El primer gesto del Papa en Irak no es una casualidad: La visita de la Catedral Sirio-Católica de Nuestra Señora de la Salvación en Bagdad. El papa Francisco tendrá el primer encuentro con los cristianos de Irak en la Catedral Sirio-Católica de Nuestra Señora de la Salvación en Bagdad; el viernes, 5 de marzo, en la tarde. No es una casualidad. Se trata de un lugar símbolo de la “Iglesia mártirizada” de Irak y donde se derramó “sangre” de niños y familias inocentes.
La catedral de Sayidat al-Nejat (Nuestra Señora de la Salvación), sede de la Archieparquía, es una de las mayores iglesias de la ciudad. Ha sido el objetivo de dos atentados terroristas, uno de los cuales, el 31 de octubre de 2010, perpetrado por el autodenominado Estado Islámico. Además, en ese ataque murieron 48 cristianos -entre ellos dos sacerdotes- y unas 70 personas resultaron heridas.
48 mártires cristianos de Irak
La Catedral ha sido escenario “del martirio perfecto”, dijo a Aleteia el sacerdote Luis F. Escalante, quien es el postulador de la causa – en fase romana – de los 48 mártires iraquíes masacrados en ese lugar y otras dos causas, como veremos más adelante.
Ellos “se encontraban en la Santa Misa dominical, durante la homilía y no pudieron tomar la comunión, terminaron esa eucaristía en el cielo; todos mueren en la Catedral, ninguno en el hospital. Ellos fueron la sangre del Cordero”, dijo a Aleteia padre Escalante.
Los dos sacerdotes asesinados, “el padre Thaer Abdal y el padre Wassim Kas Boutros”, fueron enterrados en la cripta de la Catedral, donde el Papa rezará y pondrá un ramo de flores delante al Tabernáculo el viernes, ellos estaban en el “banquete de Cristo”, junto a “46 hermanos en la fe”.
“La Catedral ha sido el altar de sangre de familias enteras, muy jóvenes, padres de todas las edades, y también niños: uno, Adam, de sólo tres años, un bebé de tres meses y un bebé aún en el vientre de su madre, que también murió en el ataque”, contó padre Escalante.
El postulador lamentó que se perdió una oportunidad única con el viaje apostólico a Irak para finalmente escribir en el martirologio los nombres de los 48 santos mártires iraquíes. “La Santa Sede no tuvo algún interés en agilizar la causa”, opinó.
El martirio de los 48 siervos de Dios tuvo lugar, como se ha dicho, el 31 de octubre de 2010. Había 150 personas en la iglesia, entre sacerdotes, diáconos, coro y fieles. Un comando de cinco milicianos irrumpió y tomó como rehenes a todos los presentes. Algunos fieles lograron escapar, escondiéndose en la sacristía. A los demás los hicieron tumbarse en el suelo y luego los masacraron con granadas de mano y balas. Fue el ataque más sangriento contra los cristianos en Irak desde la caída de Saddam Hussein.
De esta manera, el P. Luis Escalante nos informó también del estado de las tres causas de beatificación de mártires iraquíes y que están en la fase romana desde el año 2019.
Padre Ganni
Entonces, el segundo proceso es el del padre Ragheed Aziz Ganni y tres subdiáconos de Mosul, “bárbaramente asesinados luego de la Misa dominical en junio de 2007”.
El sacerdote iraquí, nacido en 1972 en Karemlash en la Llanura de Nínive, en 1996 se trasladó a Roma, donde asistió a la Pontificia Universidad de Santo Tomás de Aquino.
Terminados sus estudios en 2003 decidió regresar a Irak consciente de la situación dramática que iba a encontrar a causa de la guerra y de la persecución.
A pesar de las amenazas y los ataques repetidos contra la parroquia del Espíritu Santo en Mosul, el padre Ragheed siguió con valor su servicio pastoral hasta ser asesinado el 3 de junio de 2007. “Te dije que cerraras la Iglesia. ¿Por qué no lo hiciste?”, le preguntó uno de sus asesinos. “¿Cómo puedo cerrar la casa de Dios?”, respondió el padre Ragheed.
Entonces su asesino le disparó a quemarropa. Era domingo después de Pentecostés.
La causa de beatificación de padre Ragheed, sigue adelante junto con la de los tres subdiáconos asesinados con él: Basman Yousef Daud (primo de padre Ganni), Gassan Isam Bidawed (quien se vistió como si fuera a un matrimonio el día de su martirio) y Wahid Hanna Isho.
Los tres diáconos acompañaban al padre Ganni debido a las crecientes amenazas contra él por parte de los militantes yihadistas.
“Los asaltantes dispararon a Wahid y a su esposa, y abatieron a los cuatro a sangre fría. Wahid puso su cuerpo de escudo para protegerla. Ella estaba manchada de la sangre de su marido, desmayada, pero no le pasó nada. Los atacantes pensaron que estaba muerta.
En cambio, Dios quiso que ella fuera el testigo ocular del martirio de su esposo. De hecho, su testimonio ha sido clave para la causa de estos mártires. Ese testimonio fue importantísimo”, reiteró el padre Escalante, quien ha viajado a Irak varias veces para instruir la causa.
Luego colocaron coches cargados de explosivos alrededor de sus cuerpos para que nadie se atreviera a acercarse a ellos. Sólo a última hora de la tarde la policía de Mosul consiguió desactivar los artefactos y recoger los cadáveres. La Iglesia caldea los lloró inmediatamente como mártires.
Sor Cecilia Moshi Hanna
El tercer proceso en fase romana es el de Sor Cecilia Moshi Hanna, 71 años, virgen y mártir, ex superiora general de las Hermanas Hijas del Sagrado Corazón, “casi decapitada” en agosto de 2002. La muerte violenta de la religiosa fue considerada una pérdida para el país; las autoridades judiciales en Bagdad, bajo la autoridad de Saddam Hussein, condenaron a los asesinos.
Las tres causas antes mencionadas están en la fase romana y, por ende, a disposición de la Santa Sede. “El problema, una vez los documentos llegaron a Roma, es que el interés por los mártires iraquíes se perdió en el camino”, opinó. “Las tres causas todavía están selladas”. El sacerdote Luis F. Escalante se quejó del programa del viaje apostólico que ha dado “la prioridad al encuentro con Al-Sistani y las relaciones con el Islam chiita y no, como esperaba, a la causa de los mártires iraquíes”.