¡Cuántas problemas surgen de comentarios políticos en grupos de WhatsApp!
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En tiempos de polarización política, aumentan las discusiones en grupos de amigos y familiares, generando problemas y malestar.
De repente, te das cuenta que ese pariente, en determinado tema, es tu adversario. Es decir, en el campo de las ideas, él piensa completamente diferente a ti.
Frente a eso, ¿cómo podemos actuar?
Podemos encontrar luz en un precioso fragmento de un importante documento de la Iglesia católica. Puede inspirarnos para lidiar con las peleas que surgen por ejemplo en grupos de WhatsApp.
Se trata de la Constitución Pastoral Gaudium et Spes (sobre la Iglesia en el mundo actual), donde el número 28 habla del “respeto y el amor a los adversarios”.
Respeto y amor a los adversarios
Quienes sienten u obran de modo distinto al nuestro en materia social, política e incluso religiosa, deben ser también objeto de nuestro respeto y amor. Cuanto más humana y caritativa sea nuestra comprensión íntima de su manera de sentir, mayor será la facilidad para establecer con ellos el diálogo.
Esta caridad y esta benignidad en modo alguno deben convertirse en indiferencia ante la verdad y el bien. Más aún, la propia caridad exige el anuncio a todos los hombres de la verdad saludable. Pero es necesario distinguir entre el error, que siempre debe ser rechazado, y el hombre que yerra, el cual conserva la dignidad de la persona incluso cuando está desviado por ideas falsas o insuficientes en materia religiosa. Dios es el único juez y escrutador del corazón humano. Por ello, nos prohíbe juzgar la culpabilidad interna de los demás.
La doctrina de Cristo pide también que perdonemos las injurias. El precepto del amor se extiende a todos los enemigos. Es el mandamiento de la Nueva Ley: «Habéis oído que se dijo: “Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo”. Pero yo os digo : “Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian y orad por lo que os persiguen y calumnian”» (Mt 5,43-44).