La responsable de Cáritas en esa zona de la Amazonía de Perú, Carol Jeri, contó a Aleteia cómo se han estado viviendo estas horas complejas en medio de una “crisis humanitaria” debido a la situación de migrantes, además del desborde de ríos.
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“Con Assis nos separa uno río y nos une un puente”, dijo Carol desde Madre de Dios. Ella es la responsable de Cáritas en esa zona y con esas palabras hizo referencia a un punto que ha generado la atención a nivel internacional: el Puente de la Integración sobre el río Acre.
En los últimos días se ha podido ver a través de diversos medios cómo centenares de migrantes, en su mayoría haitianos, buscaban atravesar el puente desde Brasil (ciudad de Assis en el Estado de Acre) hacia la región de Madre de Dios donde se encuentra la localidad de Iñapari.
Si bien hace más de seis días que muchas de estas personas han permanecido varadas en la zona debido al cierre fronterizo por la pandemia del coronavirus, fue el pasado 16 de febrero se llegó a un punto de máxima tensión cuando los migrantes rompieron el cordón policial y cruzaron hacia Perú.
Con el paso de las horas la situación se logró controlar y grupos de migrantes, donde también se constató la presencia de personas de diversas nacionalidades africanas, fueron devueltos al otro lado del a frontera. Incluso, desde Madrededios.com se informó que algunos haitianos que habían dado positivo a coronavirus en Iñapiri fueron devueltos a Brasil.
Una rápida reacción
En el diálogo que tuvo con Aleteia, Carol reconoció que la gente utiliza como zona de tránsito esa parte de Madre de Dios. Es que se trata de un lugar bastante poroso y sin custodia permanente. Además, en el caso de la zona peruana, un sitio desde el cual se puede acceder a diversos destinos del país.
Pero el ruido generado en especial en los últimos días fue lo que terminó despertando una rápida reacción tanto desde el Vicariato Apostólico de Puerto Maldonado a través de un llamado a evitar un conflicto social más grave (ver nota publicada en Aleteia), así como desde organizaciones vinculadas a la Iglesia como Cáritas.
Para Carol, la situación de estos migrantes que intentan ingresar a Puerto Maldonado para seguir viaje rumbo a Centroamérica y Estados Unidos (también muchos de regreso a sus hogares) ha generado una nueva “crisis humanitaria” en la frontera.
“El día martes con las inclemencias del clima esperaron en el puente con pequeñas carpas. Había mujeres gestantes, niños con otras persas que intentaron ingresar”, señaló Carol, quien enfatizó que lo que se buscó rápidamente fue dar a conocer los hechos.
“Se intentó instar a las autoridades a través de un comunicado desde el Vicariato que desde un punto de vista político y diplomático se pudieran poner de acuerdo. La no vulneración de derechos. A raíz de eso buscamos contactarnos con distintas organizaciones. Finalmente se acudió con asistencia humanitaria. Con elementos de primera necesidad para que tuvieran los recursos mínimos los días que iban a estar en ese lugar”, sostuvo.
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Emergencia sanitaria e inundaciones
Pero la súplica desde Madre de Dios no solo está vinculada a la crisis de los migrantes, sino también a la conjunción de las dificultades a raíz de la emergencia sanitaria por el coronavirus (provocó el cierre de fronteras) y por ser una zona amazónica donde suele haber emergencia por casos de dengue.
“Y también desde hace dos días estamos con desborde de ríos que genera inundaciones en diversos sectores. Esto afecta a las comunidades, pueblos originarios y a la propia ciudad. Es una de las inundaciones más grandes de los últimos años”, señaló la responsable de Cáritas en Madre de Dios.
En ese sentido, Carol comentó que se está en coordinación con las autoridades locales y comunidades indígenas para brindar apoyo. Por ejemplo, muchas personas fueron trasladas a sitios que hacen las veces de refugios como los colegios.
https://www.facebook.com/CaritasMDD/posts/3941597295909434
“La población se ha organizado con ollas comunes. Las inundaciones han ocasionado que pierdan sus cosas. El río ha superado todos los niveles este año. Estamos en constante coordinación”, manifestó.
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Madre de Dios, tierra bendecida por Francisco
En enero de 2021 se cumplieron tres años de la visita del papa Francisco a esa zona de la Amazonía peruana, por estas horas tan en boga de todos por los migrantes, pero también por esas situaciones difíciles como las inundaciones u otras emergencias sanitarias.
Aquella visita sigue calando hondo en las personas como Carol que trabajan al servicio de la comunidad y los pueblos originarios. Para ella, la llegada del Papa a Puerto Maldonado ha logrado darle más visibilidad a la problemática de los pueblos originarios.
“Con la visita del Papa francisco se volvieron los ojos a la Amazonía. Eso implica un compromiso fuerte no solo por quienes formamos parte de la Iglesia, sino por todas las personas”, subrayó.
Entre los principales efectos de aquel encuentro se encuentran diversos proyectos de apoyo que se han estado realizando en estos años, en especial desde hace poco con las consecuencias de la pandemia.
Lo que la pandemia dejó…
“La pandemia ha afectado a esta población. Hoy en día hay comunidades que no tienen ni siquiera un técnico. Han tenido que responder a través de la medicina tradicional resguardándose en sus comunidades para evitar ser contagiados”, esbozó Carol.
Más allá de lo sanitario también el impacto a nivel educativo. Para ello, relató Carol, se ha hecho un esfuerzo muy grande para ayudar a instalar antenas satelitales y de esa manera ofrecer el acceso a internet. Gracias a esto, además de volver a estudiar, estas comunidades ganan herramientas de comunicación para dar alertas ante casos de emergencia como las acontecidas ahora con las inundaciones.
Por último, Carol se animó a hacer una nueva súplica desde el corazón de Madre de Dios. A través de su comunicación con Aleteia no perdió la oportunidad de pedir mayor sensibilidad y solidaridad para con las personas que necesitan acogida, compañía y posibilidades de desarrollo.
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