Dostoievsky, Gogol y Tolstoi buscaron respuestas en los “starets” del cenobio de Optina Pustinia. ¿Por qué no hacer lo mismo con la Covid-19?
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El mundo de hoy busca respuestas fáciles y modelos “low-cost”. Sólo hay que fijarse en quienes son hoy en día los “influencers” y lo que nos venden. Pero hay mundo mucho más allá. Hay gente más allá de nuestras series y programas favoritos; hay mundo más allá de las redes sociales. Son aquellos seres humanos dotados de una sensibilidad especial: una capacidad más importante incluso que la comunicativa: son los “escuchantes” del mundo.
En este mundo en continuo movimiento, plagado de actividades, productividad y rendimiento hay gente que aparentemente no hace nada. Son aquellos enviados para permanecer en silencio, para no tener que desempeñar un papel, sino solo contemplar, ver y esperar. Si realmente existiera un comité de expertos que nos permitiera salir mejor de esta pandemia, ellos serían los que vislumbran lo que vive en lo invisible, lo esencial, aquello que en palabras de Saint-Exupery es “invisible a los ojos”.
Grandes autores y pensadores buscaron paz y serenidad en estos hombres. Dostoievsky, Gogol y Tolstoi buscarían respuestas al drama del hombre en el famoso cenobio de Optina Pustinia. Los famosos “starets”. ¿Por qué no hacer hoy lo mismo? ¿Por qué nos buscar respuestas en una abadía? Ver la pandemia a través de los ojos de un monje. Muchas preguntas: ¿Hacia dónde vamos? ¿Por qué tanto sufrimiento? ¿Qué es lo importante? ¿Para qué sirvió este proceso? ¿Saldremos mejores? ¿Qué es lo que no vemos con nuestros ojos? ¿Qué es realmente lo esencial en esta pandemia?
Mauro-Giuseppe Lepori, abad general de la Orden del Cister va contestando en el libro: “La fe en tiempos de Pandemia” de la Editorial Encuentro a algunas de estas preguntas. ¿Qué aprender de esta cuarentena global? se pregunta, en un texto basado en la conferencia que ofreció este verano en La Granda (Asturias). El texto es denso, profundo y enriquecedor.
Sólo 4 claves que nos pueden servir para abrir boca:
La importancia del corazón: Una espina en la carne del mundo
En el texto viene a explicar cómo el significado del mundo entero es lo que da sentido al corazón humano. Define el corazón del hombre como “una espina en la carne del mundo” y muestra que este corazón es la conciencia. Sin el corazón humano, nada tendría sentido.
“El coronavirus y la economía tienen sus propias leyes, sus propios procesos, que a menudo parecen enloquecer, rebelarse contra el hombre, pero ninguna ley física, biológica o económica es mayor que la libertad de un solo corazón humano”
La obra de Dios en el obrar humano
En todo obrar esta Dios y es lo que hace que cada una de las pequeñas acciones que hemos llevado a cabo en nuestra casa, en nuestro hogar tuvieran sentido. ¿A alguien le pareció una pérdida de tiempo quedarse en casa? ¿Pensáis que cuando permanecéis en casa siguiendo una cuarentena estáis desaprovechando el tiempo?
Mauro-Giuseppe Lepori: “Hasta el más pequeño gesto, hasta la obra más oculta, como la oración en la celda de un ermitaño o el más humilde servicio en el ámbito familiar, se convierte en un acontecimiento que introduce una semilla de novedad humanamente imposible en el proceso histórico, porque es una novedad divina y eterna”.
La vivencia del presente
Durante este confinamiento hemos visto lo mal que lo pasábamos sin hacer nada. De repente nos hemos visto sin capacidad de pensar en un futuro impredecible. Todo es presente. Para muchos ha sido una pesadilla. El reloj no corría y todas nuestras metas y citas habían desaparecido. Un ritmo que no era real se desvaneció. Sólo quedó el ahora y el presente. Mauro Giuseeppe Lepori hace toda una reflexión con el capítulo 43 de la Regla de San Benito y la frase “Festinatio cm Gravitate” (darse prisa con gravedad).
Nos habla de vivir intensamente: “Es una forma de vivir, de concebirnos a nosotros mismos, al tiempo, a las cosas y a las relaciones, al deber y al placer, en definitiva, a toda nuestra relación con la realidad, que nos haría humanamente intensos”.
Vivir con la conciencia de que Dios está presente
Termina su reflexión confesando que no tiene una solución a los mil problemas del hombre, pero sí nos ofrece una manera de enfrentarse a ellos. Dar testimonio de la presencia de Dios en todo momento. Es la manera en la que este abad nos pide ser útiles a la humanidad:
“No se trata de imponer la fe, sino de proponer la intensidad humana que la fe produce en quienes la experimentan”.
En su texto Mauro-Giuseppe Lepori hace de vigía del mar nocturno, de faro ante la oscuridad y aunque no nos ofrece respuestas concretas si que nos ofrece una nueva manera de afrontarlos. Una posición novedosa. Ver y pararse a la vez; correr con gravedad y dar sentido a cada momento. Un “starters” en el “gran teatro del mundo” al que merece la pena leer. Recurrir a la sabiduría y reflexión de los monjes para salir de la confusión de la historia.