La reanudación de las misas públicas en Francia sigue siendo una exigencia firme por parte de muchos católicos.
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París, Reims, Rennes, Chambéry, Bayona… Una veintena de concentraciones se produjeron este fin de semana pasado en varias ciudades delante de iglesias o en plazas para exigir la reanudación de las misas públicas en Francia. Declaradas en su mayoría en las prefecturas, estas movilizaciones se desarrollaron pacíficamente y respetando las normas sanitarias.
“Es una alegría enorme ver a católicos movilizándose de esta manera para tener la libertad de volver a misa”, celebra ante Aleteia Jean-Benoît Harel, uno de los cocreadores de la petición en línea para volver a misa “Pour la messe”.
Estas concentraciones, coloreadas a veces con un avemaría o un padrenuestro, han recibido el apoyo de varios obispos… y las advertencias de otros. Así, el arzobispo de Rennes, Mons. Pierre d’Ornellas, ha llamado a no mezclar manifestación y oración “so pena de generar una confusión que no respete la Ley de Separación de 1905 y que perjudique el diálogo de los representantes del culto con el Estado”.
Aunque el reto es crucial, las opiniones son múltiples y variadas entre los practicantes. “Lo importante es transmitir un mensaje de calma y en ningún caso emitir un juicio”, insiste Jean-Benoît Harel. “Quienes no han querido participar en estas concentraciones no son tibios y quienes participan no son irresponsables. Cada uno hace lo que le parece mejor como cristiano dentro de su fe, con caridad, sin insultos ni vehemencia”.
Una vulneración de una libertad fundamental
En las columnas de Aleteia, Mons. Valentin, obispo auxiliar de Versalles, valoraba en relación a estas concentraciones que su “responsabilidad de pastor es acompañarles, sin absolutizar su enfoque. […] Hay mucho debate en torno a estas manifestaciones: no solamente el debate de saber si hay que reclamar la misa o no, sino también el debate de saber si una manifestación en la calle es la mejor manera de reclamarlo”.
Aunque no son unánimes, estas manifestaciones hacen hincapié sobre las libertades fundamentales, incluida la libertad de culto, y la manera en que están sometidas –¿erróneamente?– al contexto sanitario. “Es esencial, evidentemente, tener en cuenta el contexto sanitario”, reconoce Jean-Benoît Harel. “Lo que denunciamos es el carácter desproporcionado que supone la suspensión de las misas públicas”.
Un carácter desproporcionado que también ha denunciado este pasado domingo el presidente del senado francés, Gérard Larcher. “Estamos ante una libertad fundamental y el Gobierno debe estar atento”, afirmó durante su paso por el programa Le grand jury de la cadena RTL al pronunciarse sobre una reanudación de las misas públicas desde el respeto a las “condiciones sanitarias”.
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Libertad de culto
En un artículo de opinión dirigido al primer ministro Jean Castex publicado unas horas antes en Le Figaro, unos cuarenta parlamentarios han reivindicado también la reanudación de las misas públicas en Francia. “Se trata del respeto al espíritu de la ley de 1905 sobre la separación de Iglesia y Estado, que tuvo el cuidado de colocar alto en las escala de libertades la libertad de culto, que exige una protección particular y que no puede ser confundida con la libertad de reunión o incluso la simple libertad de manifestación”, aseguran los firmantes.
Les messes doivent reprendre "à condition que les conditions sanitaires soient respectées" dans les églises, a plaidé Gérard Larcher. https://t.co/CBn9eJTjgp
— RTL France (@RTLFrance) November 15, 2020
Estas iniciativas no han sido particularmente del gusto de Gérald Darmanin, ministro del Interior y de los Cultos. En la víspera del fin de semana, aseguró ante los micrófonos de France info que estaba listo para enviar a la policía a “multar a los creyentes” que se reúnan “ante las iglesias”. El mismo día envió un mensaje “a los creyentes” recordando la práctica del culto durante el confinamiento. “Llamo a todos a respetar la ley de la República”, expresó. “Cualquiera que la infrinja se expondrá a sanciones”.
Conozco su dolor
Al final del día del domingo, el tono del ministro era más calmado: “Doy gracias a los creyentes, sobre todo a los católicos, por su esfuerzo y su comprensión. Conozco su dolor”. Anunció también una reunión crucial con los cultos el lunes 16 de noviembre.
Au terme de ce week-end, je remercie les croyants, et notamment les catholiques, pour leurs efforts et leur compréhension. Je sais leur peine. (1/2)
— Gérald DARMANIN (@GDarmanin) November 15, 2020
Aunque la suspensión de las misas públicas en Francia por motivo de la situación sanitaria fue confirmada el 7 de noviembre por el Consejo de Estado, el juez de medidas provisionales ordenó también al Gobierno reunirse regularmente con representantes de los cultos para ajustar las medidas y restricciones a la situación sanitaria. Así pues, el primer ministro Jean Castex convocó una reunión el lunes 16 de noviembre por videoconferencia con varios representantes de los cultos, entre ellos Mons. Éric de Moulins-Beaufort, presidente de la Conferencia episcopal de Francia (CEF). Una reunión durante la cual Jean Castex explicó que las condiciones sanitarias no permitían en la actualidad una reanudación de las celebraciones públicas. Se están preparando actualmente protocolos para una “reanudación controlada a partir del 1 de diciembre”, según la CEF.