¿Una oportunidad perdida? En todo el mundo, la politización de la vacuna profundiza inequidades. ¿Tendemos a la autodestrucción?
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En la Argentina, el presidente Alberto Fernández pidió la renuncia del ministro de Salud, Ginés González García. Esto por reservar y proveer vacunas para amigos y funcionarios que no estaban en los grupos prioritarios de vacunación. Las circunstancias son similares a las que le costaron el cargo a al menos 16 funcionarios del gobierno del Perú, entre ellos la exministra de salud. Y el recorrido podría seguir por otros países del continente.
La vacuna, que al inicio de la pandemia hasta el propio papa Francisco pedía sea esperanza para todo el mundo y sea garantizadas en condiciones de equidad, parece profundizar las desigualdades no solo entre los estados que ya tienen comprometidas millones de dosis y aquellos que no atisban recibirlas en 2021, sino hacia adentro de los propios países.
Como a Jesús en el desierto en el Evangelio del primer domingo de cuaresma, nos acechan las tentaciones. Y en este contexto de pandemia en el que después de tanto dolor e incertidumbre comenzamos a ver una luz de esperanza, ¿qué camino estamos tomando?
La tentación de la autodestrucción
En su mensaje para el primer domingo de Cuaresma el obispo de San Isidro y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Oscar Ojea, se hizo eco de la perplejidad “por la politización de la vacuna”. El video fue difundido horas después del escándalo desatado en el país.
“El Señor Jesús nos quiere mostrar hasta qué punto ha asumido la naturaleza humana sufriendo la tentación. El Evangelio nos dice que el Espíritu lo lleva al desierto y así el Señor vive algo que es tan nuestro, que es tan humano: la lucha, el combate entre el bien y el mal, la decisión”, inicia el prelado. y aclara: “Y esto lo hace en el ambiente desierto, donde está despojado de todo, donde se da solamente lo esencial: o el corazón para Dios o el corazón para otro lado”.
Y explorando qué tentaciones se nos presentan, se preguntó por las tentaciones que tienen los argentinos en este momento. “Y pienso en que tenemos la tentación tremenda de autodestruirnos, y de boicotearnos aquello que nos puede hacer bien”.
“La politización de la vacuna”
Después de reflexionar sobre la oportunidad desaprovechada de despedir en unidad a un ídolo del deporte como Diego Maradona, y expresar que hasta esa partida remarcó la división entre los argentinos, aseguró: “Ahora vivimos perplejos la politización de la vacuna”.
“La vacuna, que como el Santo Padre nos ha dicho repetidas veces, debe tener un alcance universal; nadie debe quedar sin ella, y primero merecen recibirla aquellos que tienen la responsabilidad de los cuidados esenciales”, definió, y completó: “En esto tenemos que tener una gran delicadeza, porque se trata de la vida y la muerte. Cuando nosotros estamos frente a la posibilidad de sostenernos en la vida, eso no se puede politizar. La vacuna es para bien de todos”.
El mensaje, que dirige a su diócesis y a su país, bien puede tener eco en cada país y región del mundo donde en este desierto al que nos expuso la pandemia asome la tentación de hacer de la vacuna un instrumento más político que sanitario, de poder más que de salud.
“Pidámosle al Señor no ceder ante la tentación y la ruptura de la división. Así es el espíritu del mal que nos lleva a romper, a cortar nuestra relación con la naturaleza dentro de nosotros mismos y con los hermanos y hermanas. Pidámosle al Señor que venció la tentación, que superó la prueba, que nos dé la fuerza para vencer esta tremenda tentación de autodestruirnos”, concluye.
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