Dos pueblos lejanos entre sí –uno en América y otro en Europa- desde ahora unidos por la fe y de la mano del padre Juan José Salaverry, nuevo obispo auxiliar de Lima. Puedes conocer esta llamativa historia aquí
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“La ciudad de los cien horizontes”. Es tan solo contemplar sus paisajes montañosos y entender el porqué de esta definición. He aquí una de las maneras de reconocer a Asolo, un pequeño pueblo de la región de Véneto en Italia.
También se lo menciona como “la perla de la provincia de Treviso”. Precisamente, a comienzos de la Edad Media los obispos de Treviso lo tenían bajo su jurisdicción.
Pero Asolo también es sinónimo de cercanía a Venecia (unos 50 kilómetros) y sitios de interés como el Castillo de Caterina Cornaro, el Palazzo della Ragione y hasta de una catedral construida en 1747 y que en su interior el retablo de la Asunta de Lorenzo Lotto. La lista podría seguir.
“Un vínculo de fe”
El 10 de febrero de 2021, a poco menos de 10.000 kilómetros de distancia, se daba a conocer la noticia del nombramiento de nuevos obispos auxiliares para la Arquidiócesis de Lima en Perú. Hasta aquí algo normal y frecuente.
Sin embargo, uno de esos nombramientos que hizo el papa Francisco terminaría generando un particular efecto entre América y Europa. Es ahí donde entra el nombre de uno de los nuevos obispos, el padre Juan José Salaverry y Villarreal, un dominico nacido en Lima en 1969 (puedes conocer más sobre su vida y trayectoria aquí).
Pero curiosamente, junto al nombramiento como obispo auxiliar de Lima también apareció su nombramiento como titular de Asolo, sitio cuya diócesis fue suprimida hace más de mil años.
Esto motivó una rápida reacción desde la propia localidad de Asolo. La propia comunidad quedó con deseos de conocer a su nuevo obispo titular. Fue así que se logró presentarlo en el diario de la diócesis de Treviso “La vita del popolo” a través de un artículo firmado por Bruno Desidera, recuerda la Arquidiócesis de Lima.
«Un saludo afectuoso a todos los vecinos de la ciudad de Asolo. El Santo Padre me ha concedido ser obispo auxiliar de la Arquidiócesis Metropolitana de Lima (Perú), teniendo el título de la antigua e importante Iglesia de Asolo», dijo en su mensaje a Asolo reproducido por el diario local.
Un título simbólico
Más allá de este gesto, Salaverry ejercerá su magisterio en Lima y aclaró lo siguiente:
«Los obispos deben tener siempre una porción del Pueblo de Dios que apacentar. Si son obispos residenciales les corresponde estar al servicio de la grey que se le asigna, pero si son titulares llevan el ‘título’ de una diócesis que ya no ejerce como tal. En muchas ocasiones se asigna a los titulares nombres de diócesis antiguas de las cuales ya no queda ni rastro».
No obstante, Asolo ya está en el corazón de este nuevo obispo y rápidamente ha agradecido la designación y también ha saludado al obispo de Treviso, Michele Tomasi.
El propio Salaverry recordó que en una oportunidad estuvo cerca de Asolo cuando fue hospedado en la casa de un amigo veneciano. Hasta manifestó su deseo de viajar próximamente para conocer y lugar y rezar desde la catedral “por la ciudad y por todo el pueblo”.
De esta manera, a través de esta designación, dos pueblos bastantes lejanos quedan unidos de manera especial, un bonito gesto de fraternidad en tiempos de tanta división y “distanciamiento social”.
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