En este tiempo de pandemia, muchas mujeres han experimentados el miedo propio de la situación ante un embarazo o el futuro nacimiento de un hijo
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La vida, desde su comienzo hasta su fin natural es un regalo de Dios. Un don que nos da y que nos hace copartícipes en la obra creadora del Señor. Es normal que durante la pandemia y el confinamiento aumenten los temores ante un embarazo o ante cómo poder terminar si ya se espera un hijo.
Ante esto es importante confiar en el Señor. Además, con la ayuda de los expertos vamos a analizar los miedos más comunes de las mujeres embarazadas y darles posibles soluciones.
El nacimiento de un hijo siempre es un don precioso que el Señor nos envía aunque a veces pensemos que no es el momento adecuado. En este tiempo de pandemia muchas mujeres han experimentados miedos propios de la situación. Miedo a contagiar a su bebé si ella resulta infectada, miedo a contagiarse al ir al médico en una revisión rutinaria, miedo a traer a su pequeño al mundo en un momento incierto o miedo a encontrarse sola en el hospital en el momento del parto.
Todos ellos son naturales –dicen los expertos-, situaciones que se agravan si pensamos en que a causa de la pandemia hemos podido perder el trabajo: ¿cómo mantendremos a nuestro bebé?
Si echamos la vista atrás y miramos otras crisis mundiales como la económica vivida en 2008, la del 2003 en Hong Kong por le brote del síndrome respiratorio agudo grave (SARS) o el huracán Katrina en 2005 vemos como la fecundidad disminuyó en esos momentos críticos.
Los tiempos inciertos y convulsos provocaron un descenso en la natalidad a nivel mundial. En esta crisis sanitaria derivada del COVID 19 ocurre lo mismo. Aumentan los miedos y situaciones complicadas que los psicólogos explican como algo normal. El primer consejo es ponerlos siempre en manos de Dios, pero también dejarse ayudar por profesionales en caso necesario.
Con ayuda de la psicóloga clínica y forense Ruth Otero Yáñez y de Blanca Sicilia, psicóloga general sanitaria, vemos algunos temores y sus posibles soluciones.
Posibles problemas
La incertidumbre que genera el coronavirus y sus derivadas puede provocar ansiedad, tristeza, nerviosismo e incluso fobias o sensación de culpa. Eso se manifiesta, por ejemplo, en situaciones como:
-No poder llevar una vida normal en un momento tan bonito y especial para la mujer como es el embarazo.
-No poder tener el cariño de los tuyos cerca ni compartir con ellos los primeros meses del recién nacido.
-El miedo te hace te impide realizar lo planificado y te impide seguir con tu proyecto vital.
Soluciones
¿Qué hacer ante esta situación? ¿Cómo enfrentarnos a ella? Según nuestra experta psicóloga lo importante es detectar qué nos pasa. Y propone estas prácticas:
– Dar nombre a lo que nos está pasando, a nuestra sensación: ansiedad, miedo, tristeza, soledad…
– Cuando hayamos detectado lo que nos ocurre debemos escribir en un papel aquellas cosas que nos producen tristeza o nos asustan, la causa de nuestra soledad…
– Una vez detectado debemos ver cómo solucionarlo y poner en práctica actividades que nos sirvan de escape o hablar con aquellas personas que están a nuestro lado y pueden ayudarnos.
– Pensar en los momentos en los que has podido controlar la situación.
– Pensar que el hecho de que nuestro hijo ya viva, es lo mejor para él o ella y los padres y la familia serán lo más importante.
– Poner a pleno rendimiento nuestras aptitudes para descubrir que somos capaces.
Es importante poner esto en práctica y siempre la ayuda de un especialista es recomendable.
Natalidad en tiempos de crisis
Un documento publicado por el Instituto IZA de Economía Laboral predice en Estados Unidos un descenso del 15% en los nacimientos tras la pandemia. En España los nacimientos han descendido un 40% en la última década y durante el estado de alarma, desde el 14 de marzo hasta el 29 de abril han nacido 1.331 niños. Una tendencia que indica también que cada vez las familias son más pequeñas.
Confianza en el Señor
Ante esto y, a pesar de la situación de pandemia, debemos tener presente que Dios sabe más, que aunque no veamos el momento propicio para recibir a un nuevo miembro en la familia Él proveerá. Como dice Mateo 6:24-33 de nada sirve preocuparse. ¿ No tiene la vida más valor que la comida y el cuerpo más que la ropa?
Confiemos, Dios sabe más y nos bendice con una nueva criatura en el mejor momento para nuestro crecimiento espiritual. Por eso, un diálogo profundo, diario y confiado con Dios será fuente de paz y de descanso.
“Venid a mí los que estáis cansados y agobiados, que yo os aliviaré” (Mateo, 11:28-30)
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