Jesús nos muestra con su propia historia y desde un pesebre qué tener en cuenta para un nuevo comienzo
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¿Cómo prepararos para un nuevo comienzo esta Navidad? Estamos atravesando el Adviento, una temporada en la que celebramos nuevos comienzos. No solo el del nuevo año litúrgico, sino el que llega con el nacimiento de Jesucristo, nuestro Salvador.
De la misma manera en que toda la atención se dirige hacia un recién nacido cuando entra en su familia, la invitación en Navidad es la de mirar al niño que llega. Recordando el nacimiento de Jesús sabemos que algo nuevo entra a nuestra vida. Nuevas posibilidades, proyectos y propósitos. Este es el momento del año para creer y trazar esos ideales.
Pensar en un año marcado por la pandemia puede ser algo duro, pero la vida con sus etapas cambiantes va aportando valores a nuestra existencia y a la necesidad que tenemos de volver a empezar. Quizás el mayor impacto que tendrá el COVID-19 en estas fiestas será el de poder tener una mayor conciencia sobre estas cosas.
Cuando la esperanza se había debilitado, Dios envió a su Hijo al mundo de modo que, “el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna” (Juan 3:16). Y San Pablo dijo: “El que vive en Cristo es una nueva criatura: lo antiguo ha desaparecido, un ser nuevo se ha hecho presente.” (Segunda Carta a los Corintios 5:17).
Esta es la naturaleza positiva que viene de Cristo. La presencia de un Dios vivo como un regalo para el mundo entero. La Navidad tiene ese efecto especial tanto para personas cristianas como no cristianas. La preparación que entra en su celebración nos muestra el valor de esa novedad que trae la paz. Una paz que incluye a todos.
Así como la Navidad marcó el comienzo de la nueva era cristiana hace más de dos mil años desde un pesebre, también hoy es un modelo de novedad que llega a todos los rincones del planeta. La novedad es que la vida en Cristo nos ayuda a encontrar nuevas perspectivas en la nuestra. ¿Qué podemos contemplar hoy en ese niño que nace para volver a empezar?
Vida
El nacimiento de Jesús nos recuerda que la vida es un don dado por Dios. La vida es un verdadero regalo. Celebra y comparte con otros la alegría de estar vivo. Esta pandemia nos ha demostrado que no tenemos el control sobre ella y somos vulnerables. Asegúrate de valorarla, tanto tu vida como la de los demás. Cuídala, protégela, vívela apasionadamente y sobretodo sé agradecido por tenerla.
Amor
Jesús vino al mundo para dar su vida por nosotros y lo ha hecho por amor. Este es un mensaje de esperanza y triunfo porque todos hemos sido salvados. Luego de haber pasado un año difícil por la pandemia con pérdidas tanto materiales como espirituales, intenta conectarte con oportunidades para mostrar tu fe y compartir el amor de Dios con un mundo que está lleno de personas heridas y desesperadas por saber que hay un Salvador.
Humildad
Jesús ha nacido en un lugar sencillo, con escasos recursos y sin lujos. Este año muchos hemos tenido que ajustarnos, conformarnos con poco y abrazar la simplicidad. Es probable que las mesas navideñas se reduzcan de tamaño y haya menos cosas materiales. Busca las herramientas que necesitas para construir un proyecto real con tus limitaciones y fortalezas pensando siempre en un bien mayor, el de todos.
Intimidad
En la primera Navidad fueron solo tres. Muchas familias no podrán reunirse y tendrán que pasar las fiestas a la distancia. Es probable que solo tengamos que estar con nuestro círculo más cercano o incluso, algunos solos. Esta Navidad nos invita a vivir con soledad varias cosas. Tal vez sea una oportunidad para tener un encuentro más personal con el recién nacido. Un encuentro cercano que Jesús quiere tener con cada corazón.
Misión
Jesús nos recuerda que todos llegamos al mundo con una misión. Al conocer y compartir nuestros propios dones, confirmamos que hemos sido creados para encajar en el cuerpo de Cristo. Busca las cosas que te iluminan y recuerda que está bien que los regalos de otros sean diferentes a los tuyos. De hecho, así es como fuimos creados, para que cada uno de nosotros desempeñe un papel único en la historia y de gloria a Dios a través de ella.
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