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Tenía 10 años, fue violada por su tío en Espíritu Santo. Su caso conmocionó a todos y reabrió el debate acerca del aborto. Hoy la Iglesia, lejos de la condena, le ofrece educación integral y apoyo psicológico

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“‘Dos crímenes atroces contra niños’, un ‘aborto legal’ (y su trasfondo) sacude a Brasil”.

Así titulaba Aleteia un suceso que logró acaparar la atención de todos en medio de la dura crisis del coronavirus que ya ha dejado más de 115.000 personas fallecidas en el país sudamericano.

Tal cual se informó en su momento, todo empezó cuando en los primeros días de agosto una niña de 10 años acudió a un hospital con fuertes dolores abdominales, tras lo cual, gracias a los análisis, se confirmó que estaba embarazada de cerca de tres meses.

En el medio de esa revelación la niña también contó que había sido víctima de recurrentes violaciones por parte de su tío desde que tenía seis años de edad, siendo un hombre que incluso recurría a la amenaza como mecanismo de defensa y encubrimiento.

Una vez conocida la noticia, y tras expresar que no quería continuar con el embarazo, comenzó todo un proceso de idas y vueltas legales que finalizó con la autorización de parte de la Justicia de Brasil para que se llevara adelante el aborto.

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Educación integral y apoyo psicológico

Lo anterior forma parte de lo sucedido, secuencia no exenta de gritos, clamores y polémicas muchas veces con tonos “inmisericordes”, pues el trasfondo de las decisiones adoptadas solo tiene dolor y drama. Y es por eso el énfasis en aquello de “dos crímenes atroces contra niños”.

Pero en las últimas horas todo lo acontecido con esta niña de 10 años de la localidad Espíritu Santo (estado del sureste) ha tenido un nuevo capítulo. Esta vez desde la propia Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB) que si bien en todo momento se ha mantenido firme en su postura en defensa de la vida también ha tenido un gesto lejos de la condena hacia la menor vulnerada.

En ese sentido, indica el propio portal de la Iglesia en Brasil, el arzobispo de Belo Horizonte (Minas Gerais) y presidente de la CNBB, monseñor Walmor Oliveira de Azevedo, “envió una carta a la Fiscalía de la Infancia de São Mateus (Espíritu Santo) poniendo a disposición de la niña a la Iglesia católica en Brasil”.

“La Iglesia se pone a disposición de los niños y sus familias, con la mediación y orientación de la Fiscalía de Niñez y Juventud”, señala el documento con fecha 19 de agosto.

Es a través de este mensaje donde explícitamente la Iglesia le ofrece a la niña educación integral y actuar para que pueda superar las consecuencias de la violencia sufrida y así tener las condiciones necesarias para construir un futuro digno.

“También somos sensibles a la situación de la familia, abiertos al diálogo con el Ministerio Público, para ayudar en lo que sea necesario”, escribió.

A la propuesta de educación se le suma la del apoyo psicológico, oferta válida para cualquier estado de Brasil por si la familia decide abandonar Espíritu Santo.

“En cualquier lugar, todos los beneficios se ofrecerán de forma íntegra y gratuita”, se afirma.

“Casas provida”

En medio de esta situación, en los últimos días la Iglesia de Brasil también ha difundido su labor como promotora del don de la vida. Y lo hizo a través de lo que está haciendo para salvar a mujeres embarazadas vulnerables con bebés que corren el riesgo de ser abortados. Aspectos que también ingresan dentro de la denominada “Campaña de Fraternidad 2020”.

“A menudo, el embarazo llega en un momento inesperado o planeado por la pareja o en ocasiones incluso en peores condiciones, cuando se trata de una relación forzada, pero, incluso en estos casos extremos, la vida que se está gestando en el vientre materno merece respeto porque toda vida es un regalo de Dios”, dice a ese portal la pareja coordinadora de Pastoral Familiar, Luiz y Kátia Stolf, quienes participan en la Comisión para la Promoción y Defensa de la Vida en la diócesis de Joinville (SC).

Es aquí donde aparecen las “casas provida”, lugares de acompañamiento, ayuda y consuelo.

“Para los que miran desde afuera, esto es exactamente lo que pasa, el aborto solucionó algo que le molestaba, sin embargo, a partir de esta decisión, la madre comienza a enfrentar serios problemas, ya sean de orden físico, psicológico, emocional y espiritual “, se explica a la hora de contar la labor de estos hogares cargados de respuestas para madres embarazadas vulnerables.

“La gran mayoría de las madres que buscan esta ayuda o que son abordadas están desesperadas y por eso desarrollan un fuerte deseo de abortar, sin embargo, cuando son bienvenidas y se les ofrece un acompañamiento digno para ellas y el bebé, generalmente abandonan el aborto y se salvan tantas vidas ”, expresan también Luiz y Kátia.

Niños salvados, de la mano de Guadalupe

La Asociación Guadalupe (ubicada en el estado de San Pablo) es un gran ejemplo de aquello de salvar a miles de niños.

Mariângela Cônsoli, trabajadora social fundadora y presidenta de la Asociación Guadalupe, dice al portal de la Iglesia de Brasil que la obra nació de una inspiración de Nuestra Señora “para defender la vida del bebé que está a punto de ser exterminado, así como la vida de esta madre”.

“Atendemos, damos la bienvenida y ofrecemos todo el apoyo: social, psicológico, legal, espiritual, material, económico, muchas veces”, señala.

Unas 40 mujeres son la que se llegan a atender de manera presencial en esta asociación, además las respuestas telefónicas. Son 70 los voluntarios que desarrollan la labor gracias al apoyo de donaciones. Pero además de la contención, otro aspecto fundamental, la oración.

“Trabajar en defensa de la vida sin oración es imposible. Hay una necesidad vital de confiar en la oración”, subraya Mariângela, otro ejemplo –junto al resto de las casas próvida- de esa mano tendida (y muchas veces silenciosa) cuando reina el ruido de la acusación y también la presión social.

Para conocer más sobre la labor de estas casas ver aquí (versión en portugués).

Con información en base a CNBB.

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