La hermana María Laura Roger presenta en Aleteia la Red Kawsay, una iniciativa contra la trata de personas que se inició en Perú y se extendió a otros países como Argentina
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La Red Kawsay es uno de los frutos del ímpetu de la Unión Internacional de Superioras Generales (UISG) por mancomunar los esfuerzos de las distintas familias de vida consagrada en la atención de las víctimas de trata. Como tantas veces en la historia de la Iglesia, congregaciones e instituciones trabajando juntas logran objetivos impensados, y hacen que una red de religiosas enfrente con valentía y coraje a poderosas mafias.
En diálogo con la hermana María Laura Roger, de la Red Kawsay de Buenos Aires, nos adentramos en una manifestación de la Iglesia en la cual los distintos carismas están llamados a expresarse de manera conjunta ante instancias de poder y también culturales que sostienen la esclavitud moderna.
El nombre y el origen
-¿Por qué se llaman Kawsay?
La Red Kawsay surgió en el 2010 en Perú. El nombre de la red “Kawsay” proviene de una palabra quechua que significa “Vida ya, vida ahora”, y que implica el deseo de que todas las personas puedan tener o recuperar-en el caso de las víctimas de trata- una vida llena de sentido, de proyecto, de plenitud, en armonía con la naturaleza y con todos los seres.
-Históricamente, distintos carismas de la Iglesia se han dedicado a sanar las heridas de las víctimas de la trata, a evitarlas. ¿Qué motivó al inició de Kawsay?
El origen de la Red lo encontramos cuando la UISG, organismo internacional que asocia a todas las religiosas líderes de sus congregaciones, optó como prioridad atender la realidad de la trata de personas, un gravísimo problema que aqueja a muchas hermanas y hermanos en el mundo entero. Para emprender esta prioridad, la UISG invitó a las conferencias de religiosas y religioso de los distintos países a asociarse en la lucha contra la trata de personas.
-Nace en Perú, ¿cómo llega a la Argentina?
La CONFAR -Conferencia Argentina de Religiosas y Religiosos- asumió el pedido de la UISG y envió a dos hermanas Oblatas a participar de una capacitación que se dio con la colaboración de la Organización Internacional de Migraciones de las Naciones Unidas. A partir de allí se convocó a las congregaciones religiosas y se formó el núcleo inicial que comenzó a funcionar en Buenos Aires. Luego la Red se extendió a otras zonas de Argentina y sigue en permanente esfuerzo por llegar a todo el país.
Sensibilizar
En la actualidad Kawsay es un Red Internacional de Vida Consagrada comprometida en la construcción de una sociedad sin trata de personas, promoviendo a través de acciones concretas, la dignidad, la justicia y la solidaridad. Para ello la red se propone como objetivo articular recursos y acciones de la Vida Consagrada en la sensibilización sobre la trata de personas en los diferentes ámbitos de la sociedad, para prevenir que más personas sean implicadas, y asistir a las afectadas.
-No es Kawsay la única red que nos rodea…
Si nos ponemos a pensar, la Iglesia es una red de redes, esto constituye su identidad más profunda. Así es que tenemos una larga y rica experiencia que podemos poner al servicio de nuestra causa. Por otra parte, las mafias funcionan también como redes que promueven el delito y el atropello a los derechos humanos. Y eso las hace muy poderosas. Es por lo tanto necesario trabajar en red de manera de compartir recursos y saberes, desarrollar verdaderas sinergias, sostenernos en la oración, y la mística común.
-Aún hoy, solemos pensar en la trata de personas con imágenes asociada a la esclavitud de antaño, la población blanca sometiendo a una población negra…¿Cómo encontramos a la trata hoy?
Según la legislación argentina, Ley nº 26.842, la trata se refiere al ofrecimiento, la captación, el traslado, la recepción o acogida de personas con fines de explotación, ya sea dentro del territorio nacional, como desde o hacia otros países. Los fines de la trata son explotación de la prostitución ajena u otras formas de explotación sexual -conocida como trata con fines de explotación sexual-, pornografía infantil, trabajos o servicios forzados -conocida como trata con fines de explotación laboral-, esclavitud o prácticas similares, servidumbre, extracción de órganos, matrimonio forzoso.
-¿Dónde encuentran las redes de trata a sus víctimas?
Las personas víctimas de trata, generalmente, son personas que han sido captadas aprovechando alguna necesidad que tienen y que las hace vulnerables. La trata hace estragos en los sectores más empobrecidos, sean familias, niñas, niños, adolescentes y sobre todo mujeres. Pero nadie está libre de ser captado. Si falta el diálogo o la atención de los padres, si no se cuida el tipo de amistades de los hijos, si se deja a estos navegar por las redes sin ninguna supervisión o cuidado,… todas estas situaciones son un caldo de cultivo para la trata de personas. También el Estado ausente que no cumple con sus responsabilidades de capacitación y de protección o que favorece la corrupción y la alianza con los tratantes es un agente importantísimo.
Combatir la trata
-Algunos indicios para la familia ya van surgiendo, como la atención a la navegación en los redes, la vulnerabilidad de las familias más pobres. ¿en qué frentes hay que combatir la trata de personas?
Para combatir la trata de personas son varios los abordajes posibles. Por un lado el educativo, y consiste en desarrollar tareas que tengan que ver con la sensibilización y capacitación. Nuestra Red focaliza
particularmente en este abordaje.
Por otro la atención a las víctimas. Consiste en el cuidado, la asistencia y la restitución de derechos de las personas que han sido víctimas de trata. Este es un rol, que si bien puede ser desempeñado por las organizaciones de la sociedad civil, es específicamente del Estado. Es su responsabilidad fundamental atenderlo. Y por otra parte es el Estado el que cuenta con los recursos que se necesitan para desarrollar bien esa tarea.
Por último también un abordaje político. Este abordaje implica la denuncia, el reclamo ante las autoridades, la vigilancia de que los organismos del Estado cumplan con sus obligaciones y en general se cumplan las leyes de trata que en nuestro país son una herramienta fundamental del combate del delito de trata.
Educación
-Comenta que focalizan en el abordaje educativo, ¿cómo se concreta este foco?
La atención de nuestra Red focaliza en la sensibilización y la capacitación. Buscamos que todos seamos conscientes del drama de la trata y podamos actuar en consecuencia. Para ello ofrecemos talleres en escuelas, comunidades, parroquias…También difundimos a través de las redes. Este año del Covid19, en el que nuestra Red de la Argentina cumplió diez años, desarrollamos una serie de seminarios web tomando distintos aspectos de la problemática de la trata: jóvenes y trata, el arte y la trata, abolicionismo, redes que en América luchan contra la trata, entre otros. Nuestra Red tiene también como objetivo articular con otras organizaciones, y asociadas a ellas, “peticionar ante las autoridades” (derecho destacado en nuestra Constitución Nacional) para que cumplan con sus obligaciones respecto del delito de trata.
-¿El abordaje educativo confronta a veces con ideas o conceptos arraigados en la cultura que dificultan la labor?
Queremos romper con esquemas culturales ancestrales que ven como natural cosas tales como la prostitución o que las familias, incluso con sus hijos pequeños, sean trasladados mediante engaños y mentiras a trabajar temporariamente en las cosechas.
-¿Cómo perciben este tipo de esquemas culturales con respecto a la prostitución?
Las mujeres no estamos a la venta. La prostitución es esencialmente comprar una mujer por un rato para usarla como objeto de dominación. Hay que entenderlo como una clara expresión del patriarcado machista, varones que piensan que pueden usar a las mujeres como usan un auto o un televisor o elijen la ropa que van a usar ese día.
-¿Cómo puede ser que se naturalice tanto la prostitución?
En la Argentina y en otras partes del mundo hay colectivos que son financiados por las mafias internacionales para que instalen la idea de que la prostitución es un camino de liberación femenina. Manejan mucho dinero y buscan comprar voluntades. La prostitución es la puerta de entrada de la trata, o mejor dicho, la prostitución es trata. Y no constituye ninguna liberación. El objetivo de este “lobby” es lograr que los países dicten leyes que reglamenten la prostitución como si fuera un trabajo. Nadie, pudiendo tener otra opción, elige ser prostituida. Pueden imaginarse lo que significaría tener leyes que favorezcan o legitimen la prostitución. Si en la Argentina, siendo un país abolicionista -es decir que prohíbe la prostitución ajena y donde los prostíbulos están prohibidos- hay tanto delito de trata, que sería si la ley avala la prostitución.
Volviendo al funcionamiento de la Red, ¿cómo conviven los distintos carismas?
Nuestro trabajo lo realizamos junto a laicas y laicos, con quienes compartimos la espiritualidad que brota del Evangelio. Cada Congregación tiene un carisma particular, que nace del seguimiento de Jesús por ejemplo cuando Jesús enseña, cuando cura, cuando anuncia el Reino, cuando se compadece, cuando cuida, cuando denuncia. Es como que cada Congregación pretende ser una página viva del Evangelio.
Dejarse conducir por el Espíritu
Estar en red significa poner todos esos carismas en acción y en intercomunicación. Es una fuerza muy poderosa. Dejándonos conducir por el Espíritu, podemos realizar grandes cosas. Sin su ayuda no podríamos avanzar mucho.
-Hacen foco en la educación, en estar con la víctima, en denunciar. Pero también en la espiritualidad. Nos confiesa que buscan dejarse conducir por el Espíritu.
El Espíritu nos regala la fe, en cuanto creemos en la dignidad de todos y cada uno de los seres humanos como hijos e hijos muy amados por el Buen Dios. Nos alienta a la esperanza de que un mundo más justo y más fraterno será posible erradicando la trata en todas sus formas. Nos inspira el amor, con el que queremos llegar a todas las personas y desde donde trabajamos y luchamos en nuestra Red.
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