Una imagen de la Virgen María quedó intacta en Santa Catalina, una pequeña isla arrasada por Iota, el mortífero huracán que azotó a varios países del Caribe
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Los videos y fotos publicados en redes sociales y medios de comunicación así lo muestran. Una imagen de casi dos metros de la Virgen Milagrosa, esculpida en concreto y totalmente pintada en blanco, quedó intacta. No fue afectada por el más violento de los huracanes que ha golpeado a Colombia en toda su historia.
Fueron los pobladores de Santa Catalina los que le informaron al presidente de Colombia, Iván Duque Márquez. “La Virgen es milagrosa porque salvó muchas vidas en las islas”, dijeron. Y así lo declaró el jefe del Estado desde San Andrés, la más grande de las islas de este archipiélago en el mar Caribe. Un lugar casi al frente de las costas de Nicaragua.
“En el recorrido por Santa Catalina varias personas nos llevaron a uno de los puntos más altos de la isla, donde está la imagen de la Virgen María. Es impactante que después de haber pasado un huracán de categoría 5 estaba en pie”, relató Duque Márquez en una alocución televisada.
“Divina Providencia”
El presidente, a quien recientemente un juez le prohibió que se refiriera a la Virgen de Chiquinquirá en sus redes sociales, explicó lo siguiente: “No pretendo invadir la fe de ningún ciudadano”. “Yo quiero ser respetuoso de todas las fes, de todas las expresiones, credos y cultos, pero esa imagen es poderosa”, expresó.
Al tiempo que la transmisión de televisión mostraba la imagen de la Milagrosa en un elevado pedestal y sin ningún daño, Duque señaló que este asombroso hecho muestra “la fe, la resiliencia y la gran capacidad que tiene la comunidad para enfrentar estas circunstancias”.
Por último, empleando un juego de palabras, anotó que trabajará junto con los pobladores para que Providencia sea reconstruida y se le reconozca como ‘la Divina Providencia’.
“La imagen de pie de la Virgen María es un signo de la presencia de Dios en medio de su pueblo, es la ratificación de que en las horas amargas y de dolor la fe nos conforta y nos anima a seguir adelante. Es la presencia de la madre que custodia a sus hijos en momentos de turbación”, dijo el padre Alexander García, sacerdote del Vicariato de San Andrés, desde el cual la Iglesia católica solicita donaciones y adelanta labores humanitarias.
Zona de catástrofe
En Santa Catalina —con una extensión que no sobrepasa los dos kilómetros y ubicada a pocos metros de Providencia— también se registraron serios estragos al paso de Iota. Los mayores daños se reportaron en decenas de casas de pobladores que derivan su sustento de la pesca y el turismo.
No obstante, fue en Providencia donde, según reportes gubernamentales, los efectos del huracán fueron devastadores en casas, edificios públicos, comercios, escuelas y colegios. En esta isla, la segunda en extensión del archipiélago, viven cerca de 5.000 personas.
Los daños en estos territorios ubicados a más de 1.200 kilómetros al norte de Bogotá obligaron al gobierno a decretar a San Andrés, Providencia y Santa Catalina como “zona de desastre”. Esta figura jurídica permitirá la toma de decisiones y adoptar medidas urgentes. Entre ellas la reconstrucción de la infraestructura pública como carreteras, hospitales, acueductos y redes eléctricas.
De igual manera, según lo señaló el Gobierno, tendrán que destinarse millonarios recursos para construir viviendas a millares de familias que quedaron en la calle.
Respuesta a la emergencia
La emergencia es de tal magnitud que el presidente Duque Márquez pidió a Estados Unidos el suministro de “aviones de alta capacidad” para movilizar ayudas desde diferentes lugares del mundo. También para que asesore a Colombia en el proceso de reconstrucción. pues ese país “ha aprendido mucho acerca de cómo reconstruirse, luego de grandes huracanes y en cuanto a los materiales y los tipos de construcción correctos”.
La imagen incólume de la Virgen María “es una invitación a seguir luchando en nuestra iglesia Católica por la devoción a la Santísima Virgen María”, puntualizó el padre Marco Tulio Mejía, director del Banco de Alimentos del Vicariato, quien coordina las donaciones que llegan (número telefónico +57 3166970295).
“A pesar de ser muchos credos y denominaciones de iglesia en el archipiélago, nuestra iglesia Católica tiene mucha confiabilidad dentro de nuestras islas. Es un signo de que la presencia de Dios sigue con nosotros y está en medio de estas zonas”, agregó
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