Prepara tu corazón con meditaciones y villancicos para la revolución del amor
Para ayudar a Aleteia a continuar su misión, haga una donación. De este modo, el futuro de Aleteia será también el suyo.
Seguramente hemos oído sobre la famosa “tregua de Navidad”. Un acontecimiento ocurrido en la Navidad de 1914, durante el desarrollo de la segunda guerra mundial, cuando las hostilidades cesaron y los soldados de los bandos contrarios cruzaron las trincheras para compartir sus vidas, no como enemigos, sino como seres humanos.
Este hecho nos habla del auténtico sentido de la navidad: celebrar al Dios de la vida, quien irrumpe positivamente en la historia humana.
Te puede interesar:
Las conmovedoras cartas de los soldados de la Tregua de Navidad de 1914
“No temas”
Hemos pasado por un año convulso por cuenta de una pandemia y sus consecuencias. Al mismo tiempo, estamos contado con la acción de Dios que consuela, fortalece y brinda los dones necesarios para enfrentar la dificultad. Ahora que llega la Navidad, el Señor vuelve a decirnos: “no temas, yo estoy contigo”.
Él lo está, muy cerca, muy íntimo, sufriendo con quienes sufren; luchando con quienes luchan; creando con quienes crean para superar las consecuencias de la pandemia y construir un mejor mañana.
El Señor se encarna en nuestra realidad, está presente y activo en ella, la Iglesia nos ayuda a descubrirlo también en esta época.
Navidad: Dios está aquí
En esta Navidad, actualicemos el acontecimiento del nacimiento de Cristo, anunciando al mundo que Dios está en medio de nosotros.
Anunciamos que el Dios de la vida está aquí y llena la nuestra de sentido con su amor, por el cual vale la pena decir sí al proyecto divino que nos declara que toda vida posee dignidad y se ha de defender.
Dios es calor que deja atrás el frío del egoísmo, de la individualidad y la falta de empatía, para llamarnos a abrazarnos unos a otros en solidaridad, armonía y en el deseo de compartir sus dones para construir la civilización del amor.
Compartir estés donde estés
Festejemos la Navidad compartiendo lo que somos y tenemos con los de nuestra casa; si por las circunstancias no podremos visitar familiares y amigos, llamémoslos.
Y reconozcamos que el mejor obsequio que podemos brindar en esta época es una oración, una sonrisa, un oído atento a la escucha y un corazón abierto para acoger a los demás.
Para preparar esta apertura y gozo, podemos reunirnos con seres queridos y conocidos en oración, para meditar y cantar juntos villancicos durante 9 días, con esta Novena de Aguinaldos, la Novena de Navidad. Haz clic, para inscribirte.
Por Fray Ángel