Nada es imposible para Dios, y sabiendo esto podemos confiadamente ponernos en sus manos y decirle: ¡Aquí estoy!¿Cómo habrán hecho los Reyes Magos para encontrar entre la inmensidad esa estrella que los llevó hasta Jesús? ¿Cómo hicieron los pastores para llegar al establo donde moraban José y María? ¿Cuál es la respuesta? ¿Cuántas preguntas y acaso pocas respuestas?
Hombres sabios
Los Magos ciertamente eran hombres sabios que con paciencia lograron dar con la brújula que los condujo al fin del mundo en busca del Regalo prometido.
Con la misma sabiduría, también los seres humanos podemos encontrar el camino que nos lleve a descubrir en el interior al que mora dentro y ofrece todo el amor posible.
Hacer silencio
¿Cómo hacerlo? Buscando el silencio, entre tanto ruido, entre tanta información. Encontrar espacios de silencio que permitan hacer la escucha más serena, y más eficaz.
No es que no sepamos, es que no callamos; y al no callar, no podemos oír y dejarnos conducir. Habiendo sabido escuchar, encontraremos esa estrella guía, entre las miles que se nos presentan, para caminar hasta ese lugar recóndito y bendito en donde seremos más auténticamente nosotros.
Nada es imposible para Dios
Vale recordar que quizá en el día a día es difícil reconocer para seguir, pero nada es imposible para Dios. Y sabiendo esto podemos confiadamente ponernos en sus manos y decirle: aquí estoy, ofreciéndote estos dones, que no son otra cosa que yo mismo, y para hacer tu voluntad.
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