Un niño cuidado y bien atendido empieza a aprender desde que empieza a mamar. Hay quien dice que la educación de los niños arranca antes incluso de de su nacimiento.Estimular el cerebro del bebé cuando antes permitirá facilitará el poner las bases de su educación, permitirá a padres y profesores ir con tiempo, tomar perspectiva y situarse mejor. Estos son los beneficios de quien llega primero. Sin embargo, llegar tarde solo lo recomienda la persona impuntual y quizá poco comprometida.
En la educación de los niños en la primera infancia hay que llegar antes. Incluso se habla de que en los meses finales del embarazo es bueno que la madre no se estrese, que le hable al niño, que descanse bien y que sonría y cante para confortar al futuro bebé. Para estimular al bebé hay que seguir justo después del parto. Para ello es imprescindible establecer las mejores interrelaciones entre el bebé y la madre y contar siempre con el padre.
Estimular a través de las interacciones adulto-niño
Las interacciones padres-hijo tempranas (normalmente la madre) alimentan las primeras asociaciones cognitivas del niño. Un niño cuidado y bien atendido empieza a aprender desde que empieza a mamar. Muchos contestarán: “¡Es muy pequeño! ¡No habla! ¡No entiende nada!”. Sin embargo, la neurociencia, indagando en los cerebros de estos niños a través de los escáneres de resonancia magnética, ha consignado avances muy evidentes en concretas zonas del cerebro.
Esta situación de cercanía le invita al niño a sentirse seguro. Por ejemplo, para a explorar la realidad (social y material) a partir del momento en que se sienta o gatea. Porque el niño percibe lleno de confianza, alegre, que la madre sabe leer las señales que él emite: mamar, dormir, cambiarle los pañales. Este diálogo no se improvisa, se aprende con tiempo y presencia atenta. El niño se siente escuchado y a través de gestos y sonrisas responde, no verbalmente, pero sí afectivamente.
Hacer de padres con capacidad de respuesta, sensitivamente
Una madre que se ha enamorado locamente de su bebe “sabe” atenderle. Y esta atención afectiva, cordial, invita al niño a tomar la iniciativa. El niño no se cierra asustado, quizá en un ambiente adverso y distante lo haría, sino que se siente convocado a desplegar sus “gracias” y habilidades.
Es un intercambio de información, una verdadera conversación, un servir y devolver como en el tenis (en inglés la neurociencia habla de serve and return) a partir del cual se crean conexiones neuronales y se construye la arquitectura del cerebro en su mejor versión.
Todo esto se convierte en desarrollo neurocerebral, desarrollo social, cognitivo y en salud. Nos hemos de fiar de la neurociencia en sus últimos avances. Y quizá fiarnos menos de aquel: “¡Es muy pequeño!¡No habla!¡No entiende nada!”.
Calidad a la hora de estimular el cerebro del bebé
En los primeros meses la estimulación procede de la mirada de la madre. Ella es la encargada de estimular al bebé con sus manos, sus canciones, al mecerlo y acunarlo, y con su disponibilidad. El niño está recibiendo un mensaje que le da mucha seguridad: “Me merezco ser amado”. Cuando ya se sienta, gatea y mucho más cuando camina la estimulación se multiplica: crecen los objetos, los colores, los árboles. Y si anda tranquilo se hace las primeras preguntas sobre las cosas dado que todo le asombra.
La atención y el cuidado de calidad consiste en proporcionarle la realidad real, en casa y fuera de casa, que ahora empieza a conocer. Ese es el papel de la madre y del padre que ya entra en juego y se lo lleva a corretear y a experimentar. Qué hacen los padres atentos en un cuidado y una educación de calidad: pues le van señalando las cosas y atendiendo a sus preguntas cuando señala algo que reclama su atención.
¿Qué sería la subestimulación?
Dejarlo solo en el parque de bebés muchas horas dado que tenemos “cosas más importantes que hacer”. No tomarlo en brazos o estar serios antes sus risas y primeras expresiones. Llevarle siempre atado al cochecito. Un rato para los traslados es oportuno, pero ¿a todas horas?
¿En qué consistiría la sobrestimulación?
Hay variados tipos, el más importante y negativo es el exceso de pantallas. Y si, además, la escuela infantil confía en este niño, si le atiende, si interacciona también con él entonces la entrada en la Educación Primaria será un éxito de adaptación. Rentabilizará entonces todo lo que le enseñen.
Lenguaje y matemáticas en casa y en la Escuela infantil
El niño ya no solo gatea, sino que habla, camina, salta y juega con objetos y se habla a sí mismo para dirigir su conducta. Te ofrezco unos cuantos ejemplos en los que el niño aprende a autorregularse, a autocontrolarse:
- En un juego de construcciones donde con tenacidad alza una torre que ha proyectado
- Al escuchar el cuento que su madre o padre le lee mientras el niño “lee” las imágenes.
- En el comer y en el dormir.
- Al estar atento a la maestra en el aula porque vale la pena escucharla pues explica muchas cosas interesantes como mamá.
Cuando calcula sosteniendo una torre de un juego de construcciones aprende las dimensiones del espacio, las formas y las unidades- Es decir, cálculo y matemáticas.
Y cuando oye una tras otras innumerables palabras crece en lenguaje, en gramática, en vocabulario y en la combinación de todo ello para pensar.
Pero estos pasos no los puede dar solo: un mayor le debe ayudar sin anular su iniciativa. Un mayor más experto le debe enseñar a jugar, a saltar, a ir en bici, a recoger flores o construir una cabaña con una manta y unas sillas. Así aprenderá a jugar con los primos o con los compañeros del aula y a representar un papel en una obra de teatro respetando los turnos.
“¡Qué suerte ha tenido señora, su hijo va muy bien en Primero de Primaria!”
“¿Suerte? No señorita, con gusto se lo explicaré. Le he dedicado horas de mi vida con mucho amor. Su padre ha procurado estar en casa pronto pues nos han dicho que estos primeros años son vitales. Nos hemos organizado muy bien y hemos disfrutado mucho de él y él también de nosotros. Has sido, es, nuestra obra de arte que continua. Ayúdenos”
En este vídeo de la Universidad de Harvard explican muy bien el desarrollo cognitivo del niño y da 5 pistas para estimularle.
En resumen, para estimular el cerebro del bebé es importante poner interés, apoyarle, nombrar lo que señale, interactuar por turnos y cambiar de dinámica.
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