La cifras de la violencia contra las mujeres alarman en la isla y han decidido alzar su voz contra toda forma de abuso y discriminación
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Las mujeres cubanas están viviendo su momento más dramático y las cifras lo prueban. Circula la cifra de 17 feminicidios en el 2020, violaciones, arrestos, golpizas y acosos. Pero la plataforma Yositecreo asegura que van 20 feminicidios en 2020. Una de sus activistas explica: «El problema (de la violencia doméstica) se agravó en las condiciones de aislamiento».
Según informa el Observatorio de Feminicidios en Cuba, en lo que va de año se reportaron 25 asesinatos de mujeres en la isla. A este número se suman 3 a menores de edad. Antes no existían porque no se nombraban. Así de sencillo.
Desde 2005 los feminicidios son un tema de interés internacional y regional. Sin embargo en Cuba se trataba como un asunto ajeno, como un problema de otros países. A nivel de datos concretos, Cuba se sumó oficialmente a la lista de países donde ocurren feminicidios desde el año 2019 –gracias a un informe nacional ofrecido a la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)- aunque hay datos desde el 2016.
Internet rompió el tabú
El tema fue por mucho tiempo tabú en la isla caribeña. Pero comenzó a tener mayor visibilidad y se incorporó al debate público gracias a un mayor acceso a Internet. Las cifras cubanas pudieran resultar bajas si se comparan con otros países de Latinoamérica, que es considerada una región peligrosa para las mujeres, aunque los especialistas aseguran que se necesita conocer más detalles sobre el dato cubano.
La psicóloga Mareleén Díaz, quien trabaja en el no gubernamental Centro Oscar Arnulfo Romero (OAR) lo expuso en junio del 2019. «En los últimos tiempos en Cuba, los medios de comunicación y periodistas han estado apuntando y visibilizando con ejemplos que este problema existe», en referencia a los múltiples casos conocidos públicamente, y que aumentaron desde que en diciembre de ese año la ciudadanía dispuso de acceso a Internet en los teléfonos móviles. «Pero no ha sido así en el caso de las cifras que han sido inexistentes o no públicas»
Según reporte de la Red Femenina de Cuba (RFC) Cuba registró más de 500 feminicidios entre 2015 y 2018. Impresionan estos datos, pues la cifra de feminicidios en la isla superaba a la registrada en España, donde la población de mujeres es casi cinco veces mayor.
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Doble violencia contra la mujer
Enfrentan una doble violencia, la de género y la de Estado. Ambas se parecen mucho, tanto, que ellas mismas la califican como agresiones machistas. Periodistas, blogueras, activistas por los derechos humanos y artistas vienen siendo acosadas y amenazadas de varias formas. La lista de campañas y blogs que denuncian la violencia de género en Cuba es larga.
Fue en 2018, en un hecho sin precedentes en la historia de las últimas décadas cuando el gobierno de Cuba reconoció, en su primer Informe Nacional sobre la implementación de la Agenda 2030, la incidencia en 2016 de 0,99 femicidios por 100.000 adolescentes y mujeres cubanas de 15 y más años.
Poco a poco se fue conociendo más. El 20 de octubre de 2017, medios nacionales publicaron información sobre la muerte violenta de una mujer en Cuba. Pero la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI) no publica estadísticas que permitan conocer la incidencia de feminicidios en Cuba. Por su parte, el Anuario Estadístico de Salud, que cada año da a conocer el Ministerio de Salud Pública en el sitio de Infomed, incluye las muertes por agresión en su reporte por sexo de las primeras 35 causas de muerte en la población cubana.
Según esa fuente, 1.086 mujeres cubanas murieron por agresiones entre 2010 y 2017. La cifra más baja se reporta en 2016 con 120 casos y la más alta en 2014, con 157 casos.
Subcalculado pero visible
En los últimos dos años, la agenda de los medios no oficiales ha multiplicado la presencia de trabajos sobre esos temas. Los medios oficiales también muestran un aumento cuantitativo de su su foco sobre el punto. Las visiones son diversas, pero el panorama ha cambiado a favor de la visibilidad del tema, sobre todo en La Habana y en algunas cabeceras provinciales.
En un trabajo publicado en 2019, Ailynn Torres Santana trata esta temática: “El acoso sexual callejero está siendo, en la actualidad, uno de los primeros planos. Otras violencias de género reciben menos atención. Es más escaso el debate sobre la violencia en espacios laborales, políticos, culturales, educativos o académicos. Tampoco se ha ahondado en la relación entre violencia, desigualdad y autonomía económica de las mujeres. La concientización de que la llamada violencia doméstica no es un asunto privado, sino que requiere intervención pública, aún está en ciernes”. Insiste en que el dato ofrecido por Cepal es valioso por subcalculado. Explica que,técnicamente, dentro del crimen de feminicidio algunos países especifican los* feminicidios íntimos*”.
Una definición de mínimos
“Esa definición de íntimos no permite hablar de feminicidio si quien asesina es un conviviente distinto de la pareja, por ejemplo. Tampoco consideraría a Leydi Maura Pacheco Mur, la mujer asesinada en Cienfuegos en típico acto feminicida, después de haber sido violada. Ni a Tomasa Causse Fabat (Cienfuegos, 2018) o a Delia Echeverría Blanc (Santiago de Cuba, 2017), ambas asesinadas por las ex parejas de sus hijas, también violentadas. Entonces, las aproximadamente 50 mujeres reconocidas como víctimas de feminicidio en 2016, son solo una parte del total de hechos calificables como tal”, precisa Torres Santana .
Hace pocos días se reportó la muerte de una joven en la Habana del Este. Eso aunado a la violación de una menor de 15 años en Camagüey y semanas atrás se había reportado una especie de abuso colectivo contra otra adolescente. A pesar de que el gobierno cubano ha declarado que su prioridad es “perfeccionar todas las acciones para eliminar las conductas discriminatorias y la violencia de género” y que un grupo
“multidisciplinario” se encontraría analizando la situación en todo el país, -según Ana María Mari Machado, vicepresidenta de la Asamblea Nacional- Zelandia de la Caridad Pérez, integrante de la Red Femenina de Cuba, destaca la ausencia de mecanismos legales que defiendan los derechos de la mujer.
Piden diálogo en carta abierta al gobierno
Han decidido alzar su voz para exponer su realidad. Más de un centenar de luchadoras femeninas y miembros de la sociedad civil compartieron este jueves 17 de diciembre una carta abierta dirigida al régimen castrista. Los firmantes exigieron espacios para un diálogo sobre la exclusión y la violencia de género en la isla, un tema de urgencia.
“No tenemos lugares donde llevar a las mujeres que han sido abusadas. El agresor queda libre, queda en la calle”, se lee en la misiva.
La periodista María Matienzo, signataria del documento, aseguró que debe existir una ley que vele por los derechos de la mujer. Mencionó el caso específico de la periodista independiente Iliana Hernández –activista del Movimiento San Isidro-, quien ha empezado a recibir mensajes anónimos a través de la aplicación WhatsApp, amenazándola con “posibles violaciones sexuales”.
¿Dónde llevamos a las mujeres abusadas?
Y es que, en Cuba, los feminicidios no son una categoría jurídico-penal. Por tanto, los crímenes no se registran ni se observan con esa categoría. De hecho, Cuba carece de una ley específica de violencia de género y de un modelo integral de atención a las víctimas y sobrevivientes. El Código Penal vigente no tipifica el feminicidio ni tiene una visión diferenciadora para los casos de violencia por motivos de género.
La carta pública que han dirigido al gobierno expresa la opinión, por primera vez, de mujeres representantes de todas las posiciones y oficios donde afirman que la violencia política contra las activistas existe y tiene que estar dentro de cualquier ley integral que se redacte en contra de la violencia de las mujeres y las niñas.
En efecto y más allá de una Constitución que habla de derechos, en Cuba no existe una ley contra la violencia de género que castigue duramente a quienes agredan o asesinen a una mujer. Si lo denuncian, son tildadas de contrarrevolucionarias. Todo ello, a pesar de que, presuntamente, la nueva Constitución “incluye garantías para los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y las protege de la violencia en cualquiera de sus manifestaciones y espacios”. Es por ello que se preguntan por qué no se respeta ese contenido consagrado en la Carta Magna y más bien mujeres como Tania Bruguera, Yoani Sánchez, Analemy Ramos, Berta Soler -entre otras- sufren agresiones, ofensas y golpes. Incluso, soportan los odiosos actos de repudio (*).
La violencia de género ha perdido terreno
Señala Torres Santana que ahora que fuentes oficiales en Cuba reconocen que hay feminicidios, estamos un paso adelante para analizar el problema, ahondar en sus causas y pensar en mejores soluciones. “Tenemos en contra la convicción de que *entre marido y mujer nadie se debe meter*, las rutinas institucionales ciegas o miopes a la violencia machista, y la falta de estadísticas y análisis. Tenemos a favor el trabajo de muchas personas, la sensibilización creciente sobre el tema”.-
(*) *Son cometidos por turbas violentas, bien organizadas y crueles, que ocupan todo su tiempo en lanzar ofensas, obscenidades e insultos sobre familias acosadas y sujetas a su reducido espacio vital que es su vivienda. La idea es amedrentar, trasmitiendo una sensación de impotencia, vulnerabilidad y quebranto**.*