Antes de los barquillos, el helado se servía en un vasito de vidrio, que después de enjuagarse pasaba al cliente siguiente
Aunque ahora nos parezca un imprescindible del verano, en realidad el helado es un invento bastante reciente, pues hasta el siglo XVIII no existía la tecnología necesaria para confeccionarlos.
Hasta entonces, los helados eran un bien de lujo que sólo se encontraban en las cortes reales, y se parecían más a nuestros granizados y sorbetes.
En el momento en el que se inventa máquina refrigerante, el problema de la producción en masa estaba resuelto, pero entonces surgió otro problema: cómo transportarlo para su consumo individual.
Durante más de cien años, el helado se siguió reservando para su consumo en locales selectos, o cremerías.
A principios del siglo XX, por fin, surgen los primeros carritos de helados y su consumo empieza a popularizarse.
Vasitos de vidrio
Pero susbistía el problema del transporte individual: la solución adoptada en un principio era la producción de vasitos de vidrio – en Inglaterra se les llamaba penny lick, porque costaban un penique – que después de ser lamidos por un cliente, se lavaban en el momento y pasaban al siguiente usuario, como explica Robin Weir, autor de Penny Licks and Hokey Pokey, Ice Cream Before the Cone.
Sin embargo, los penny lick (y soluciones parecidas usadas en otros lugares de Europa) fueron acusados de ser una potentísima fuente de contagio durante las epidemias de cólera y tuberculosis.
Antes o después, las autoridades fueron prohibiendo los vasos de vidrio, especialmente durante la pandemia de gripe española de 1919.
El barquillo
Hacia mediados de los años 20, prácticamente en toda Europa se hizo obligatorio el uso de copas monouso hechas de barquillo, que aunque existían desde 1903, no eran muy del gusto de los heladeros por su fragilidad.
En este caso, fue la ley la que obligó a los heladeros a conformarse con los conos de barquillo, dando origen al helado que hoy conocemos.
¡Y es que en medio de la tragedia, a veces las pandemias también ofrecen inesperados avances!
Traducido y adaptado para el público español por Aleteia. Aquí el artículo original