El Fondo Jesús Divino Trabajador, la solidaridad contrapuesta a usureros o mafiosos que se aprovechan de las familias o de las pequeñas empresas en dificultad prestando dinero a intereses insostenibles. El Pontífice en Roma reafirma la dignidad del trabajo. El papa Francisco lanzó un fondo de ayuda económica dirigido a las personas, especialmente familias, golpeadas por la crisis económica debido a la pandemia en su diócesis, Roma. Así, en una primera etapa asignó un millón de euros que gestionará la Cáritas diocesana.
La iniciativa del Papa se da a conocer un día después de que el procurador nacional anti-mafia en Italia, Federico Cafiero de Raho, afirmara que existe el riesgo, en estos momentos difíciles, de que las mafias logren infiltrarse aún más en la economía sana, por ejemplo en el sector turístico, bares, restaurantes, hoteles y otras actividades.
Un efecto inmediato del cierre de negocios y lugares públicos por el confinamiento obligatorio por coronavirus ha sido la perdida de puestos de trabajo. Muchas familias en Roma tocan hoy a la puerta de sus parroquias o de varios entes benéficos en busca de ayuda para pagar recibos de gas y de electricidad o simplemente alimentos básicos para la supervivencia.
Padres y madres de familia desesperados que son presas fáciles de agiotistas o prestamos con intereses insostenibles (Il Corriere della Sera 22.05.2020).
En este contexto, el Papa escribió a su vicario en Roma, el cardenal Angelo de Donatis, para informarle de la institución del Fondo Jesús Divino Trabajador.
El procurador anti mafia dijo en una entrevista a RAI radio1 que los mafiosos llegan “con bolsas llenas de billetes para hacer compras” a varias ciudades italianas. “Las mafias aprovechan las dificultades de las empresas al esconderse dentro de ellas”. Los mafiosos usan esa liquidez para “la usura”.
Asimismo, el Obispo de Roma propuso un año ‘sabático’, en el cual se perdonan las deudas, se desiste en disputas, y se pide solo el dinero prestado o según la capacidad del deudor y no del mercado.
Una ayuda destinada “para quienes corren el riesgo de quedar excluidos de la protección institucional y necesitan apoyo para acompañarlos, hasta que puedan volver a caminar de forma autónoma”, escribió Francisco en una misiva firmada el 8 de junio de 2020.
Trabajadores
Francisco abraza la dificultad de un “gran número de trabajadores jornaleros y temporales”, personas que “tienen contratos de duración determinada no renovados”, o “pagados por hora, a los pasantes, a los trabajadores domésticos, a los pequeños empresarios, a los trabajadores autónomos, especialmente a los de los sectores más afectados y sus industrias conexas”.
Muchos son padres y madres que se esfuerzan por poner la mesa para sus hijos y garantizarles el mínimo necesario”, afirmó Francisco.
Para ellos, y no sólo para ellos, nace el Fondo Jesús Obrero Divino, al que todos están llamados a contribuir, empezando por las instituciones.
“Me gusta pensar que podría convertirse en la ocasión de una verdadera alianza para Roma en la que todos, por su parte, se sientan protagonistas del renacimiento de nuestra comunidad después de la crisis”.
Solidaridad
El Papa ha abierto el camino para que la solidaridad sea una cuestión común en estos tiempos de crisis: “Este Fondo quiere ser un signo capaz de instar a todas las personas de buena voluntad a que ofrezcan un gesto concreto de inclusión, especialmente hacia aquellos que buscan consuelo, esperanza y reconocimiento de sus derechos.
Por lo tanto, invito a todas las instituciones y a nuestros conciudadanos a compartir generosamente lo que tienen a su disposición en este tiempo extraordinario y necesitado”.
Una llamada a los buenos corazones de todos los romanos para “considerar en este momento difícil una oportunidad de compartir no solo lo superfluo”.
El Pontífice sigue apelando a los sacerdotes para que sean “los primeros en contribuir al Fondo” y se conviertan en “entusiastas partidarios de compartir en sus comunidades”.
Comunidad
En su carta, el Papa manifestó también su gozo a Dios por todas las manifestaciones no pasajeras de generosidad y afecto entre la gente en Roma; desde los cantos en los balcones hasta la gratitud demostrada al personal sanitario durante la crisis del COVID-19.
Vemos que tanta gente pide ayuda, y parece que “los cinco panes y los dos peces” no son suficientes. Sin embargo, sólo puedo notar con alegría los signos de vitalidad de nuestra Iglesia en Roma y de toda la ciudad”, escribió el Obispo de Roma.
Romper la soledad
“Esto queda demostrado por el gran número de personas que en estos días se han arremangado para ayudar y apoyar a los débiles; así como el aumento de las donaciones a los que trabajan para los enfermos y los pobres; y las diversas manifestaciones que han visto a los romanos mirando por ventanas y balcones para aplaudir a los médicos y trabajadores de la salud, cantando y jugando, creando comunidad y rompiendo la soledad que socava el corazón de muchos de nosotros.
Estas no son manifestaciones o actitudes extemporáneas – reflexiona – fruto no sólo de la emoción: los ciudadanos romanos tienen un deseo de comunidad y participación y nos piden que trabajemos juntos, unidos, por el bien común”.
Año sabático: perdonar deudas
Francisco afirmó que le gustaría ver florecer en la ciudad la solidaridad “de al lado”, hecha de acciones que recuerden las actitudes del año sabático, en el que se perdonan las deudas, se abandonan las disputas, se pide la compensación según la capacidad del deudor y no del mercado”.
Por su parte, el cardenal De Donatis afirmó que está “profundamente agradecido al Santo Padre por la institución del Fondo Diocesano Jesús Obrero Divino, para recordar “la dignidad del trabajo” y apoyar a todos aquellos que perdieron sus empleos durante la pandemia.
La carta muestra todo el amor y la preocupación que nuestro Obispo nunca deja de mostrar hacia los hombres y mujeres de nuestra ciudad”, afirmó el vicario del Papa en la ciudad eterna.
“Estoy seguro de que junto con las instituciones – empezando por la Región del Lacio y la Capital de Roma – “cada uno por su parte”, responderemos todos unidos y comprometidos a crear “una verdadera alianza para Roma”, para ser “protagonistas del renacimiento de nuestra comunidad después de la crisis”.
Desde el inicio de la crisis sanitaria, Francisco ha donado respiradores, ambulancias y equipamientos médicos a sin techo, diócesis y hospitales de Italia, España y República Centroafricana.