Hace casi siete años la localidad uruguaya de Dolores generó la atención a nivel internacional. En aquella oportunidad gracias a un tornado con vientos de más de 250 kilómetros por horas que ocasionaron grandes daños.
Aquel suceso del 15 de abril de 2016 permanece en la retina de los habitantes. Es que fue algo muy grande para esta pequeña localidad de poco más de 17.000 habitantes (censo 2011).
La Virgen, la patrona
Pero esta localidad a poco más de 290 kilómetros de la capital de Uruguay, Montevideo, guarda otras particularidades. Pues además de estar vinculada a uno de los poblados más antiguos del país como Villa Soriano, actualmente el departamento de Soriano, su nombre rinde homenaje a la Virgen de los Dolores.
Según algunas reseñas, reproducidas incluso en sitios turísticos (Turismo Soriano), los antecedentes del actual territorio de Dolores se encuentran por el año 1527 con la expedición de Sebastián Gaboto, piloto mayor del Reino de Castilla, quien pone nombre al río San Salvador y forma parte de la fundación del fortín que lleva el mismo nombre. En este caso, un sitio considerado el primer asentamiento fijo de los españoles en el territorio del Río de la Plata.
Un oratorio convertido en parroquia
Con el paso del tiempo, ya sobre las costas del denominado arroyo Espinillo se formó otro pequeño pueblo con el mismo nombre cerca de la pulpería de Manuel Ponte (o Manuel Sarambion). Se trataba de un lugar de paso para los hombres que habitaban las llanuras conocidos como gauchos. Pero también contaba con una pequeña casa de oración (oratorio) con la imagen de Nuestra Señora de los Dolores. Dicho lugar, ya en 1774, sería convertido en parroquia.
La falta de agua y madera, que obligaba a conseguir recursos desde zonas alejadas, provocó que la población tuviera algunos períodos de mudanza. Todo hasta encontrar lugar definitivo a orillas del río San Salvador. En la reseña mencionada se recuerda incluso que aquella caravana (en 1801) era presidida por una carreta con la Virgen de los Dolores, patrona del pueblo.
Iglesia Nuestra Señora de los Dolores
La actividad agrícola y comercio fluvial comenzó a darle desarrollo al pueblo, que en algún momento hasta estuvo cerca de convertirse en departamento (algo así como una provincia en otros países) separándose de Soriano. Pero eso nunca sucedió y la vida de Dolores siguió su curso de la mano de muchos inmigrantes que también fueron poblando diversos lugares, como sucedió en otros lados.
Actualmente, entre los sitios religiosos de mayor atractivo de la localidad se encuentra la propia Iglesia de Nuestra Señora de los Dolores. Un verdadero ejemplo de la influencia de la cultura española. Lo que al principio era una pequeña iglesia con el tiempo llegó a ser sustituido por un nuevo templo. Aún es posible visualizar ladrillos rojizos de la época.
Por último, como no podía ser de otra manera, en su interior una imagen de la Virgen de los Dolores que fue traída desde Buenos Aires, Argentina, en 1774 por el que fuera fundador de la capilla, el padre José Bonifacio Rudruello. El lugar fue declarado Patrimonio Histórico Nacional en 1976.
Virgen de los Dolores y Jacinto Vera
Más allá de esta localidad, el amor a la Virgen de los Dolores en Uruguay tiene también como fiel representante a quien fuera el primer obispo de Uruguay, monseñor Jacinto Vera (1813-1881), quien el 6 de mayo de 2023 será proclamado beato. La imagen que él veneraba se encuentra actualmente en una iglesia de la capital de Montevideo (Parroquia San Ignacio).
La Dolorosa era su invocación a María preferida. No en vano, aquella particularidad hasta se ha visto reflejada en su escudo episcopal. En el mismo figura el corazón de María traspasado por una espada, un jacinto y una palma. «Jacinto triunfará por María», es la traducción.