El cappuccino, una mezcla de espresso y espuma de leche al vapor, es probablemente una de las bebidas de café más famosas del mundo. Pero no muchos saben que el nombre de esta querida bebida se remonta a los frailes capuchinos, un movimiento que comenzó en la Italia durante el siglo XVI.
Fundada en 1525 por Matteo Bassi, la orden capuchina fue descendiente del movimiento franciscano que se dedicó a redescubrir los valores originales de pobreza y simplicidad que habían inspirado a san Francisco en el siglo XIII.
Los capuchinos adoptaron una sencilla túnica con capucha marrón y un cinturón de cordón blanco como vestido y -supuestamente- obtuvieron su nombre de los niños locales, que los llamaron cappuccini (el equivalente de "sudaderas con capucha"), burlándose de sus largas capuchas puntiagudas.
Hoy en día, se estima que hay 11.000 frailes capuchinos, y entre los santos capuchinos más notables hay que hacer referencia al Padre Pío de Pietrelcina.
La fecha exacta en que se usó por primera vez el término "capuchino" para describir al café es menos clara. Algunos argumentan que sus orígenes se remontan a 1680, cuando el emperador austríaco Leopoldo I contrató a un fraile capuchino, Marco D'Aviano, como confidente.
Fue entonces cuando las cafeterías vienesas comenzaron a hacer café kapuzin. Otros sostienen que el término se originó en la Italia de la década de 1930, cuando la invención de la máquina de café espresso hizo posible la versión moderna de "cappuccino".
¡De cualquier manera, es al vestido marrón y blanco de los frailes capuchinos a quien debemos el nombre de una de las bebidas de café más queridas del mundo!