La Academia Pontificia para la Vida habla contra el acaparamiento de tratamientos médicos durante la pandemia en detrimento de las comunidades y países más pobres.
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El covid-19 ha traído tanta desolación al mundo y la Academia para la Vida del Papa pide resistir hasta la búsqueda de una vacuna y de una explicación científica completa de lo que desencadenó la catástrofe.
La Pontificia Academia para la Vida (PAV) aseguró en un documento oficial que la distribución de una vacuna, una vez que esté disponible en el futuro, deberá ser para todos, sin excepciones.
Esta exhortación desde el Vaticano, coincide con la noticia reciente de que la Universidad de Oxford encontró una vacuna que considera ‘segura’ debido a los resultados positivos en el sistema inmune de los más de mil voluntarios que han participado en la experimentación en dos fases.
Precisamente la PAV lanzó la alarma respecto a la incógnita actual de cómo, cuándo y con qué precio deberá distribuirse una vacuna de covid-19. Esto porque existe un peligro concreto de acaparamiento de tratamientos médicos y de vacunas en detrimento de los países y las comunidades más pobres (dentro de los países en desarrollo, como entre naciones ricas y pobres).
En el segundo texto dedicado a las consecuencias de la crisis sanitaria mundial (30 de marzo), la PAV afirma en el nuevo documento “Humana Communitas en la era de la pandemia. Consideraciones intempestivas sobre el renacimiento de la vida”, publicado este 21 de julio de 2020: “El único objetivo aceptable, coherente con una asignación justa de la vacuna, es el acceso para todos, sin excepciones”.
El objetivo es alertar sobre la posibilidad de que los países en desarrollo no tengan acceso a la vacuna sin una debida regulación internacional. Por ello, la PAV destacó que el “conocimiento científico”, en un contexto democrático, debería seguir “normas de igualdad, libertad y equidad”.
En efecto, la valía en términos humanitarios de la vacuna es incalculable pues los datos de nuevos contagios cambian rápidamente, hasta la fecha, hay 15 millones de casos confirmados en el mundo: Estados Unidos tiene 4 millones y América Latina se ha convertido en un nuevo foco: Brasil: 2,2 millones, Perú: 366 mil, México: 362 mil, Chile: 336 mil, Colombia: 218 mil.
Acceso universal a salud de calidad
Mientras en Perú, el oxígeno se ha convertido en instrumento ‘salvavidas’ precioso por su escasez, el Vaticano escribe: “El acceso a una atención de salud de calidad y a los medicamentos esenciales debe reconocerse como un derecho humano universal”, se lee en el documento publicado por la PAV.
Así, insistió en el “acceso universal a las mejores oportunidades de prevención, diagnóstico y tratamiento, más allá de su restricción a unos pocos”.
Investigación científica responsable
Asimismo, el documento del Vaticano exhortó a una “investigación científica responsable”. Por ello, el documento invita a perseguir “el ideal de objetividad controlada, si no totalmente “desapegada”; y el ideal de libertad de investigación, especialmente la libertad de conflictos de intereses”.
En particular, “la libertad de investigación científica no debe incluir la adopción de decisiones políticas en su esfera de influencia”.
“La toma de decisiones políticas y el ámbito de la política en su conjunto mantienen su autonomía frente a la usurpación del poder científico, especialmente cuando éste se convierte en una manipulación de la opinión pública”.
En el texto se renueva el “carácter esencialmente “fiduciario” del conocimiento científico en su búsqueda de resultados socialmente beneficiosos, especialmente cuando el conocimiento se obtiene mediante la experimentación en seres humanos y la promesa de un tratamiento probado en ensayos clínicos”.
Nada de lucro o beneficio privado
La Iglesia Católica insiste para que la búsqueda de una vacuna y los cuidados médicos salgan de la lógica de llenarse los bolsillos de dinero y estrujar la ética, es decir que no se viole la ley natural de la vida, es decir usar en la experimentación embriones o fetos humanos.
“El bien de la sociedad y las exigencias del bien común en el ámbito de la atención de la salud se anteponen a cualquier preocupación por el lucro”.
Y esto – insiste el documento del Vaticano – porque las dimensiones públicas de la investigación no pueden ser sacrificadas en el altar del beneficio privado. Cuando la vida y el bienestar de una comunidad están en juego, el beneficio debe pasar a un segundo plano”.
Espaldarazo del Vaticano a la OMS
Cabe destacar que, al contrario de lo que hacen algunos países, el Vaticano da un espaldarazo al esfuerzo de cooperación internacional para abastecer de vacunas a los países en desarrollo. “En este contexto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ocupa un lugar privilegiado”, afirma.
“Esta crisis pone de relieve lo mucho que se necesita una organización internacional de alcance mundial, que incluya específicamente las necesidades y preocupaciones de los países menos adelantados que se enfrentan a una catástrofe sin precedentes”.
El problema es que el covid-19 ha golpeado tan fuerte el mundo que los países más desarrollados luego de encontrar una vacuna pueden estar menos dispuestos a donar vacunas a otros países más pobres.
En este sentido, el Vaticano lamenta la “estrechez de miras de los intereses nacionales” que ha llevado a “muchos países a reivindicar para sí mismos una política de independencia y aislamiento del resto del mundo, como si se pudiera hacer frente a una pandemia sin una estrategia mundial coordinada”.
“Estamos juntos en este desastre”
“La misma falta de interconexión puede observarse en los esfuerzos por desarrollar remedios y vacunas. La falta de coordinación y cooperación se reconoce cada vez más como un obstáculo para abordar el Covid-19.
La conciencia de que estamos juntos en este desastre, y de que sólo podemos superarlo mediante los esfuerzos cooperativos de la comunidad humana en su conjunto, está estimulando los esfuerzos compartidos. El establecimiento de proyectos científicos transfronterizos es un esfuerzo que va en esa dirección”.
Acaparamiento de tratamientos médicos
La posición de la Santa Sede y del papa Francisco es oponerse y denunciar el acaparamiento de tratamientos médicos durante el covid-19. Así ocurrió durante la gripe porcina de 2009, cuando naciones ricas pasaron por encima de otras adquiriendo la producción de la vacuna contra el virus.
De hecho, Estados Unidos ha comprado recientemente el abastecimiento global de remdesivir, una medicina que puede tratar el covid-19. Posición criticada a nivel mundial y llamada: “nacionalismo de tratamiento”.
El documento de la academia de la vida del Papa insiste en que esta actitud en cuestión “se alimenta de una lógica de separación que, para empezar, es menos eficaz contra el Covid-19”.
La pandemia está empeorando las desigualdades
Es decir, ningún país por más potente que sea puede enfrenta solo la crisis: “la desventaja no sólo es de facto corta de miras, sino que también da lugar a un aumento de las desigualdades y a la exacerbación de los desequilibrios de recursos entre los distintos países”.
“Aunque todos, ricos y pobres, son vulnerables al virus, estos últimos están obligados a pagar el precio más alto y a soportar las consecuencias a largo plazo de la falta de cooperación”, sentencia del documento.
“Es evidente que la pandemia está empeorando las desigualdades que ya están asociadas a los procesos de globalización, haciendo que más personas sean vulnerables y estén marginadas, desprovistas de atención sanitaria, empleo y redes de seguridad social”, afirmó la PAV.
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Aquí el documento completo en español de la Pontificia Academia para la Vida: HUMANA-COMMUNITAS-EN-LA-ERA-DE-LA-PANDEMIA_Spagnolo.pdf