Una sencilla receta de la cocina monacal. En este caso, una sopa como primer plato de un menú delicioso.La sopa de la priora no es una sopa más, sino que es de esas preparaciones que con su calor reconfortan no solo el cuerpo sino también el alma. Con ingredientes sencillos, austeros, pero cuidando cada detalle, los monjes y las monjas cocinan estas sopas hace mucho tiempo, poniéndole todo su arte, paz y tranquilidad.
En su libro La cocina del monasterio, el periodista especializado en gastronomía Antxon Urrusolo relata que tiempo atrás estas sopas eran ofrecidas gratuitamente por frailes y monjes en los conventos y monasterios a quien golpeara su puerta.
Eran conocidas como “la sopa boba”, por ser una solución barata e imaginativa, ya que lleva lo que tengas en casa, como ser pan viejo, arroz, ajo, cebolla, o comida del día anterior.
Pero también las sopas monacales, más precisamente los llamados “pucheros dolientes”, eran muchas veces la comida de personas que no tenían que comer, así como de los enfermos, de las embarazadas y puérperas y/o de toda aquella persona que haya perdido el apetito.
Así mismo, el Papa Francisco nos hace reflexionar sobre nuestros actos, recordando una de sus audiencias generales la importancia de la caridad, de poner en práctica lo que Jesús nos enseñó:
No olvidemos las palabras de Jesús: Yo soy el pan de la vida (Jn 6, 35) y Si alguno tiene sed, venga a mí (Jn 7, 37). Son para todos nosotros, creyentes, una provocación estas palabras, una provocación para reconocer que, a través del dar de comer a los hambrientos y dar de beber a los sedientos, pasa nuestra relación con Dios, un Dios que ha revelado en Jesús su rostro de misericordia.”
Sopa de priora
4 porciones
Ingredientes
- 2 huevos
- ½ cebolla
- 2 dientes de ajo
- 1 trozo de pan duro
- Aceite de oliva suficiente
- 1 hoja de laurel
- Agua
- Sal
Preparación
- En una cazuela con aceite caliente dora la cebolla y los ajos picados.
- Agregar el agua, el laurel y la sal.
- Hervir.
- Cuando entre en ebullición añadir el pan desmigado y los huevos previamente batidos.
- Hervir durante tres minutos.
- Dejar que repose
- Servir.
Valor nutricional de esta receta
De los ingredientes utilizados en esta sopa, se destacan:
- El huevo, como fuente proteica, un alimento altamente nutritivo y que debe formar parte de nuestra dieta habitual. Su proteína es de alto valor biológico es decir que contiene los aminoácidos esenciales para el organismo. Con minerales como el hierro y fuente de vitamina B12 (cobalamina).
- Vegetales como el ajo y la cebolla, un tesoro nutritivo imprescindible en la gastronomía, ricos en minerales como calcio, magnesio, vitaminas A, B, C y E,
- Pan duro, la sopa es una buena forma de darle nueva vida al pan duro que tenemos en casa y así evitar el desperdicio de alimentos. Además, en esta receta será la fuente de carbohidratos de la preparación.
- El aceite de oliva virgen extra, es la grasa saludable. Es rico en vitaminas A, D, E y K, a su vez favorece la absorción de minerales como el calcio, el fósforo, el magnesio y el zinc. Ayuda en el proceso digestivo, evitando la acidez gástrica y facilitando el tránsito intestinal.
Recuerda, no agregar demasiada sal a la sopa, y si eres hipertenso puedes usar otros condimentos para sustituir la sal y no perder sabor.
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Un delicioso plato de otoño-invierno, en donde se aprovechan óptimamente todos los recursos disponibles. Es ideal para disfrutarlo comiendo lento, luego de una caminata, o de un día de mucho trabajo, para sentarse a conversar con la familia, compartirla con alguien que la necesite o si te encuentras solo, quizás simplemente conversar un poco más con Dios.
Receta del libro La cocina del monasterio. Recetas para el cuerpo y el alma. De Antxon Urrosolo. Página 37.
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