedora versión del Salve Regina realizada en cuarentena
Salve Regina es seguramente la más célebre de las cuatro antífonas del Breviario dedicadas a la Virgen (las otras tres son Alma Redemptoris Mater, Ave Regina Coelorum y Regina Coeli). Se reza desde las primeras vísperas de la Fiesta de la Santísima Trinidad (primer domingo después de Pentecostés) hasta la hora nona del sábado antes del Adviento, además de recitarse o cantarse habitualmente al término del Santo Rosario y en una gran cantidad de otras ocasiones.
Su autoría ha sido atribuida a diversos personajes como San Bernardo de Claraval o Petrus de Monsoro, obispo de Compostela. Hoy por hoy se atribuye generalmente al beato Hermann von Reichenau.
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Tal como anticipáramos hace mes y medio, la gente de Canto Católico, fundación dedicada a “proclamar el Evangelio de Cristo y su Iglesia a los fieles y hombres de buena voluntad mediante el rescate, renovación y fomento de la música católica”, estaba preparando una nueva versión de la célebre antífona. La semana pasada, finalmente, el resultado vio la luz a través de su página de internet y su canal de youtube.
Nos hemos encontrado con una muy bella y conmovedora versión del Salve Regina que comienza con solista soprano, quien interpreta la mitad del texto (el saludo inicial y la presentación de la súplica: Salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra, ¡Salve! A ti clamamos los desterrados hijos de Eva. A ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas…). A ella se suma luego el coro reinterpretando el ya citado texto y continuando con la petición central (Ea pues, señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos, y después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre) y la coda final (Oh, clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María).
Esta nueva versión fue preparada con las grabaciones que los cantantes han realizado en sus hogares durante la cuarentena. Cuenta con cuatrocientos cincuenta voces oriundas de treinta y tres países diferentes. El video, a su vez, es ornado con tomas hogareñas, también de orígenes diversos.
Los arreglos son de Juan Pablo Rojas, quien declaró al respecto: “El Salve Regina nos ha parecido especialmente apropiada para la hora que está atravesando la humanidad debido al Coronavirus: estamos en un verdadero valle de lágrimas, que nos hace exclamar desde lo hondo: “Abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos”. Si acaso este canto, interpretado por creyentes de todo el mundo, logra conmover a nuestra Madre, la Virgen María, sabremos que podremos obtener lo que pedimos: “después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre”. (…) Pidamos a María que dirija su mirada misericordiosa hacia la angustia de tantos hermanos, y que el Señor nos conceda todas las gracias que le solicitamos a su Santa Madre mediante esta humilde súplica.”
Como podrá notar el oyente, y también lo señala el arreglista, el tempo escogido es más lento del habitual, lo cual permitió enfatizar mejor los matices de dolor y de recogimiento del texto, logrando canalizar la aflicción hacia lo alto. En cuanto a la armonización (el arreglo es para coro mixto y sus habituales cuatro voces) nos encontramos con un trabajo original, en el que –a diferencia de otras versiones– se busca recurrir frecuentemente a acordes menores, en consonancia con lo dicho renglones arriba.
La referencia al gregoriano original no ha sido olvidada, sino que se manifiesta en la irregularidad del pulso –que no se ciñe a una métrica extrínseca, sino a la naturalidad del canto humano y su respiración– y además en el uso del unísono tanto al comienzo de la antífona como al final de la mayoría de sus versos.