Señales que ayudan a detectar desnutrición en nuestros mayores

“Dichosas esas familias que tienen a los abuelos cerca”. Son palabras del Papa Francisco en el encuentro con los ancianos en 2014.

Vivir con una persona mayor, un abuelo, es signo de la presencia de Dios, es una experiencia inolvidable para todos los miembros de la familia, especialmente para los niños. Son una gran compañía, nos ayudan en nuestro camino, nos transmiten sus costumbres y sabidurías, su fe, pero sabemos también que están en una etapa de la vida en el que requieren de toda nuestra atención, y cuidados para envejecer saludablemente.

Es así que la Organización Mundial de la Salud planteó como una de las metas para el siglo XXI envejecer de forma saludable y para alcanzarlo el papel de la nutrición es fundamental, ya que la malnutrición y la discapacidad funcional son factores que pronostican morbilidad y mortalidad.

En la cultura de la esperanza

Cuidar a nuestros ancianos es una de las tantas enseñanzas del Papa Francisco sobre la familia, el cual decía que prestarles el cuidado necesario forma parte de la cultura de la esperanza que debemos construir en la sociedad actual.

Desnutrición

Y el paso de los años en las personas aumenta el riesgo de muchos trastornos de salud entre ellos la desnutrición, un tipo de deficiencia nutricional.

La desnutrición es común en esta población porque los ancianos se encuentran en una etapa de cambios biológicos (como el peso, la estatura), psicológicos y sociales (trastornos adaptativos o depresiones). A su vez está también condicionado por aspectos genéticos, estilo de vida y factores ambientales, pero esta enfermedad puede solucionarse modificando la alimentación y el estado nutricional.

Causas de desnutrición en la tercera edad

• Medicamentos: hay algunos fármacos utilizados para el tratamiento de distintas patologías que generan pérdida del apetito o rechazo a ciertos alimentos por su olor o sabor.
• Estado de salud: además de las clásicas enfermedades cardiovasculares o metabólicas aparecen las degenerativas como las demencias, ataxias que son dificultades en el movimiento. Pero además pueden presentar algunas patologías funcionales como la disfagia (dificultad para deglutir) o problemas en la masticación.

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• Dieta inadecuada: es común que se elaboren dietas monótonas y desequilibradas cuando viven solos, a raíz de poder presentarse una dificultad para hacer la compra, preparar la comida, desplazarse de un lugar a otro, así como también puede ser por un menor poder adquisitivo, todo esto hace que no se priorice tanto la calidad del alimento sino el precio y la facilidad de elaboración.
• La edad: el envejecimiento trae consigo muchas veces cambios en el apetito, en el gusto, y en la conservación de buenos hábitos alimentarios.

Síntomas de alerta de desnutrición

Si el médico diagnostica desnutrición en nuestro adulto mayor, debemos saber que esta enfermedad puede tener múltiples consecuencias en la salud como: falta de energía, cansancio, pérdida de masa muscular, debilitamiento del sistema inmunológico, disminución de la calidad de vida, mayor riesgo de caídas y fracturas.

Por lo tanto, si estamos a su cuidado debemos estar atentos a algunas de las siguientes señales de alerta de desnutrición para tomar las medidas necesarias y ayudarlos a tiempo:

• Pérdida de peso y masa muscular y grasa subcutánea.
• Menos ingestas de lo habitual.
• Edemas en las extremidades.
• Retención de líquido, deshidratación.
• Algún tipo de afección de la piel.

Hábitos a cuidar, que influyen en un envejecimiento saludable

Según el Informe Mundial sobre el envejecimiento y la Salud 2015 de la Organización Mundial de la Salud hay algunos hábitos que podemos cuidar que influyen en el envejecimiento saludable de nuestros adultos mayores.

• Reducir la hipertensión, controlarla con los medicamentos indicados por el médico.
• Mejorar la nutrición, y la alimentación, se puede variar el menú para hacerlo más apetecible y captar la atención de nuestros adultos mayores. También servirles porciones pequeñas, varias veces al día, eligiendo alimentos variados y saludables como vegetales, legumbres, cereales integrales, frutas, pescados…
• Dejar de fumar, ya que entre otras cosas inhibe el apetito.
• Realizar actividad física, preferentemente al aire libre, esto incrementara las ganas de comer.

Contacto social y suplementos nutricionales

Del mismo modo es importante para ellos el contacto social, por lo tanto realizar alguna de las comidas del día en familia es fundamental, así como también compartir una merienda por ejemplos con amigos u otros familiares.

Si es necesario el médico le indicara la toma de algún suplemento nutricional para mejorar el estado nutricional, pero no es recomendable dárselos por nuestra cuenta.

Es una bendición tener con nosotros a nuestros adultos mayores, cuidarlos, mimarlos, son un tesoro invaluable, como decía el Santo Padre: “Una de las cosas más bellas de la vida de familia, de nuestra vida humana de familia, es acariciar a un niño y dejarse acariciar por un abuelo y una abuela.”

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