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¿Qué le sucede a nuestro cerebro si nunca nos aburrimos?

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Cecilia Zinicola - publicado el 14/08/20
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Según la ciencia las mejores ideas nacen cuando estamos aburridos

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A raíz de la situación de la pandemia provocada por el Covid-19, uno de los hechos más evidentes ha sido el incremento de nuestro tiempo interactuando con las pantallas.

De hecho, el mundo digital ha tomado protagonismo convirtiéndose para muchos en la única forma en la que podemos trabajar, hacer ejercicio, educarnos y entretenernos.

Todo indica que seremos dependientes de la tecnología por un largo tiempo y eso tendrá consecuencias.


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La periodista Manoush Zomorodi, apasionada por investigar cómo la tecnología transforma a la humanidad, dos años antes en una charla TED hablaba sobre el peligro de perder la emoción humana del aburrimiento sencillamente por estar permanentemente enfocados -en gran parte por el uso excesivo de la tecnología-, sin darle la oportunidad a nuestro cerebro para que simplemente tenga tiempo de divagar.

Aunque muchas veces nos quejemos de “no estar haciendo nada” o “estar haciendo siempre lo mismo”, cuando hacemos cosas simples y nos sentimos aburridos, en realidad nuestro cerebro está ocupado y la neurociencia explica que hay muchos beneficios en momentos como esos.

TEEN DOING CHORES

DGLimages | Shutterstock

De hecho, las ideas más creativas podrían surgir mientras doblas la ropa, lavas los platos o no haces nada en particular.

Y es que cuando el cuerpo se pone en piloto automático, el cerebro comienza a formar nuevas conexiones neuronales que conectan ideas y resuelven problemas.

Zomorodi explica la conexión que existe entre el espaciamiento y la creatividad, tal así que como fruto de sus investigaciones se convirtió en autora de Bored and Brilliant: Rediscovering the Lost Art of Spacing Out, mostrando el lado fascinante del aburrimiento y la importancia de recuperar esos espacios como oportunidades reales.

Ábrele la puerta al aburrimiento

El aburrimiento es una emoción humana importante y saludable, pero poco comprendida o conocida en una sociedad que vive- hoy más que nunca- hiperestimulada, estresada y sin tiempo. De decho, en muchos hogares ya “no hay tiempo para aburrirse”.

Estamos corriendo todo el día, el trabajo se ha sobrecargado, hemos recurrido a la multitarea para poder ir cuadrando todo lo que pretendemos hacer para poder sentir que avanzamos y nos hemos relajado con el uso de los dispositivos porque son las herramientas que usamos prácticamente para todo.

MULTITASKING

Mr.Whiskey | Shutterstock

En un panorama así, no hay ni tiempo ni lugar para aburrirse.

Más allá de lo consciente

Según las investigaciones cuando uno se aburre, se enciende una red en el cerebro llamada “modo predeterminado” y el cuerpo al estar en modo automático -como ocurre por ejemplo cuando una persona camina al trabajo sin hacer nada más-, el cerebro aunque no parezca que hace nada se pone en marcha.

Una vez que empieza a soñar despierta y permite realmente que la mente divague, comienza a pensar un poco más allá de lo consciente, un poco en el subconsciente y esto permite que se produzcan diferentes tipos de conexiones cerebrales.

El cerebro es capaz de conectar ideas dispares, resolver problemas, y hacer algo llamado “planificación autobiográfica” mirando hacia atrás en la vida, notando grandes momentos, creando una narración personal, y luego estableciendo metas e identificando qué pasos debe dar para llegar a ellos.

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Shutterstock

Otro problema de estar permanentemente “ocupados” es que hay una tendencia a que la atención de una cosa a otra cambie en segundos y durante todo el día, como cuando sucede cuando estamos intentando relajarnos mientras estamos revisando el correo.

El problema es que cada vez que uno cambia la atención de una cosa a otra, el cerebro tiene que participar en un cambio neuroquímico que usa nutrientes en el cerebro para lograrlo.

Uno se autoengaña pensando que hace varias cosas a la vez y avanza, pero en realidad el cerebro no funciona así.

Lo que hace es cambiar rápidamente de una cosa a otra, agotando los recursos neuronales sobre la marcha y consumiendo suministros que no son ilimitados.


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Además, las investigaciones sugieren que cuando las personas están estresadas, cambian su atención más rápidamente. Y cuanto menos horas de sueño tienen, es más probable que revisen su Facebook.

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Shutterstock

Muchos se encuentran así de algún modo esclavos en un círculo vicioso y habitual que hoy parece desafiante en las condiciones en las que vivimos casi en total dependencia con el mundo virtual.

Tiempo sin pantallas

Por eso si queremos ayudar a alimentar nuestra creatividad, tenemos que romper con ese ciclo sin pretender volver a una vida sin conectividad -lo cual sería imposible-, pero sí buscando vivir con mayor conciencia para ser capaces de regular su uso creando espacios libres para la mente.

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ESB Professional | Shutterstock

Una de las formas será a modo personal analizar nuestra relación de “codependencia” que podemos tener con los dispositivos y reducir o administrar su uso en la manera de lo posible.

También será importante a un nivel social enseñar, especialmente a los jóvenes, a usar la tecnología en una manera que pueda mejorar sus vidas y que les permita incorporar la capacidad de autorregularse con ella como parte de la alfabetización digital.

Es posible que muchos jóvenes nunca hayan experimentado el aburrimiento en su vida y tal como ha explicado Zomorodi, las investigadores de la USC sobre un estudio en adolescentes ha descubierto que aquellos que estaban en las redes sociales mientras hablaban con sus amigos o hacían los deberes, dos años después eran menos creativos e imaginativos sobre su propio futuro personal y sobre la resolución de los problemas sociales.

Para la periodista no es algo raro que la creatividad se haya convertido en la competencia de liderazgo número uno en el mundo.

Hoy más que nunca necesitamos que las nuevas generaciones sean capaces de poder afrontar los grandes problemas sociales que enfrentamos.

Está comprobado que cuando se toma distancia y se abren los espacios, ocurre un nuevo despertar, uno tiene más tiempo para pensar, duerme mejor y se siente más feliz.

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Fabio Jock/Unsplash | CC0

La conectividad constante sin ser capaz de controlarse tiene un lado negativo y hoy en la situación actual que estamos viviendo, estas palabras de alerta cobran fuerza.

También la periodista dice que las compañías lo han expresado claramente: son las que deciden cómo utilizamos la tecnología.

Muchas aplicaciones son gratuitas, pero en el fondo quieren que las personas las utilicen y sutilmente les dicen cómo hacerlo: “si no decides cómo vas a usar la tecnología, las plataformas lo harán por ti”.


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¿Qué buscas realmente cuando miras la pantalla? Si solo quieres tomarte un descanso del trabajo, Zomorodi recomienda que lo pienses mejor, “mires por la ventana y sepas que al no hacer nada en realidad estás siendo más productivo y creativo. Puede parecer extraño e incómodo al principio, pero el aburrimiento realmente puede conducirte a algo brillante”.

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