Las personas nos herimos unas a otras, más o menos profundamente, a menudo sin darnos cuenta, a veces queriendo. Y eso puede empeorar nuestras relaciones o incluso acabar con ellas.
En ocasiones levantamos un muro defensivo invisible para evitar volver a sufrir, o dejamos de entregarnos totalmente tal como somos, y la desconfianza y la falsedad nos envenenan.
Puede que hayamos aprendido a convivir con ello, pero las enemistades empañan toda nuestra vida: a nosotros mismos, nuestras acciones y también las demás relaciones.
Por eso Jesús dice que si al presentar tu ofrenda a Dios recuerdas que alguien tiene algo contra ti, vayas primero a arreglar las cosas. Pero eso no siempre resulta tan sencillo...
Si te has topado con la imposibilidad de reconciliarte con alguien, si te gustaría recuperar la relación con un amigo o un familiar tal y como lo fue en algún tiempo, puedes empezar por pedirle ayuda a quien más sabe de amor, perdón y misericordia.
Oración para pedir superar las enemistades
Padre de misericordia,
fuente inagotable de amor para cada uno de tus hijos,
fortaleza en la que me refugio, esperanza en mi camino:
Vengo ante Ti con humildad, tristeza y un poco de vergüenza
por no lograr relacionarme con mis hermanos con la armonía que Tú deseas.
Lo intentamos una y otra vez
pero es como si el mal volviera a colarse en nuestras relaciones
y no logramos acabar con esa enemistad que en el fondo ninguno queremos.
Experimentamos nuestra impotencia,
pero a la vez confiamos en tu poder:
Tú puedes lograr que nos perdonemos, nos valoremos y nos reconciliemos de corazón.
Sólo Tú puedes hacer que nos amemos...
Queremos poner también lo que está en nuestra mano:
colaborar al buen ambiente entre nosotros, rezar por nuestros enemigos,
combatir los defectos que deterioran los vínculos, tener paciencia, perdonar,...
Y Tú harás posible que el Espíritu Santo nos una en un amor más grande y purificado.
Ayúdanos, Madre María, en este decisivo combate espiritual.
Haz posible, Señor Jesucristo, lo que solos no logramos
y permítenos llegar al paraíso donde todos nos amemos plenamente.
Amén.