La Iglesia venezolana sabe lo que es perder a sus miembros a consecuencia de la COVID-19. Para la Semana Santa asume continuar con las medidas preventivas desde la realidad de cada diócesis, pero exige al gobierno de Maduro “la mayor colaboración posible”
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Una reunión formal y directa entre representantes de la iglesia venezolana y el gobierno de Nicolás Maduro, al menos de cara a los medios, no ocurría desde hace tres años. Este 15 de marzo terminó esa “cuarentena” tan hostil como la COVID 19. Dos objetivos los acercaron: hablar de la Semana Santa y visualizar cómo será la futura beatificación del Doctor José Gregorio Hernández. Ambos eventos ocurrirán en medio de la pandemia.
La Semana Santa es la más inmediata. Por ser la segunda consecutiva que se da en pandemia amerita cierta urgencia entre las partes. El año pasado, desde el 13 de marzo, el gobierno de Venezuela declaró el “Estado de Alarma” en prevención de la COVID-19.
Para esa fecha, el coronavirus ya era una realidad en el mundo, especialmente en Europa y Estados Unidos. Apenas comenzaba en Latinoamérica. Entonces se dijo que dos personas llegadas desde Europa: una mujer de 41 años; y un hombre de 52, eran los primeros casos positivos de coronavirus en Venezuela.
El Gobierno debe cuidar a la población
“Estamos empezando una cuarentena colectiva, una cuarentena social”, dijo Nicolás Maduro al anunciar las medidas. Se suspendía así “cualquier tipo de evento de aforo público o que suponga la aglomeración de personas”, según dice el decreto. Por supuesto, ello incluía las ceremonias religiosas, la Cuaresma y Semana Santa.
De modo que este 15 de marzo de 2021, a un año de la pandemia, monseñor José Trinidad Fernández, secretario general de la CEV, y otros obispos, en reunión con Carmen Meléndez, ministra de relaciones interiores del gobierno de Maduro, decidieron “revisar las indicaciones” para “la celebración de la Semana Santa en Venezuela”.
De acuerdo con la información obtenida por Aleteia, la CEV ratificó el conjunto de medidas tomadas en el año 2020, pero manifiesta ante la representante del gobierno gubernamental, “la preocupación de la Iglesia en Venezuela por el cuidado del pueblo de Dios ante la pandemia que se vive en el país en la actualidad”.
Cada obispo asume la realidad en su diócesis, “de acuerdo a las situaciones en las que se encuentre la jurisdicción eclesiástica”. Pero la CEV pide “la mayor colaboración posible de las autoridades (…) que permita la óptima celebración de los días santos”.
Entre las sugerencias dadas a conocer, la CEV precisa tener “en cuenta las directrices que se emanaron el pasado año 2020, adaptándolas a las nuevas situaciones actuales”.
Las medidas anti COVID de la iglesia
Visto desde el lado de la Iglesia, a las puertas de la Cuaresma del año 2020, la decisión se convirtió en “un duro golpe” para las actividades religiosas en ese “primer año de la pandemia y, sin embargo, se cumplieron a cabalidad”, se conoció de la reunión.
Ese año las medidas preventivas por parte del Episcopado Venezolano, no se dejaron esperar una vez que el gobierno anunció la implementación del “Estado de alarma”. El mismo 13 de marzo, a través del comunicado los obispos difundieron las “Medidas preventivas en el ámbito eclesial ante la presencia del coronavirus (covid-19)”.
“Evitar el contacto físico en todos los espacios y celebraciones eclesiales”, se convirtió en una de las restricciones acogidas con prontitud y de buenas maneras en los templos.
“Conscientes de la forma como se propaga el virus, persona a persona, se pide diferir los encuentros masivos, asambleas, reuniones religiosas o formativas, los actos de piedad y devoción, hasta que haya pasado el peligro de contagio y las autoridades sanitarias lo indiquen”, refería el comunicado de la CEV.
Guardar distanciamiento social entre los feligreses en aquellos lugares donde se realicen ceremonias; y restringir el aforo de los templos, se convirtieron en las medidas más practicadas. También se propuso a los sacerdotes entregar la comunión en la mano; confesar previo uso de gel antibacterial y tapabocas; transmitir las misas de forma virtual a través de las redes sociales y demás medios de comunicación; y suspender las procesiones contempladas durante la Semana Santa para evitar las aglomeraciones.
La postura del Gobierno de Maduro
Durante el encuentro, la ministra Meléndez insistió en la importancia de mantener la colaboración mutua para contrarrestar la situación de pandemia, precisa la información recibida por Aleteia. “Manifestamos nuestro apoyo al 100% de lo que se necesite, de manera que podamos actuar responsablemente en Semana Santa”, afirmó Meléndez.
Indicó que el cerco sanitario será para la protección de los estados mencionados según la información proporcionada por el ejecutivo nacional, de manera que la variante del coronavirus mucho más agresiva, no se propague. “Semana Santa es un tiempo donde la gente va a la Iglesia y los lugares de esparcimiento, pero debemos restringirlos por seguridad, ser conscientes y responsables, aun permitiendo la flexibilización”, añade.
Explicó que recientemente, Nicolás Maduro anunció la aparición de una “cepa brasileña”, ante lo cual ordenó elevar la protección ante esta variante del Covid-19, porque se registraron casos en el Distrito Capital y los estados Miranda y Bolívar.
José Gregorio Hernández motivo de encuentro
Aunque no hay fecha confirmada públicamente, hasta el regreso a Venezuela desde Europa del cardenal Baltazar Enrique Porras, se espera que la ceremonia de beatificación del Médico de los pobres ocurra a finales de abril (posiblemente el 30) o mediados de mayo. En pandemia.
De modo, que este punto estuvo en la agenda del encuentro del 15 de marzo. La ministra Meléndez expresó que están “dispuestos a colaborar con este gran acontecimiento”. Entretanto, monseñor Tulio Ramírez, obispo de Guarenas y vice postulador de la causa de José Gregorio Hernández, celebró el entusiasmo de parte del gobierno.
“José Gregorio Hernández es un aliento de vida en medio de tantas circunstancias difíciles”, dijo el obispo de Guarenas. Por su parte, monseñor Fernández, resaltó que “la beatificación es un momento de encuentro para todos los venezolanos”.
Luego Carmen Meléndez, agradeció por la receptividad de los representantes de la CEV a través de las redes sociales. “Nos une especialmente la responsabilidad de preservar la salud del pueblo de fe, tanto en Semana Santa como en la ceremonia de beatificación del Médico de los Pobres ¡Dios con nosotros!”, escribió.
Visto así, con la Semana Santa y la pronta beatificación del Doctor José Gregorio Hernández, ambas actividades en medio de la pandemia, pudieran ser momentos de tregua para que los venezolanos encuentren el rumbo de un país que nunca debieron perder.
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