El director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni, confirmó la noticia este 7 de diciembre de 2020.
“Aceptando la invitación de la República de Iraq y de la Iglesia Católica local, el papa Francisco realizará un Viaje Apostólico al citado país del 5 al 8 de marzo de 2021, visitando Bagdad, la llanura de Ur, ligada a la memoria de Abraham, la ciudad de Erbil, así como Mosul y Qaraqosh en la llanura de Nínive”.
El programa con los detalles del viaje se publicará más adelante, dado que tendrá en cuenta la evolución de la emergencia sanitaria mundial”.
Este será el primer viaje del Papa después de quince meses de pausa debido a la pandemia.
Foco sobre los cristianos perseguidos
Se trata de un compromiso renovado por el Papa a favor de visitar periferias (existenciales y geográficas del globo). Quiere llevar consuelo y la atención de los medios de comunicación hacia la causa de las minorías cristianas y de los fieles perseguidos por su fe.
En este sentido, cabe recordar que en Iraq, antes del 2003, año de la invasión que llevó a la caída de Saddam Hussein, los cristianos eran alrededor de 1,4 millones.
Sucesivamente, el autodenominado Estado Islámico ha perseguido y asesinado a miles de cristianos en Iraq. En la ocupación de la Llanura de Nínive, entre 2014 y 2017, los redujo a unos 300-400 mil.
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Cinco años después, la situación aún es delicada para los cristianos en Irak
El Unicef estima que más de 4 millones de personas necesitan asistencia humanitaria, la mitad son niños. En este contexto, en el que faltan hospitales y medicamentos, la pandemia del Covid-19 ha matado a miles de personas.
Precisamente, el pasado 25 de enero de 2020, el Papa recibió la invitación oficial a visitar el país durante la audiencia que concedió en el Vaticano a Barham Salih, Presidente de la República de Iraq. Este ha expresado repetidamente el valor de los cristianos y de su papel en la construcción de la nación flagelada por el conflicto armado.
Francisco podría realizar el sueño de Juan Pablo II, quien tenía la intensión de visitar la llanura de Ur de los Caldeos. Esta debía haber sido la primera etapa de la peregrinación jubilar de Juan Pablo II para el año 2000.
El viaje del Papa Wojtyla había sido programado del 1° al 3 de diciembre de 1999. Pero se suspendió por motivos políticos y logísticos.