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Se han encontrado unos fragmentos de 2000 años de antigüedad de los libros de Zacarías y de Nahum, del libro de los 12 profetas menores, durante unas excavaciones arqueológicas dirigidas por Israel en el desierto de Judea. Un descubrimiento histórico
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En el desierto que recorrió san Juan Bautista antes de venir a anunciar la llegada del Mesías y donde Jesús se refugió durante cuarenta días es donde este pergamino ha estado oculto por la sombra del olvido durante casi veinte siglos. En el desierto de Judea (Cisjordania), donde arqueólogos de la Autoridad de Antigüedades de Israel (AAI) realizan excavaciones arqueológicas para luchar contra el pillaje patrimonial, se han encontrado fragmentos de un manuscrito bíblico en una caverna en la falda de un acantilado, situado en la reserva natural de Nahar Hever. Para acceder al lugar, los arqueólogos han tenido que descolgarse con cuerdas haciendo rápel. ¡Unos esfuerzos que han dado fruto!
Extractos del Antiguo Testamento
Este descubrimiento, ciertamente histórico, recuerda el que tuvo lugar medio siglo antes, cuando los arqueólogos encontraron, en el mismo territorio, 900 fragmentos bíblicos conocidos hoy día con el nombre de Manuscritos del Mar Muerto. Se habían encontrado en varias grutas de Qumrán copias de entre el siglo III a. C. y el I d. C. En el hallazgo se encontraban numerosos extractos del Antiguo Testamento, ¡los más antiguos del mundo! Sin embargo, desde su descubrimiento, las cavidades rocosas del desierto de Judea se han convertido en objetivo de saqueadores de antigüedades, cosa que ha motivado el ahínco de los arqueólogos para proseguir con sus investigaciones y así evitar perder unas fuentes históricas tan valiosas.
Nuevos manuscritos
Y es que estos nuevos manuscritos enriquecerán, sin duda, el conocimiento sobre la historia de la Biblia. “Estos múltiples textos o fragmentos invitan a replantearnos lo que llamamos hoy en día la Biblia, en singular. Una vez más, parece que la Biblia fue elaborada progresivamente durante varios siglos de influencias literarias”, explicaba nuestro cronista Philippe-Emmanuel Krautter en un artículo dedicado a los Manuscritos del Mar Muerto. Los nuevos manuscritos encontrados resultan, pues, de una importancia capital para comprender la elaboración de los textos bíblicos a lo largo de los siglos.
Pasajes del libro de los 12 profetas menores
Aunque los manuscritos están actualmente siendo objeto de análisis, algunos extractos de pasajes bíblicos ya han podido ser identificados por los científicos. Se han descubierto extractos, redactados en griego, de los libros de Zacarías y de Nahum del libro de los 12 profetas menores. Entre ellos, el versículo 16 del capítulo 8 del Libro de Zacarías:
Esto es lo que deberán practicar: díganse mutuamente la verdad y dicten en sus puertas sentencias que restablezcan la paz.
Caverna de los horrores
Aunque este descubrimiento es excepcional, no es la primera vez que se encuentran fragmentos en esta cueva en particular. Bautizada “caverna de los horrores” debido a los numerosos esqueletos encontrados durante una antigua excavación, resultó que albergaba también manuscritos. Comparando los nuevos con los antiguos, los científicos han podido constatar un cambio textual inesperado. En vez de la palabra “puertas”, que se encuentra en todos los demás fragmentos, en esta ocasión aparece la palabra “calles”. “No sabemos explicarlo por completo todavía”, admite Oren Ableman, miembro de la Autoridad de Antigüedades de Israel.
Un raro descubrimiento
Sin ninguna duda, este descubrimiento rarísimo supondrá un hito en la Historia y atraerá la atención de muchos biblistas. “Podría permitir profundizar en la historia de la traducción en griego de la Biblia”, ha indicado Yosef Garfinkel, director del Instituto arqueológico de la Universidad Hebrea de Jerusalén. Más allá del análisis histórico y bíblico, también se plantea la cuestión de la protección de los textos en estas grutas perdidas en pleno desierto. Los arqueólogos piensan que las cavidades sirvieron de refugio a los judíos durante la Gran Revuelta contra el Imperio romano y la destrucción del Templo de Jerusalén en el año 70. Entre los objetos encontrados entre los fragmentos están el cuerpo de un niño momificado, algunas monedas y un antiguo canasto, el más antiguo del mundo hallado hasta ahora. Con sus 1.500 km2 de superficie, este desierto, que sirvió de refugio a los primeros profetas y a los reyes de Israel, aún oculta indudablemente muchos secretos.
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