El pontífice invitó a ser solidarios con esas familias que sufren la crisis económica debido a la pandemia y no lo demuestran por vergüenza El papa Francisco hoy saludó a las familias que pasan por tiempos difíciles debido a las consecuencias económicas y sociales de la pandemia por coronavirus.
Después del ángelus de este domingo, 22 de noviembre de 2020, en la Plaza de San Pedro, invitó a que todos se hagan cargo de las necesidades de las personas más vulnerables o las familias numerosas o con hijos pequeños que sufren por el desempleo o la crisis económica.
“Un saludo especial a las familias, que son las que más están luchando en este momento. Sobre esto, piensen en tantas familias que están en dificultades, porque no tienen trabajo, han perdido sus empleos, tienen uno o dos hijos…; y a veces, con un poco de vergüenza, no dejan que esto se sepa.
Pero ustedes miren donde hay necesidad. Donde está Jesús, donde Jesús está necesitado”, dijo el Papa ante los fieles y peregrinos romanos reunidos para el rezo mariano debajo de su ventana en el Vaticano.
También el Papa envió un “pensamiento especial a la gente de Campania y Basilicata” que hace cuarenta años sufrieron el desastroso terremoto que tuvo su epicentro en Irpinia.
Asimismo, en su alocución afirmó que en la parábola del juicio final, Jesús utiliza la imagen del pastor, recordando las profecías de Ezequiel, que hablaba de la intervención de Dios en favor del pueblo, contra los malos pastores de Israel.
El buen pastor
En la solemnidad de Cristo Rey, el Obispo de Roma, recordó el legado del buen pastor en Jesús ante los malos pastores:
“Aquellos habían sido crueles y explotadores, prefiriendo alimentarse ellos mismos en lugar del rebaño; por lo tanto, Dios mismo promete cuidar personalmente de su rebaño, defendiéndolo de las injusticias y los abusos.
Esta promesa de Dios para su pueblo se cumplió plenamente en Jesucristo, que dice de sí mismo: “Yo soy el buen pastor”. En la página evangélica de hoy, Jesús se identifica no sólo con el rey pastor, sino también con las ovejas perdidas, es decir, con los hermanos más pequeños y necesitados”.
El criterio del juicio como lo indicó Jesús, se efectuará sobre la base del amor concreto dado o negado a los más pequeños, los más necesitados, porque él mismo, el juez, está presente en cada una de ellas.
Jesús dice: “En verdad os digo que cuanto hicisteis (o no hicisteis) a uno de estos hermanos míos más pequeños, a mí lo hicisteis (o no lo hicisteis)”. (vv. 40.45). Seremos juzgados por el amor. No por el sentimiento, no: por las obras, por la compasión que se hace cercanía y ayuda solícita”.
Jesús está al lado de las ovejas
El Señor, pues, en el fin del mundo, pasará revista a su rebaño, y lo hará no sólo del lado del pastor, sino también del lado de las ovejas, con las que se ha identificado. Y preguntará: “¿Has sido un poco pastor, como yo?” Esta es la pregunta que el Evangelio ya pone en nuestros corazones hoy, como criterio de juicio.
“Esa vez que tuve problemas, ¿fuiste capaz de perder algo de tiempo para cuidarme? ¿Conseguiste, con mi gracia, salir un poco de ti mismo para darte cuenta de mí, que estaba necesitado? ¿Se enterneció tu corazón ante mis heridas, ante mi soledad, ante mi desconsuelo?” Así nos pasará revista el Rey del universo que para salvarnos se hizo cordero .
Pidamos a la Virgen María que nos enseñe a reinar en el servir. Nuestra Señora, asunta al Cielo, recibió la corona real de su Hijo, porque lo siguió fielmente en el camino del Amor. Aprendamos de ella a entrar desde ahora en el Reino de Dios, por la puerta del servicio humilde y generoso”.
Al final, el Papa deseó un buen domingo a los fieles y peregrinos congregados. “Y por favor no se olviden de rezar por mí. ¡Que tengan un buen almuerzo y adiós!”