De la mano de la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN) llega a México una pequeña muestra del gran legado litúrgico de Irak. Unos tesoros arrancados a la guerra y al terrorismo.
Se trata de objetos religiosos encontrados y rescatados de las iglesias en Mosul y en la llanura del Nínive en Telleskuf y Qaraqosh. El papa Francisco visitó recientemente estos lugares.
La muestra está compuesta por un cáliz, un crucifijo y un copón. AIN los lleva en peregrinación por todos los países.
Con ello muestra el martirio y la esperanza de los cristianos perseguidos en Irak y en todo el mundo”.
La idea es que estos tesoros litúrgicos se conviertan en un modo de compartir con las comunidades cristianas de Irak “símbolos de fe, esperanza y fidelidad hacia Cristo”.
Contrario a lo que podría pensarse, en realidad, los cristianos de Irak son una de las comunidades cristianas cuya presencia ininterrumpida es de las más antiguas del mundo.
El cristianismo llegó a la antigua Mesopotamia en el siglo I de nuestra era.
Esparcido a nivel mundial por la reciente visita del papa Francisco, el cristianismo iraquí es una historia fuerte de martirio y un testimonio de fe inquebrantable.
El cristianismo representaba apenas el 2% de la población total de Iraq.
Tras la caída del régimen de Sadam Husein, fue duramente atacado por la yihad islámica, al grado tal que la mitad de los cristianos tuvieron que huir.
En la actualidad, apenas representan el 1% de la población de este país.
“En el verano de 2014, el ISIS invadió Mosul y varios pueblos de la llanura de Nínive, en Irak. La mayoría cristiana de esta zona de Irak supuso el primer objetivo de los terroristas del Daesh”, comenta la nota difundida por AIN-México.
En 2017, el ejército de Irak y una coalición internacional liberaron Mosul y la llanura de Nínive. Entonces el mundo entero pudo conocer la devastación llevada a cabo por los terroristas.
AIN y organismos oficiales hicieron un recuento parcial (imposible que fuera total) de la devastación: más de 13.000 hogares y 363 construcciones de la Iglesia dañados por el Isis.
Y, mediante un acuerdo conjunto de la propia AIN, el papa Francisco, y las Iglesias Siria Ortodoxa y Católica Caldea y la Iglesia Católica, comenzó la labor de reconstrucción.
En la Navidad de 2018, pudieron regresar 30.824 cristianos a la Llanura de Nínive (un 35 por ciento de los que huyeron).
En la actualidad lo ha podido hacer ya el 67 por ciento de su población cristiana.
Pero también AIN pudo salvar algunos objetos religiosos invaluables. Esos tesoros “son itinerantes y tienen la finalidad de ir por el mundo proclamando la esperanza y la valentía de los que no renunciaron a Cristo, a pesar de ser perseguidos”
El cáliz lo rescató, entre los escombros del templo en el que se conservaba, un sacerdote, el Padre Salar, cristiano sirio–católico de Qaraqosh, en el norte de Irak, en la región de la Llanura de Nínive. Fue profanado durante la ocupación del Daesh.
El crucifijo fue rescatado de una de las iglesias en Qaraqosh, después de los bombardeos recurrentes en la zona.
El copón se encontró en una de las iglesias en Mosul, que es la segunda ciudad más grande de Irak.
“Este objeto litúrgico también es signo de los cristianos que permanecieron firmes en su fe y son ejemplo de fe, esperanza y perdón”.
Muchos de ellos encontraron la muerte a manos de los terroristas, una muerte que convierte a Mosul en semillero de nuevos cristianos.
Las diócesis y parroquias interesadas en que los tesoros litúrgicos visiten su comunidad pueden obtener información e inscribirse para ser testigos de esta “peregrinación” inusitada en: info@acn-mexico.org
Aquí algunas imágenes de la Iglesia mártir en Irak: