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En Venezuela, el santo del silencio y la humildad, ocupa un lugar especial en nuestras devociones y tradiciones
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Una vez escuché decir a un sacerdote – muy devoto del esposo de la Virgen María- que San José es un santo olvidado pues ocupa un puesto segundón y ni siquiera en los seminarios se informa acerca de él.
De hecho, San José fue decretado Patrono de la Iglesia universal por parte del Beato Pío IX en 1847. Y no fue sino hasta el pontificado del Papa Juan XXIII cuando se le incorporó al Canon Romano, para que sea venerado por todos los cristianos en el momento en que Cristo se hace presente en el altar.
Tampoco las Escrituras lo mencionan mucho, pero lo suficiente como para reconocer su protagonismo y su valía en la Historia de la Salvación.
En Venezuela, su puesto es de él…
Puede que, no obstante, su perfil se mantuviera bajo por siglos pero, en momentos en que hasta hubo un año dedicado a San José (20220-2021) por exhortación del papa Francisco, es oportuno recordar que en Venezuela, país mariano, se le venera con mucho cariño. Y su puesto es de él y de ningún otro. Pero, justamente por ser marianos, no desvinculamos de la Virgen a esa figura paternal, paciente y bondadosa que fue su esposo.
Por ser profundamente marianos es que le damos el puesto que le corresponde al compañero de ruta de María, la Madre de Dios, en la peligrosa pero apasionante aventura de ver crecer a Jesús y convertirse en «pescador de hombres». Y más significativo es el punto, cuanto nuestro país no se ha caracterizado, precisamente, por tener hogares donde el rol paterno es responsable. Antes bien, la ausencia de la figura es notable a lo largo de generaciones y la fuerza presencial de la madre ha sostenido los hogares y marcado a los hijos, al extremo, de que nuestros sociólogos católicos han hablado de familias «matricentradas».
San José, con su consecuencia, su compañía desde un segundo plano, su trabajo proveedor y su coraje en las crisis por las que tuvo que transitar aquella sagrada familia, es un modelo que desea copiar cada una de los hogares que no ha contado ni cuenta con el concurso de semejante ejemplo y patrón.
En este país hay que llamarse José
En las iglesias alrededor del mundo cristiano, es San José una imagen fija, siempre en un lugar discreto, a menos que el templo o capilla le esté dedicada. Venezuela es igual. Es frecuente que pueblos y calles lleven su nombre. En Venezuela también. Llamarse José o Josefina, bien por gusto o por tradición familiar de manera obligada remonta al primer José, de la tribu de David, de oficio carpintero y cuyo pecho era pequeño para el corazón tan generoso que albergaba. Pero hay detalles que expresan el cariño por un santo varón quien inspira los mejores sentimientos y valores que la humanidad debe cultivar.
En Venezuela, los nombres combinados con José son tan frecuentes que semejan una suerte de infinito rosario de cuentas. Las combinaciones son tan variadas como regiones tiene el país. Hay los José Caracciolos en Los Andes, los José Cupertinos en Oriente, los José Antonio en el centro y los José Matías en el Llano, los Juan José en occidente. José es el nombre que se integra con el de la Virgen para bautizar varones y hembras indistintamente, baste con mencionar a los José María y los María José. Religiosas muy distinguidas y hasta dos de nuestras beatas llevan su *José* incluido.
Si se trata de pueblos, perdemos la cuenta de las veces que nuestra geografía ha hecho honor a San José y el más destacado Seminario de Caracas se llama como el hombre que acompañó a María embarazada hasta Belén; la tomó a Ella y al Niño bajo su protección en su huida a Egipto; y custodió una familia de tres que mantuvo con su trabajo honrado hasta el final de sus días.
Icono de nuestras zonas populares
San José es Patrono de la Iglesia y de los trabajadores, el santo de la fe y la comprensión, pero en Venezuela es igualmente patrono de varias localidades, San José de Río Chico, San José de Guaribe, San José de Bolívar. San José es una de las 22 parroquias del Municipio Libertador del Distrito Capital de Venezuela. La Iglesia de San José de Caracas es una de las más antiguas parroquias caraqueñas, ubicada a las faldas de nuestro cerro Ávila querido y posee jardines internos al aire libre antes de entrar al interior del templo. Es la iglesia Icono de nuestras zonas populares. Esta edificación está ubicada muy cercana al centro de la ciudad de Caracas, es de un estilo arquitectónico muy clásico y se mantiene bien conservada en su interior.
En pleno corazón marginal de Caracas se encuentra, igualmente, el centro jesuita San José Obrero que sirve a una de las zonas más populosas y humildes de la capital. Es la Escuela Técnica Industrial San José Obrero la cual, aparte de oficios, enseña convivencia, valores familiares y gestión comunitaria. Junto a ellos, infinidad de unidades educativas, colegios y escuelas técnicas a lo largo y ancho del país se llaman con orgullo «San José».
21 ciudades para San José
Y si bien hay 334 lugares en el mundo con nombre San José, en Venezuela hay 21 lugares con este nombre pues cada estado del país tiene una ciudad emblemática nombrada San José.
El Santuario de la Madre María de San José es un complejo católico ubicado en el centro de la ciudad de Maracay, la capital del estado Aragua, al centro norte del país. Tenemos a la Madre Candelaria de San José, también Beata de la Iglesia católica fundadora de las Hermanas Carmelitas Venezolanas quien nace el 11 de agosto de 1863 en Altagracia de Orituco, en el Estado Guárico y reconocida oficialmente por la Santa Sede como Beata desde el 24 de abril de 2008, siendo la segunda venezolana en alcanzar la gloria de los altares después de la Madre María de San José.
Y están las religiosas del San José de Tarbes, quienes llegaron de Francia el 13 de junio de 1889 para dedicarse a labores hospitalarias pero, a petición de la propia sociedad venezolana, pasaron a educar y formar a las niñas y jóvenes del país. La devoción a San José se enseña con esmero desde los primeros años en en las aulas de esta institución educativa.
Cuenta con sus Fiestas Patronales
Son famosas las fiestas patronales de San José de Río Chico, en Barlovento, Venezuela, populares por la riqueza musical afro de esta región. Allí se presentan agrupaciones originarias con fama nacional. El itinerario comienza en la Plaza Bolívar del pueblo, con las agrupaciones musicales, sigue con el oficio de la misa y termina con una cantata por la paz.
El pueblo de San José de Río Chico, ubicado en el Estado Miranda, es un relevante lugar turístico, con gran afluencia de visitantes los fines de semanas y días feriados. Históricamente fue un importante productor de Cacao durante la época colonial en el siglo XVIII. Su peso económico era tal que a Río Chico se le denominaba «la Caracas Chiquita». Aún exhibe las hermosas casas coloniales que datan de esa época, cuando el cacao era una fuente de ingresos y riquezas como en nuestros días pudo serlo el petróleo. A las puertas de Río Chico aún se eleva, imponente, el Monumento al Cacao.
Hoy en día la región es muy reconocida por sus lindas playas, extraordinarios paraísos para los caraqueños, además de los canales y del Parque Nacional Laguna de Tacarigua.
En esta localidad de Río Chico, San José comparte patronazgo con la Virgen de las Mercedes, la cual fue proclamada Patrona del cacao en el siglo XVII. Anualmente el 24 de Septiembre se realizan diversos programas de fiestas patronales en su honor.