El ataque a la catedral de Makassar en la isla de Sulawesi (este de Indonesia) el domingo 28 de marzo habría sido mucho más trágico. Lo evitó la intervención de un valiente y humilde feligrés, Kosmas Balembang.
Dos atacantes suicidas, un hombre y una mujer, pertenecientes a la red terrorista Jamaah Ansharut Daulah (JAD), se inmolaron cuando intentaban ingresar a la catedral en una motocicleta.
La explosión se produjo en el exterior y no en el interior de la iglesia donde aún se encontraban la mayoría de los feligreses. Y si esto fue posible, y si dejó solo a veinte personas heridas, es gracias a Kosmas Balembang.
Este feligrés de 50 años, estaba a cargo de controlar el parking para que la celebración del Domingo de Ramos funcionara sin problemas, cuando vio a la pareja.
Sintiendo que algo andaba mal, se acercó a los dos y les impidió ir más lejos, lo que les obligó a detonar el explosivo en el exterior. Quemado por la explosión, fue hospitalizado a raíz de las heridas, pero su vida no corre peligro.
Para los católicos de Indonesia, la heroica acción de este hombre ha sido una gran inspiración. La agencia Ucanews recoge las declaraciones de Bonifacius Brillian Armando, jefe del Comité de Celebración de Pascua de la Catedral.
Según él, lo que le sucedió a Balembang fue una experiencia de fe para ellos para que todavía tienen el valor de acudir a los templos. "Su historia fortalece la creencia entre los católicos aquí de que Dios nos protegerá del mal", dijo.
El ministro indonesio de Asuntos Religiosos, Yaqut Cholil Qoumas, elogió su valentía y aseguró que sin su intervención "habría habido más víctimas". Por su parte, el jefe de la policía nacional, el general Listyo Sigit Prabowo, ofreció una beca al hijo de Balembang para que pudiera convertirse en policía.
El párroco también elogió la valentía y la rapidez de acción de Kosmas Balembang durante la Semana Santa.