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A partir del 22 de octubre durante nueve días de oración para acercarse más al beato Michael McGivney
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Al crecer en una familia de inmigrantes irlandeses pobres, Michael McGivney no pudo seguir su vocación, al principio.
Trabajó durante tres años como moldeador en una fábrica de latón hasta que su padre le dio permiso para estudiar en el seminario.
Pero poco después de su partida, el padre de Michael murió, y de repente se encontró con una realidad demasiado habitual para los niños durante el siglo XIX: un período de rápida industrialización y la pandemia de gripe asiática.
Si no fuera por el obispo de Hartford, Connecticut, que hizo los arreglos necesarios para que el joven y prometedor estudiante continuara sus estudios en Baltimore, el sueño de McGivney de ser sacerdote podría haber terminado ahí.
Ayudar a las familias
La tragedia de perder a su padre y la posterior caridad de la Iglesia dejaron una profunda impresión en el P. McGivney.
Él entendió de primera mano lo que tantas otras familias soportaban al perder al sostén de la familia.
También sabía que podría haber sido mucho peor: si fuera menor de edad, el estado podría haberlo detenido y llevado a un orfanato público debido a la incapacidad financiera de su madre para mantenerlo.
Para proteger a las familias tanto espiritual como materialmente, el P. McGivney fundó los Caballeros de Colón como una fraternidad católica y un programa de asistencia social.
Caballeros fieles
Enseñó que los Caballeros deben ser conocidos por su fidelidad a Cristo, fidelidad a nuestra Santa Madre Iglesia, integridad personal, servicio valiente y oposición a la injusticia.
El genio espiritual del padre McGivney consistió en fundar una organización que transformó a los amigos en hermanos.
Esta misión que resuena especialmente en la encíclica del papa Francisco Fratelli tutti, que enfatiza cómo todos somos hermanos y hermanas, hijos de nuestro Creador común y llamados a vivir como tales.
El milagro para la beatificación
En mayo de 2020, luego de extensas investigaciones realizadas por expertos médicos y teólogos del Vaticano, el papa Francisco confirmó que Mikey Schachle, un feto con síndrome de Down, se curó milagrosamente de hidropesía fetal, una condición poco común y normalmente fatal, después de la intercesión del p. McGivney.
El reconocimiento de este milagro abrió el camino a su beatificación, el 31 de octubre de 2020.
Para prepararse para este día, Aleteia se unió a Caballeros de Colón en una novena, que comienza el 22 de octubre y concluye la vigilia de la beatificación.
Sigue AQUI la novena.