Una misión arqueológica franco-noruega ha encontrado unos edificios cristianos en el desierto egipcio. Según los primeros resultados, se remontarían al siglo IV. Fue en esta época cuando vivieron los célebres Padres del desierto
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Los solitarios Padres del desierto, que buscaban en la calma del desierto el mejor medio para acercarse a Dios, eran unas figuras fascinantes. Estos hombres de la Antigüedad, auténticos ermitas, atraían a discípulos alrededor de ellos hasta formar a veces verdaderas comunidades monásticas. Las primeras de la cristiandad. En su forma institucionalizada, la práctica encuentra su origen en Egipto en el siglo IV, época en la que muchos cristianos se sintieron atraídos por los desiertos interminables.
Descubrimientos cristianos
Aunque es difícil imaginar su vida monacal, las excavaciones arqueológicas realizadas en Tal Ganoub Qasr Al-Ajouzen, en Egipto —citado en las fuentes antiguas— permiten suponerla. Y de hecho, una misión arqueológica franconoruega, en activo desde 2020, ha encontrado varios edificios cristianos que se remontarían al siglo IV. Una datación concluida a través de análisis de carbono, por muchos indicios, como fragmentos de cerámica, de vidrios y también algunas monedas encontradas en el lugar. Si esta datación resultara exacta, los vestigios encontrados harían de este lugar monástico cristiano el más antiguo de Egipto, pero también del mundo.
Entre los restos, se encuentran los vestigios de tres iglesias y de celdas de monjes que forman pequeños islotes en una superficie de 80 km2. Fueron cavadas en la roca basáltica y sus muros muestran pinturas y símbolos de connotación copta. En una de las iglesias, unas inscripciones religiosas en griego que indican muy claramente la naturaleza monacal de los lugares y la presencia de los monjes. Las inscripciones relatan los pasajes de Evagrio Póntico (345), monje que había vivido en el desierto de Nitria (Egipto) y conocido por haber teorizado el pensamiento ascético, y de Efrén de Siria, diácono y teólogo del siglo IV. Este último, apodado “el arpa del Santo Espíritu”, fue reconocido como doctor de la Iglesia en 1920 por el papa Benedicto XV.
Comunidades monacales
¿Los célebres Padres del desierto habrían habitado en estas celdas? Lo ignoramos, pero nada nos impide imaginarlo. El líder de la misión, Victor Ghica, valora que este descubrimiento permite comprender mejor “la disposición de las construcciones y la formación de las primeras comunidades monacales” en esta región egipcia.
Entre los Padres del desierto más famosos que han marcado la historia están Atanasio de Alejandría, auténtico “Faro de Oriente” para los coptos ortodoxos y ferviente defensor de la divinidad de Jesús. Gregorio de Nacianzo, gran teólogo, cuyas reliquias, presentes en Roma desde el siglo VIII, fueron restituidas en 2004 por el papa Juan Pablo II al patriarca Bartolomé I de Constantinopla como señal de reconciliación entre católicos y ortodoxos.
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