Conoce las 6 capacidades o “soft skills” que buscan más que nunca los reclutadores de hoy. Será una vía eficaz de encontrar trabajo.
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Una cosa que es segura en este momento. La pandemia está cambiando y remodelando nuestro entorno laboral rápidamente. Por lo tanto, es necesario posicionarse y prepararse lo mejor posible. Invertir en desarrollar habilidades blandas clave puede sentar las bases del éxito de una organización o de una entrevista de trabajo.
Sabemos que el COVID-19 ha cambiado, de un día para otro, la forma en que vivimos y trabajamos. Lo que no conocemos es cómo evolucionarán las crisis económicas y de salud subsiguientes, y qué cambios de mentalidad surgirán.
Incluso antes de la pandemia, la revolución tecnológica, las preferencias de los consumidores y los modelos comerciales estaban afectando a la fuerza laboral mundial. El virus ha acelerado e intensificado esa situación de cambio. También está obligando a los líderes a reinventar las estrategias y los modelos comerciales.
De hecho, ya en 2017, un análisis del McKinsey Global Institute estimó que el 14% de la fuerza laboral mundial deberá volver a capacitarse por completo. El 40% necesitará una reconversión parcial para continuar con sus ocupaciones actuales. Los líderes corporativos encuestados por la consultora indicaron que la necesidad era urgente. Hasta el 70% de los ejecutivos de EE. UU. y Europa hablaron sobre necesidades importantes de reciclaje para 2020.
Hacia dónde vamos
El Informe de aprendizaje en el lugar de trabajo 2020 de LinkedIn lo respalda. El 99% de los responsables de formación de las empresas creen que, si las brechas de habilidades no se cierran en el plazo de 3 a 5 años, la experiencia y la satisfacción del cliente se verán afectadas, así como el desarrollo y la entrega de productos y la capacidad de innovar, lo que da como resultado una erosión del crecimiento.
Este informe señala que el 57% de los responsables de recursos humanos se centrarán en las habilidades de liderazgo y gestión, el 42% en la resolución creativa de problemas, las habilidades de pensamiento y de diseño, y el 40% en las habilidades de comunicación.
Estas habilidades blandas o soft skills tienen un enfoque cristiano que no se debería infravalorar.
Lecciones del Evangelio
En Mateo 7, 1-4, el Señor nos recuerda que no debemos juzgar. Esta virtud es indispensable en el trabajo en equipo. De igual forma, “amad a vuestros enemigos, haced el bien y prestad sin esperar nada” tiene que ver con saber relacionarnos con los compañeros de trabajo, con la capacidad de escuchar y de servir a los demás. “Así, pues, todo lo que deseáis que los demás hagan con vosotros, hacedlo vosotros con ellos; pues esta es la Ley y los Profetas.” (Mateo 4, 12)
El Evangelio (Lucas 36) insiste en que debemos ser misericordiosos como nuestro Padre. “Perdonad, y seréis perdonados; dad, y se os dará: os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante, pues con la medida con que midiereis se os medirá a vosotros» (Lucas 6, 35). Es la magnanimidad que todo cristiano puede ejercer en su puesto de trabajo. Se trata de tener una visión sobrenatural en cualquier ámbito de la vida.
“Así que, traten a los demás como les gustaría que los trataran a ustedes. Ese es el verdadero significado de la ley y de la enseñanza de los profetas” (Mateo 7:12).
El trabajo siempre será clave en el desarrollo humano
Cuenta el Papa Francisco en Fratelli Tutti que, en una sociedad realmente desarrollada, el trabajo es una dimensión irrenunciable de la vida social. No solo es un modo de ganarse el pan, permite el crecimiento personal, “establecer relaciones sanas, es una expresión de sí mismo, para compartir dones, para sentirse corresponsable en el perfeccionamiento del mundo, y en definitiva para vivir como pueblo”. (FT 162). “De todos se puede aprender algo, nadie es inservible, nadie es prescindible. Para nosotros ese manantial de dignidad humana y fraternidad está en el Evangelio de Jesucristo, del cual surge la comunión universal… Concede a los cristianos que vivamos el Evangelio y podamos reconocer a Cristo en cada ser humano”.
Como cristianos debemos llevar a la práctica ese amor al hermano, también en el trabajo, lugar de santificación.
Las empresas empiezan a valorar estas virtudes más que la acumulación de títulos, sobre todo en la era del COVID-19. Puedes verlas en la siguiente galería fotográfica:
Algunas de estas habilidades más buscadas por los reclutadores son:
La adaptabilidad y resiliencia.
Los empleados utilizan las nuevas experiencias de la pandemia como fuente de aprendizaje. Necesitan apoyo para desarrollar la confianza en sí mismos y la autosuficiencia. Otras áreas para reforzar la resiliencia incluyen el desarrollo de la capacidad para administrar el tiempo, las fechas de entrega y el propio bienestar emocional.
La capacidad de aceptar y adaptarse al cambio es vital porque, nos guste o no, el cambio será algo recurrente en nuestras vidas. Los empleadores buscan cada vez más personas que puedan salir de su zona de confort, aptas para ver el cambio como una oportunidad de crecimiento e innovación. Quien se abandona en Dios, puede actuar de este modo en el trabajo.
Durante la pandemia, ha sido y es frecuente enfrentarse y superar nuevas adversidades y desafíos no previstos. Por lo tanto, a pesar de que esto puede resultar difícil e incómodo en ocasiones, es fundamental impulsar el desarrollo de la adaptabilidad y la capacidad para lidiar con el cambio.
Inteligencia emocional.
Se puede revisar nuestro nivel de inteligencia emocional a través de cuatro preguntas: ¿Puedes detectar emociones negativas en los demás? ¿Aprovechas las emociones positivas? ¿Escuchas a las personas? ¿Te das cuenta del impacto de tu propia emoción? Es la forma en que se focaliza la vida cristiana. Cuando se pone el foco en uno mismo, se es incapaz de desarrollar la inteligencia emocional; si el foco se pone en los demás, en amar al prójimo, se estará más cerca de ser sensible a la comunicación no verbal del colega, a escucharlo y entenderlo.
La inteligencia emocional es vital para lidiar con éxito en estos escenarios pandémicos. La paciencia o la caridad, son virtudes valoradas en el entorno laboral.
No solo protege a medida que se acercan momentos difíciles o potencialmente estresantes. También nos colocan en una buena posición para convertirnos en un empleado de alto rendimiento en nuestro actual trabajo y en los futuros.
Comunicación eficaz.
Está muy bien aprender algo nuevo todos los días y pensar en soluciones inteligentes para los desafíos. Pero estas habilidades sociales se pierden si no sabemos comunicarlas y demostrarlas a otros con éxito, como un empleador potencial en una entrevista de trabajo.
Por ejemplo, decir que sabes adaptarte al cambio no es suficiente. Es necesario emplear las dotes de comunicación para ilustrar cómo se es de adaptable, quizás proporcionando ejemplos. Después de todo, los empleadores favorecen a los solicitantes de empleo que poseen habilidades de comunicación excepcionales.
La buena comunicación es el secreto para relacionarse
También vale la pena reconocer que la comunicación ha cambiado sustancialmente. Sobre todo, si comparamos con las conversaciones e interacciones que tuvimos con colegas y partes interesadas en el mundo anterior a la crisis.
Las fuertes habilidades interpersonales y de comunicación solo se volverán más importantes a medida que aprendamos y nos adaptemos a construir y mantener relaciones. En definitiva, a tender puentes y construir juntos.
Las videollamadas, las conferencias virtuales y las presentaciones online también requieren nuevos niveles de confianza en uno mismo. Es necesario realizar un plus de esfuerzo para la comunicación a través de plataformas online.
Resolución de problemas.
Con un mundo laboral que cambia rápidamente, surge la demanda de personas que sepan resolver los problemas de manera eficiente y efectiva.
Para ello, es necesario mejorar la capacidad de resolución de problemas.
Creatividad.
Asimismo, en la próxima era del trabajo, es importante la creatividad. Durante estos tiempos turbulentos e impredecibles, el ajuste de presupuestos tendrá muy puesto el foco en los costes.
Los empleadores buscan profesionales que puedan aportar ideas y soluciones creativas para garantizar que se cumplan los plazos y se logren los resultados, a pesar de los recursos limitados o tal vez escasos.
¿Cómo comenzar a ser más creativo e innovador? Podemos:
- Cambiar de espacio. Muchas personas tienen sus mejores ideas cuando están haciendo algo que no tiene nada que ver con el trabajo, como pasear a su perro.
- Ser curioso. Ayuda a adoptar nuevas perspectivas sobre un problema preguntándonos: “¿Qué haría mi referente?”, “¿Qué pasaría si tuviera más tiempo o recursos ilimitados?” o “¿Qué pasaría si tuviera que encontrar una solución hoy?”.
- Crear un ambiente positivo. Si se trabaja con un equipo en un proyecto desafiante, primero se puede charlar o hacer algo positivo.
La creatividad se convertirá en esencial para la resolución de problemas, la elaboración de estrategias y la generación de ideas que impulsarán a las empresas.
Trabajo en equipo.
Al igual que el liderazgo, el buen trabajo en equipo implica una combinación de otras habilidades sociales y virtudes cristianas. La prudencia, la justicia, la templanza, la humildad y la caridad son algunas de ellas.
Trabajar en equipo con una finalidad común precisa la sensibilidad y la agudeza entre los compañeros para identificar cuándo exponer ideas y cuándo escuchar.
Los buenos jugadores de equipo son perceptivos y receptivos a las necesidades y responsabilidades de los demás.
Escuchar, no solo para poder contestar, sino para comprender lo que la otra persona quiere decir, suspendiendo juicios o interpretaciones personales. Además, es importante aprender a prestar atención al lenguaje no verbal y evaluar el mensaje como un todo.
Habilidades en grupo
Gestionarse a sí mismo y a los demás en un equipo no solo significa evitar el enfrentamiento, sino desarrollar reacciones y relaciones constructivas entre los miembros. Especialmente, los líderes de grupo están llamados a modular su estilo comunicativo y dominar el arte del discurso motivacional, herramienta indispensable para estimular y concienciar al grupo.
A pesar del compromiso y la profesionalidad, es muy probable que los distintos sujetos involucrados, en más de una ocasión, estén en desacuerdo. Las habilidades blandas son importantes para abordar el conflicto de la manera más constructiva posible. Saber llegar a un acuerdo para trabajar mejor juntos.
Es primordial la buena actitud para colaborar en un proyecto, posponiendo los intereses individuales a los del equipo y forjar relaciones de confianza entre los colegas.
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