La fotografía puede ayudar mucho a los niños durante la pandemia
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Siempre he defendido que un buen fotógrafo es aquel que tiene el don de ver lo que los demás no ven. Poder capturar una extraordinaria imagen es mucho más que congelar en el tiempo lo que apreciamos a simple vista. En esa captura, va implícita una realidad, una motivación, una forma de mirar, una historia. Es un gran ejercicio de percibir el encanto de cada instante a través del asombro.
Y… ¿quién tiene innata y virgen esa gran capacidad de asombro y de observación? Los niños. Su asombro es un deseo natural ante el conocimiento del mundo y su realidad.
Fotografía para niños en pandemia
Por ello, en tiempos de pandemia, el gusto por la fotografía puede servirles como herramienta para despertar en ellos la sensibilidad de reconocer la belleza, además de proporcionarles una forma de canalización de la realidad que perciben.
La crianza de los hijos durante la pandemia ha suscitado cierta preocupación entre los padres por los efectos psicológicos que puede acarrear en ellos. En numerosos casos, es posible que los niños muestren un aumento de estrés, alteraciones de sueño, mal comportamiento, como medio para encauzar su ansiedad o miedo.
Un estudio realizado por el departamento de psicología de la Universidad Complutense de Madrid (2013, María Dolores Avia) ha demostrado que la capacidad de apreciar la belleza mejora el bienestar de las personas.
Hacer fotos puede convertirse para los niños en un maravilloso juego, que implicará un fuerte ejercicio de creatividad y desarrollo de sus habilidades cognitivas. En este tiempo de pandemia, la observación de la realidad les será útil para el conocimiento de ellos mismos y de los que les rodean.
La fotografía les permite expresar sentimientos a través de sus fotos y tener una conexión más profunda con su entorno. Además, puede ser una oportunidad de compartir afición con los padres, reforzando el vínculo familiar.
Nociones de fotografía para niños
Facilitarles una cámara y enseñarles a cuidarla
Según la edad, podemos optar por un tipo u otro de cámara. Como regla general, para iniciarse les servirá una cámara sencilla y que pese poco. Si es a prueba de niños (a prueba de golpes y salpicaduras), mejor.
Aprender a usar la cámara y sujetarla bien
Nos tomaremos el tiempo necesario para que puedan aprender a cogerla correctamente, tanto en formato horizontal como en vertical (no poner los deditos delante del objetivo, evitar trepidaciones…) y les explicaremos cada una de las funciones de la cámara, empezando por las básicas.
Enseñar encuadre y composición
Aprovecharemos la energía que tienen los niños para evidenciar la necesidad de moverse y así encontrar el mejor encuadre (a ras del suelo, desde arriba, picado) y buscar la perspectiva.
En edades tempranas, no es necesario explicarles reglas de composición, pero les puede ayudar la observación del “instante preciso” (un abrazo, una persona que sonríe…).
Aprender a contar historias con las imágenes
Comentar a posteriori con ellos las fotos les servirá para tomar conciencia de que es lo que querían transmitir, quien o que es el protagonista de su captura y asociar emociones a sus imágenes.
Plantear juegos y retos
Es muy importante dejar a los niños cierta libertad para moverse y disfrutar de la experiencia y del juego.
Centrar su creatividad
Es muy útil darles algunas orientaciones como buscar cosas de un mismo color, diferentes texturas, reflejos, sombras, gestos de personas…
Imprimir sus imágenes
Siempre les resultará altamente satisfactorio contemplar sus imágenes impresas y, con ellas, poder hacer un regalo a un amigo o familiar, una felicitación de Navidad o cumpleaños o simplemente exhibirlas en su habitación.
Unión entre vida y realidad
Estamos viviendo una época que supone un gran esfuerzo también para los niños. Por tanto, un buen recurso es aprovechar su sensibilidad emocional para enseñarles, a través de la fotografía, que en la vida lo ordinario se puede convertir en extraordinario, la unión entre la belleza y la realidad.
Como dice el Papa Francisco (7 de febrero de 2020):
“Para educar hay que buscar integrar el lenguaje de la cabeza con el lenguaje del corazón y el lenguaje de las manos […] No se puede educar sin inducir a la belleza […] una educación no es exitosa si no sabe crear poetas.”
¿Por qué no aprovechar la fotografía en estos tiempos de pandemia?
La fotografía es una forma de amar la vida, es un poema escrito.