Aunque lo más importante son las actitudes, comunicación y emociones en casa, la decoración puede influir positiva o negativamente en tu estado de ánimo, cosa que sin duda pudimos comprobar durante el confinamiento. Busca piezas y objetos que te brinden una sensación de calma y te ayuden a relajarte, de manera que, aunque sea por un par de minutos, te olvides de los problemas del mundo exterior.
1. Naturaleza interior
El tener muchas plantas te da una impresión de estar en el exterior, pero con intimidad. El verde le da ese toque de frescura y vida necesario al ambiente. No tienes por qué tener toda una selva, pero sí evalúa tener plantas de distintos tipos y tamaños. Además que le dan alegría al hogar, algunas también tienen propiedades medicinales (como el aloe), otras ayudan a purificar el aire y hasta puedes crear tu mini huerto para que siempre tengas hierbas frescas a la hora de cocinar.
2. Prepara tu mesa
No tiene que ser algo sumamente elaborado, pero asegúrate de tener una mesa para comer que sea cómoda y decórala (unos días puede ser simplemente poner unos individuales bonitos y otro día hasta poner unas flores del jardín o compradas). Esto te invitará a comer despacio, a disfrutar de los alimentos, a agradecer por ellos cuando hay tantos que pasan hambre, y también a convertir la mesa en un escenario para compartir tiempo de calidad en familia.
3. Espacio para orar
Hablar con Dios y la Virgen, particularmente en momentos de angustia, siempre genera paz. En esta pandemia, que no hemos podido ir a las iglesias, muchos han hecho sus pequeños altares en casa o sitios de oración. Aún cuando volvamos a la normalidad, siempre es bueno contar en casa con un refugio digno del encuentro con Dios a través de la oración ¡y libre de aparatos electrónicos!
4. Minimalismo
Esta tendencia no es sólo por pura estética. Un hogar recargado puede llegar a saturarte y además implica más tiempo y trabajo a la hora de limpiar. Simplifícate la vida y opta por objetos que sean funcionales y/o que tengan un significado sentimental para ti. Busca muebles que tengan gavetas o compartimientos ocultos, o incorpora el uso de cestas, para que no haya desorden a la vista.
5. Aromaterapia
Los olores te pueden generar recuerdos agradables o trasladarte a sitios maravillosos (como la playa o un jardín de rosas). Piensa en ese olor que te hace feliz y busca un aroma que se le parezca… puede ser desde la vainilla que usaba tu abuela para las tortas hasta una fragancia de pino que te remonte a las montañas. Un buen o mal olor te puede cambiar el ánimo completamente. Puedes comprar velas, aceites esenciales para difusores o sprays aromáticos.
6. Rinconcito feliz
Aunque la casa sea de todos, busca un espacio exclusivamente para ti, ese al que puedas acudir cuando necesites pasar tiempo a solas o hacer lo que más te guste en momentos de estrés. No necesariamente tiene que ser toda una habitación, puede ser algo tan sencillo como colocar una mecedora cerca de una ventana con una mesita y que sea tu rincón de lectura o de escuchar música con tus audífonos, por ejemplo. Esto te ayudará a sentirte presente en tu espacio y a no sentirte abrumada o extraña en tu propio hogar (esto pasa mucho cuando se tienen hijos pequeños y están los juguetes por todos lados, perdiéndose un poco el sentido de pertenencia a veces).
7. Comodidad ante todo
Quizá viste una silla espectacular en Instagram o en una tienda, pero resulta que es incomodísima. Aunque no se debe descuidar la estética, busca materiales resistentes, agradables al tacto y diseños que te hagan sentir a gusto. Que no te tengas que estar preocupando si derramaste un poco de vino o tengas un mueble que parece mas bien de exhibición porque nunca te sientas en él. Que tu casa se sienta más como un hogar y menos como un museo.
8. ¡Alegría a la vista!
Adorna tu espacio con elementos con los que te identifiques, que te recuerden tus valores y te hagan sonreír. Fotos de un viaje familiar, una obra de arte, un libro… objetos que puedas mirar e, inmediatamente, te ayuden a mejorar tu ánimo.
9. Deja entrar la luz
Busca que la luz natural bañe tu casa (si tienes persianas, que sean ligeras) y, cuando sea de noche, juega a crear ambientes con luces cálidas de distintos tipos de lámparas y/o velas según la ocasión. Por ejemplo, después de pasar todo un día pegado a la computadora trabajando, pon en la noche una iluminación tenue para descansar los ojos, un poco de música y bebe una taza de té o tu bebida favorita.