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Trabajando desde casa: ¿más productivos y menos cansados?

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Cecilia Zinicola - publicado el 13/07/20
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Se endurecen las medidas de confinamiento en algunos sitios y en otros lentamente parece que se vuelve a la “nueva normalidad”, pero hay cosas que no cambiarán rápidamente y otras que han llegado para instalarse definitivamente. Uno de los aspectos que sin duda la pandemia ha impactado especialmente, ha sido el modo de trabajar. 

Son muchos los que trabajan desde casa, y aunque para algunos la experiencia de los últimos meses ha servido para ir perfeccionándose, para otros el camino por recorrer aún se hace cada vez más duro y parece que no hay vuelta atrás.

Hay muchas ventajas como la flexibilidad horaria o el ahorrar tiempo en los traslados de un sitio a otro, pero la falta de separación entre la vida personal y profesional no nos exime de sacrificios y pone en riesgo el caer en un agotamiento mucho mayor al que tendríamos si estuviéramos trabajando en una oficina convencional.

Trabajar desde casa es algo que puede ser positivo, pero este modo de vida en el que trabajamos donde vivimos y vivimos dónde trabajamos está lleno de desafíos. Necesitamos aprender cómo hacerlo bien y no pagar el alto costo de quedar agotados, sin fuerzas o desbordados con una lista de tareas pendientes que nunca termina.


Hasta que volvamos a la oficina o cambiemos nuestro puesto, si queremos mantener la motivación y mejorar las condiciones de trabajo desde casa para sentir que avanzamos con las tareas sin terminar agotados, podemos seguir algunos consejos útiles en la búsqueda de una forma más saludable y productiva de hacer nuestro teletrabajo.

[img attachment="532623" align="aligncenter" size="full" alt="IN THOUGHT" /]

[rich_list title="Que el trabajo no sea ni lo primero ni lo último en tu día" /]

Algo que puede hacer una gran diferencia en la productividad de tu trabajo es lograr definir el tiempo que le dedicas. Aunque sea mucho y luego tengas que pasar largas horas frente al ordenador, una clave es marcar el límite para que no sea ni lo primero ni lo último de tu día.

La tentación cuando abres los ojos por la mañana es la de mirar el móvil. Es muy probable que empiecen a llegar mensajes de Whatsapp o haya correos esperándote en tu bandeja de entrada. Intenta que el trabajo no sea lo primero que hagas y prioriza otras acciones que te dispondrán mejor como lavarte la cara, hacer tu cama y coger una buena taza de café.

Si crees que no tendrás tiempo para ello levántate más temprano si es necesario, pero no dejes de hacer lo primero: una oración, leer las noticias, desayunar tranquilo, dar un corto paseo o estirar los músculos. Está comprobado que esto nos prepara mejor para una jornada laboral intensa, aunque a primera vista parezca una pérdida de tiempo. Rendirás más.

Una buena manera de activarse luego de haber pasado mucho tiempo sentado, es hacer algo para distraerse o te guste mucho y que puedes tener como motivación al finalizar tus tareas programadas para ese día, así como también moverte incorporando algo de ejercicio y enfocarte en preparar una rica cena.

La misma regla se aplica al terminar el día. No es para nada ideal acostarse con el trabajo. Desconecta con música suave o leyendo algo. Es bueno que conforme el día vaya acabando, progresivamente tu energía vaya bajando en intensidad y le envíes señales a tu cuerpo para que se predisponga al buen descanso; fundamental para sentirse mejor al día siguiente.

Luego de muchas horas de trabajo, tu cuerpo y tu mente necesitan reponerse y por más esfuerzo que hagas en seguir avanzando, será importante aprender a decir “hasta aquí” y saber gestionar las tareas para el próximo día.

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[rich_list title="Asegúrate de que haya un buen ambiente de trabajo" /]

Un ambiente que fomenta lo positivo, mejora nuestra productividad. Cuando el sitio donde tenemos que hacer nuestras tareas es un lugar agradable, sin ruidos molestos y donde se respira aire fresco, se genera una fuerza excelente y mejora nuestro desempeño.

Una clave es usar diferentes vías para romper con el estrés o la monotonía de los días malos para quitar la presión. Haz todos los cambios que creas necesarios para que tu entorno sea un lugar más feliz y saludable para trabajar.

Invierte en plantas o buenos muebles y elementos que tengas en tu espacio de trabajo. Si vas a pasar muchas horas trabajando en una silla incómoda, al final no solo terminarás con un dolor de espalda horrible sino posiblemente también deprimido. La comodidad preserva la salud, mejora la actitud y el rendimiento.


Otros de los factores que ayudan mucho a optimizar el lugar de trabajo son: la iluminación, la ventilación, la limpieza de los muebles, la calidad del aire y los mensajes que miras. Una buena técnica es dejarte mensajes positivos o una frase que te motive colgada en tu pared o en tu ordenador y que puedes ir renovando cada semana.

En esta galería encontrarás algunas ideas de Adriana Bello para tener un bonito espacio para trabajar en casa.

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Cuando nos toca estar dentro de casa tanto tiempo, el aire que respiramos es fundamental. Evita malos olores con una agradable fragancia y asegúrate que esté disponible para una buena oxigenación. Para eso puedes usar algún ambientador natural natural o incluso tener una planta con tus flores favoritas o una cafetera cerca si el aroma a café también te ayuda.

La música es una gran aliada ya que puede ayudar a levantar el ánimo, mantenernos de buen humor e incluso aumentar la moral. Una pista instrumental suave que nos ayude a concentrarnos o un ritmo más enérgico que nos “levante” al comenzar con las primeras tareas o en momentos en que sentimos que necesitamos un empujón pueden ser la llave.

Mantenerlo ordenado y limpio también es importante. Si vamos a pasar mucho tiempo trabajando, incluso es probable que hasta tengamos que comer o beber allí más de una vez. Asegúrate de ordenar tus cosas cuando termines. No será motivante tener que empezar un nuevo día con un montón de cosas apiladas en la mesa o basura acumulada.

Vale pena invertir tiempo y tal vez dinero para crear un espacio en casa que sea lo más similar posible al ambiente de trabajo en el que estás acostumbrado a trabajar. Si esto va para largo y no puedes regresar a tu lugar de antes, será clave para mantenerte productivo.

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[rich_list title="Vístete como te sientes más eficiente para el trabajo que haces" /]

Puedes estar más cómodo y es un lujo, pero no llegues al punto de descuidarte tanto que al final del día te encuentres con tu pijama puesto. Ponte algo que usarías para ir a trabajar, algo cómodo pero que te de ánimo y te predisponga mejor para el trabajo. El pijama no te inspirará mucho para moverte. Ponte zapatos y usa maquillaje si es tu costumbre.

Vestirte no solo nos ayuda a delimitar las tareas estando dentro del hogar, sino que también nos ayuda a entrar en un espacio para ser productivos: es una forma de comprometerse con lo que uno está haciendo aunque tal vez nadie nos vea. Sea lo que sea, sentirse bonito es importante porque nos estimula para conectar con otros y seguir adelante.

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No se necesita una camisa elegante y una corbata fina, pero vestirnos de un modo en particular tiene un efecto en nosotros y nos puede ayudar a enfocarnos mejor en la tarea que nos ocupa en ese momento. Puedes elegir algo conservador, pero que tenga tu toque personal, algo que diga que eres alguien vivo y no un robot con un traje puesto.

La vida de trabajar en casa nos puede hacer sentir que somos máquinas. Asegúrate de que esto no ocurra y no dejes de usar esas prendas que te gustan y que fácilmente pueden quedar escondidas en el armario. Ve cambiando, editando. Los abrigos tal vez sean algo que no tengas que usar mucho, pero puedes buscar en tu guardarropas prendas que te inspiren.


Si tienes reuniones o videollamadas, piensa que también el modo en que te presentas será importante aunque estés trabajando desde casa. Tu exterior también refleja lo que tienes dentro y aunque sea que tengas que estar solo la mayoría del tiempo, querrás hacer tu trabajo bien y llegar hasta el final sintiéndote fabuloso, aunque lleves pantuflas puestas.
Además, las personas que nos rodean en casa muchas veces por vernos allí les resulta difícil pensar que estamos trabajando.

No solo se trata de usar un espacio y un horario determinado. El tener puesta la ropa de trabajo, hace que sea más claro para ellos asociarlo con nuestra actividad y esto puede ayudar a que nos interrumpan menos y avanzar más rápido.

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