Se cumplen cinco años del viaje del papa Franciso a Paraguay, quien dejó profundas huellas en su paso por suelo guaraní. Te contamos algunas curiosidades de su estadía por este país sudamericano.
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A bordo de un vuelo de Alitalia, a las 14.54 del 10 de julio del 2015, el Aeropuerto Internacional Silvio Pettirossi, recibía a un pasajero muy particular. Por segunda vez, un Sumo Pontífice llegaba al Paraguay.
Como ya había sucedido con Juan Pablo II en mayo de 1988, la visita de Francisco fue un evento que movilizó a todo un país, en especial a los fieles católicos. Por tres días, la atención se centró en el particular huésped, quien trajo consigo un mensaje de amor y de paz.
Francisco estuvo en Paraguay del 10 al 12 de julio y en su estadía fue protagonista de varios encuentros que dejaron huellas imborrables en los fieles.
Un huésped que se sintió como en casa
El arribo de Francisco tenía como un condimento especial que se trataba el primer Papa latinoamericano de la historia, nacido en la Argentina, país que comparte con Paraguay sus fronteras y tiene un sinnúmero de coincidencias culturales.
Tanto Paraguay como Argentina, albergan a miles de ciudadanos inmigrantes que provienen de ambas naciones. En Buenos Aires, donde Jorge Mario Bergoglio sirvió durante años como obispo, existen decenas de comunidades de paraguayos, con los que le tocó compartir.
En ese tacto con las comunidades paraguayas, fue que Francisco aprendió a hablar en guaraní, degustó varias comidas típicas de Paraguay, aprendió sobre su historia y consolidó su devoción hacia la Virgen de Caacupé; a quien señala símbolo dela heroica mujer paraguaya.
Para su alimentación, Francisco pidió degustar chipa, Sopa Paraguaya y vorí vorí, alimentos tradicionales del Paraguay. Además, el Papa no perdió la oportunidad para tomar unos sorbos de mate con los fieles que lo recibieron frente a la Nunciatura.
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El cariño, la inocencia y la emoción de los niños
Francisco fue recibido en el Aeropuerto Internacional Silvio Pettirossi, Luque, con el canto de un coro integrado por niños. Rompiendo con el protocolo, uno de ellos decidió acercarse al Papa para pedirle que salude a sus compañeros.
Tras los actos protocolares, el Papa se acercó al coro y los niños, sin poder contener su emoción rompieron líneas, para fundirse en un multitudinario abrazo con Francisco, quien con una enorme sonrisa en el rostro intentó controlar la situación.
Ángel, es un niño que conmovió durante la visita de Francisco al Paraguay. La inocencia del pequeño generó una de las mejores fotos de la visita papal en suelo guaraní.
Acompañado de su gallo, llamado Felipe, el pequeño Ángel se sumó a los fieles que esperaban saludad al Papa frente a la Nunciatura en Asunción. Ante la consulta de los medios sobre su peculiar acompañante, el niño explicó que ofrendaría a su mascota, para que le cocinen un vorí vorí de gallina a Francisco, comida tradicional del Paraguay.
Finalmente, el gallo Felipe no fue sacrificado. Un tiempo después, Ángel recibió un obsequio y un agradecimiento desde El Vaticano.
Un altar con frutos de la tierra
Para la ceremonia principal oficiada por Francisco en el Parque Ñu Guasu, el artista local Koki Ruiz, se encargó de diseñar y dirigir la construcción de un enorme altar hecho con semillas y frutos de la tierra, de diferentes colores.
La obtención de la materia prima fue gracias a la contribución de campesinos de todo el país e instituciones de diversos ámbitos. El altar, fue elaborado en la ciudad de San Juan Bautista, en la compañía Tañarandy, hasta donde miles de paraguayos hicieron llegar sus aportes.
El altar de 40 metros de largo y 15 metros de alto, cobró forma con semillas de coco, maíz y varias legumbres. La obra dio un toque inigualable a la celebración y su peculiaridad despertó la atención de todo el mundo.
En comunicación con Aleteia, Koki Ruiz, recordó la experiencia de construir un altar del cual habló todo el país y que luego asombraría al mundo entero.
“Recibir el apoyo y la visita del todo el Paraguay fue único. Las personas llegaban al taller para alentarnos y firmar los cocos. Llevar la obra hasta Asunción fue un gran desafío”, recodó.
Para el artista, la experiencia de participar del encuentro de “alegría y fe” con el Papa, fue algo único. Recordó que tuvo la posibilidad de Saluda a Francisco, en lo que fue un encentro “muy emocionante”.
“Estábamos todos juntos, los que trabajamos en el retablo. Para nosotros, estar todos ahí, despidiendo al papa fue una foto maravillosa, un recuerdo muy lindo. Él nos agradeció a cada uno y resaltó el trabajo que hicimos”, recordó.
La obra, se conserva como una reliquia, por piezas en museos diseñados para albergar elementos de la visita papal, situados en la Iglesia de la Encarnación, en Asunción y en la Basílica Menor de la Virgen de Caacupé.
Un mate con los más vulnerables
Francisco no quiso perder la oportunidad de estar cerca de los más necesitados, durante su estadía en el Paraguay. En su última jornada en suelo guaraní, el Papa se trasladó hasta el Bañado Norte, de Asunción, una sufrida población.
“Estoy alegre por visitarlos a ustedes porque no podía estar en Paraguay sin estar con ustedes, en esta, su tierra”, fueron las primeras palabras del Santo Padre, al llegar a la capilla San Juan del Balado Norte.
Francisco comparó el sufrimiento de estas poblaciones – quienes deben dejar sus hogares ante cada crecida- con el padecer de José y María, “quienes tuvieron que padecer para llegar hasta Belén, para el nacimiento de Jesús”.
Tras su paso por la capilla del Bañado, Francisco se retiró del sitio por un pasillo que linda con las precarias viviendas. Ahí, el Sumo Pontífice decido romper el protocolo e ingresar a unas de las casas.
Una de las pobladoras, Asunción Giménez, alcanzó a invitar un mate (bebida caliente a base de yerba) al Papa. “Voy a tomar uno solo”, le dijo Francisco, para luego bendecirla a ella y a otras personas antes de retirarse.
El frío, la lluvia y el barro
La ceremonia central de la misión pastoral del papa Francisco en Paraguay se celebró en un predio militar en Ñu Guasu, Luque. La llegada del Papa fue precedida y acompañada por días de frío y lluvia.
El predio de la ceremonia registró una gran acumulación de agua y los files tuvieron que sortear el frío, la lluvia y el barro para poder participar de la multitudinaria misa.
Las botas de lluvia y los pilotines fueron los aliados de los fieles para lograr sortear la situación climática y las condiciones del accidentado predio. Muchas personas realizaron una extensa vigila para poder estar cerca de Francisco.
“El Señor nos dará la lluvia y la tierra dará sus frutos. Así dice el Salmo, esto estamos invitados a celebrar la misteriosa comunión entre Dios y su Pueblo”, fueron las palabras con las que Francisco inició su homilía.
En la ocasión, Francisco llamó a tener un corazón abierto para el prójimo, a la solidaridad y la hospitalidad. Francisco recordó que el Paraguay es una tierra llena de hospitalidad.
Más de un millón de personas copó el predio de la Fuerza Aérea en Ñu Guasu el 12 de julio del 2012 para la misa central y la celebración de un histórico Ángelus, transmitido para el mundo entero.
Cinco años después…
Con una maratón solidaria y auto misas, en medio de la pandemia del Covid-19, la Arquidiócesis de Asunción conmemora, este fin de semana, los cinco años la histórica visita del Papa Francisco a Paraguay.
Puedes revivir la visita aquí con más imágenes (hacer click en galería):
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