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Georgie Badiel, la supermodelo que está trayendo agua potable a su África natal

GEORGIE BADIEL

Georigie Badiel

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Paola Belletti - Matthew Green - publicado el 01/02/21
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La falta de acceso a agua potable es un problema esencial en ciertas partes de África y una mujer se ha propuesto la misión de ayudar

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De niña, Georgie Badiel tenía que levantarse antes del amanecer todos los días para caminar hasta el pozo más próximo. Caminaba un total de tres horas diarias cargando con un recipiente sobre su cabeza, acompañada de su abuela y sus primas. Mientras caminaba, sentía la injusticia de la situación quemándola en su interior.

Badiel ha llegado muy lejos desde entonces. Ahora es una supermodelo reputada y se ha propuesto la misión de ayudar a las personas de su tierra natal a tener un acceso más fácil a agua potable.

Badiel, que nació el 7 de febrero de 1985 en Costa de Marfil, se crio entre este país y Burkina Faso. Cuando alcanzó el éxito, volvió a su aldea natal en Burkina Faso para ayudar.

El problema no se limitaba a su localidad natal. Millones de personas en Burkina Faso carecían de agua limpia potable y accesible.

Las mujeres y las niñas son las encargadas de estas travesías largas, peligrosas y agotadoras que recorren a diario para abastecerse de este valioso recurso. Una vez recogida el agua, no puede beberse de inmediato, ya que está repleta de bacterias peligrosas; debe hervirse y dejarse enfriar. Vidas prácticamente enteras se inmolan en esta tarea, con la misma rutina todos los días.

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El sitio web de la fundación de Badiel describe su frustración con esta situación, ya de niña incluso:

Sus hermanos y primos varones tenían permitido seguir durmiendo mientras ella y las demás chicas de la casa tenían que ir a buscar el agua. Georgie lo pasó mal teniendo que aceptar esta desigualdad de género.

De noche, antes de acostarse, Georgie le preguntaba a su abuela: “¿Por qué está tan lejos el agua? ¿Por qué tenemos que hervir el agua antes de beberla?”. Su abuela le respondía que Georgie hacía demasiadas preguntas.

Ahora, Georgie vive en Nueva York, pero no ha olvidado de dónde viene. Georgie Badiel se niega a resignarse a dejar las cosas como están.

¿Cómo es posible que pueda darse una larga ducha con agua caliente y limpia en su apartamento de Manhattan mientras que sus tías, primas, sobrinas, hermanas, amigas y tantas otras personas en los países de África occidental ni siquiera pueden soñar con algo así?

El comienzo de la empresa

El punto de inflexión en esta historia fue el nacimiento de un bebé. Badiel cuenta al periódico italiano Corriere della Sera que, hace cinco años, voló de Estados Unidos a Benín para visitar a su hermana embarazada.

Las cosas no eran para nada diferentes a como ella las había experimentado años antes. Su hermana tenía que levantarse antes del amanecer para ir a llenar los cubos de agua. Algunas mujeres que vivían en el campo tenían que caminar hasta seis horas y arriesgarse a sufrir el asalto de hombres y animales salvajes.

No solo dar, sino enseñar

La situación le parecía inaceptable. Badiel quería hacer algo al respecto de manera inteligente y previsora, para ser un ejemplo de auténtico empoderamiento femenino.

Tras explorar diversas posibilidades de traer agua fresca a los hogares y pueblos de Burkina Faso, y tras toparse con numerosos obstáculos, decidió crear su propia fundación. No se trata solo de cavar pozos. También se trata de saneamiento, de educación y de empoderamiento de las mujeres para ser agentes de cambio.

Según el sitio web de la fundación, han educado a más de 15.000 niños sobre higiene básica y prácticas sanitarias, han restaurado 110 pozos y construido otros 19, ayudando así a más de 270.000 personas a tener acceso a agua limpia y potable. También han empoderado a 118 mujeres para ayudar a sus comunidades formándolas en la restauración y mantenimiento de pozos.

Tanto como método de recaudación de fondos y de herramienta didáctica, Badiel ha participado en la conversión de su historia en un libro infantil, La princesa del agua:

Para Badiel, el acceso al agua tiene que ver con algo más que la salud y el mantenimiento físico; tiene que ver con la libertad. En una entrevista en el programa Course Correction, presentado por Nelufar Hedayat, Badiel afirmó que “el agua esclaviza a las personas porque no tienen otra opción”. Sin agua, “no hay libertad. No puedes ir a la escuela… Las mujeres no tienen esa libertad de tener la posibilidad de hacer otras cosas por sí mismas y por sus hijos”.

Por eso, la supermodelo defiende el agua como un derecho humano.

En la entrevista, continúa afirmando:

Cada vez que vuelvo a casa, todo lo que pienso y todo lo que veo es cómo puedo hacer más. Nunca es suficiente, no importa lo que haga… ahora, cuando voy a Burkina Faso, todo lo que quiero es encontrar la solución a cómo podemos traer agua potable y limpia a mi país. Cuando voy a los pueblos, veo a mujeres como yo, veo niñas pequeñas como yo, que tienen que pasar tres horas, cuatro horas, algunas incluso dormir en la carretera, solamente para traer de vuelta un cubo de agua para su familia.

¿Sabes? Si queremos de verdad solucionar la pobreza, tenemos que empezar por lo básico. Y para mí lo básico es el agua. Ahí es donde empieza la vida.

Corriere della Sera no se anda con rodeos:

No hay futuro para un burkinabés. Mucho menos para una mujer que no se llame Georgie, no mida 1,80 y no haya ganado Miss África o no trabaje para enormes agencias de supermodelos como Elite. “La única perspectiva para un africano es caminar. Y cargar agua. Nunca he aceptado eso para mí misma. Y nunca lo aceptaré para todos los demás”.

Sin duda, es inaceptable y, en la entrevista de Course Correction, Badiel hace un llamamiento a “todo ser humano a que tenga un sentido de compasión. A que devuelva. A que ayude a alguien a tener la necesidad humana más básica, agua potable limpia. Porque el agua lo es todo”.

Sin agua, no se puede vivir

Una santa y mística italiana del siglo XVII, la gran santa Verónica Giuliani, estaría de acuerdo con Badiel. Cuando Verónica fue designada abadesa, diseñó y construyó un sistema de tuberías para sus hermanas, a quienes había visto subiendo y bajando escaleras con cubos llenos de agua, para distribuir el agua sin esfuerzo por todo el monasterio.

Famosa por sus experiencias místicas intensas y sin precedentes y por los múltiples dones especiales que recibió de nuestro Señor, Verónica nunca perdió el sentido práctico y educó a sus hermanas con equilibrio. Podemos confiar la sed de África a esta gran patrona.

Su patronazgo es especialmente apropiado, ya que ella entiende el Agua Viva que solamente Cristo puede dar. Además de la sed física, Verónica sería la mejor maestra constructora para construir pozos que extraigan esta agua que sacie de verdad los corazones de todo hombre y mujer.


JORGE PARISI
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