Vivían cerca el uno del otro toda su vida, pero fue la pandemia lo que los unió Todos se acuerdan que, al no poder salir de casa, muchos italianos promovieron espectáculos en los balcones de sus departamentos durante el confinamiento por la pandemia de coronavirus. Y fue en una de esas presentaciones que dos vecinos, aunque de lejos, se conocieron y ahora están planeando su boda.
Espectáculos en los balcones
Paola Agnelli, una abogada de 40 años, veía a Michele D’Alpaos, 38, desde su balcón durante los famosos “Conciertos de las 18h”, que se hacían en los balcones y que sirvieron de inspiración para todo el mundo. Aunque las presentaciones musicales tenían el objetivo de animar a la comunidad, también proporcionaron a los vecinos la oportunidad de conocerse un poco más.
Para Agnelli y D’Alpaos, los espectáculos fueron el inicio de una relación a distancia. La pareja, al principio, se vio una noche en que Paola estaba ofreciendo asistencia de sonido a su hermana, Lisa, durante su presentación de violín de “We Are the Champions”, de Queen.
Al estilo Sherlock Holmes
D’Alpaos usó algunas habilidades de detective y por medio del Instagram de Agnelli descubrió más sobre su vecina. Le envió un mensaje que provocó muchas respuestas. A medida que la pareja se conocía y platicaba al teléfono, los sentimientos afloraban cada vez más – tanto que D’Alpaos hizo un gran cartel que colgó en su edificio con el nombre de Paola impreso, para mostrar a su vecina cuánto significaba para él.
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En mayo, ellos finalmente tuvieron el primer encuentro “presencial”, en un parque. Ahora están planeando casarse. Ellos habían vivido uno al lado del otro durante gran parte de sus vidas y fue necesaria una pandemia para finalmente unirse.
Tal vez el hecho de que la pareja pudiera apoyarse uno en el otro durante el confinamiento, incluso desde lejos, significó que habían construido una base sólida antes de encontrarse. Ahora, solo necesitan escoger una fecha, y como D’Alpaos compartió con el Daily Mail: “Estamos considerando una ceremonia en la gran azotea de mi edificio, algo que haría sentido, ya que nos conocimos en nuestros balcones”.
Una historia de amor en el balcón que tiene un final feliz – un argumento que ni el propio Shakespeare podría haber imaginado
