La crisis del coronavirus es la última oportunidad de la humanidad para no volver al mundo de antes
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Muhammad Yunus, economista, padre del microcrédito y por eso Premio Nobel de la Paz 2006, ha apoyado la posición del papa Francisco para que la “vacuna (contra la Covid-19) sea un bien común global, no patentado, como lo fue la vacuna contra la polio”.
En este sentido, manifestó que las compañías que producirán la vacuna están en Europa y en los Estados Unidos y de ellas dependerá que sea un bien universal para la humanidad.
“En un mundo en el que el Coronavirus ha demostrado debilidades e incapacidades -como la elección de los Estados Unidos para debilitar a la Organización Mundial de la Salud (OMS)- Europa tiene un papel de liderazgo que desempeñar: “Así que el cambio vendrá pronto”, sostuvo durante su intervención a distancia en el Meeting de Rimini (Italia), organizado por Comunión y Liberación este 23 de agosto de 2020.
El espaldarazo de Yunus a la posición de Francisco y el Vaticano, ha llegado luego del agradecimiento público del director de la OMS a papa Bergoglio: “La pandemia muestra que debemos hacer de la salud un derecho humano para todos y no permitir que sea un privilegio para unos pocos…”, escribió en Twitter el director general, Tedros Adhanom Ghebreyesus, el 19 de agosto.
Volviendo a la intervención de Yunus: ¿El coronavirus? Una tragedia innegable, sí, pero también una oportunidad muy valiosa, la última, quizás, para evitar volver al mundo de antes, ya en vísperas de la pandemia condenado inexorablemente por la amenaza del cambio climático, las desigualdades económicas, preludio de una explosión social y del desempleo masivo debido a la inteligencia artificial, afirmó.
“No quiero volver al mundo en el que estaba antes“, dijo en conexión desde Bangladesh, “estábamos en un tren de alta velocidad viajando hacia el desastre”. Estábamos a pocos años del punto de no retorno. Tenemos la oportunidad de redimirnos, bajar del tren e ir en otra dirección. O vamos hacia la muerte o construimos un mundo para la vida”.
Entretanto, ha propuesto iniciar el cambio a partir de “nosotros mismos”: “Los gobiernos tienen un papel, pero nosotros también podemos tomar una decisión ahora mismo, eligiendo cambiar el consumo, dejar de usar plástico o comer carne vacuna, lo que contribuye al calentamiento global”.
Se puede hacer aún más: “Además de actuar en el lado del consumidor, podemos actuar en el lado del negocio, creando empresas dedicadas a la energía renovable. El negocio social, sin embargo, también es suministrar de agua potable a las familias que no la tienen o contratando a desempleados para que se conviertan en empresarios”.
Muhammad Yunus también manifestó que se pida a los Estados y a las grandes empresas que hagan su parte: “El dinero público debe utilizarse no para volver al mundo de antes, con el consumo de los plásticos y los combustibles fósiles, sino para invertir en la energía verde y en un mundo más sano. Los directores generales de las multinacionales también son personas y pueden cambiar sus empresas”.
Precisamente, el Premio Nobel de la Paz también coincidió, a distancia, con la posición del papa Francisco que había propuesto cuatro criterios para salvar la economía en esta época de crisis por la pandemia, pues consideró un “escándalo” que con dinero público se salven industrias que no contribuyan a: la “inclusión de los excluidos, la promoción de los últimos, al bien común y al cuidado de la creación”. (Audiencia General, 19 de agosto de 2020).