Cuando siempre estamos nerviosos, es fácil arremeter, pero la Biblia nos aconseja lo contrario
Para ayudar a Aleteia a continuar su misión, haga una donación. De este modo, el futuro de Aleteia será también el suyo.
La ansiedad y el estrés tienden a aumentar nuestro mal humor, lo que nos hace más propensos a atacar a los demás, ya sea on line o en persona.
Sin embargo, eso solo empeora la situación y aumentará no solo nuestra propia ansiedad, sino la de los demás. Las tensiones seguirán aumentando, sin un final a la vista.
La Biblia nos anima a pensar de manera diferente y edificarnos unos a otros, en lugar de derribarnos unos a otros.
Dios no nos destinó a la ira
Enfoquémonos en el siguiente versículo de la Biblia durante cualquier momento estresante de nuestras vidas, especialmente cuando ese estrés afecta a las personas a nivel mundial.
Porque Dios no nos destinó para la ira… Anímense, entonces, y estimúlense mutuamente… reprendan a los indisciplinados, animen a los tímidos, sostengan a los débiles, y sean pacientes con todos. Procuren que nadie devuelva mal por mal. Por el contrario, esfuércense por hacer siempre el bien entre ustedes y con todo el mundo (Tesalonicenses 5: 9, 11, 14-15).
Cuanto más nos animamos unos a otros y apoyamos a los débiles, menos nuestro estrés dictará nuestras acciones y más paz podremos traer al mundo.
Te puede interesar:
10 versículos bíblicos para encontrar la felicidad
La respuesta de la Biblia a la ansiedad
Además de enseñar cómo tratar a los demás en tiempos estresantes, la Biblia también tiene respuestas para la ansiedad.
Muchas de nuestras preocupaciones diarias grandes y pequeñas giran en torno a algún tipo de miedo por lo que pueda suceder.
La ansiedad consume mucha de nuestra energía: ¿Le irá todo bien en el viaje? ¿Tendrá un accidente de coche? ¿Sabré perdonar alguna vez a mi hermano? ¿Estoy haciendo lo que Dios quiere en esta situación? ¿Qué nos dirán los análisis médicos? ¿Empeorará su adicción? ¿Estoy acertando con esta decisión? ¿Veré de verdad a mis seres queridos en el paraíso…?
La Biblia responde con un consejo, precisamente el que más se repite durante todo el Antiguo y el Nuevo Testamento:
No temas
