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“Feliz Día del Niño”. Aquí el nombre del sorteo impulsado por la Lotería nacional de Bolivia y que tuvo con ganadores a tres hermanos en la localidad tarijeña de Caraparí.
"Tengo tres hijos y para cada uno de ellos compré un billete, solo uno es el ganador, pero el momento en que me enteré que uno de los boletos era el premiado preferí entender que mis tres hijos son los ganadores, porque para un padre no existe diferencia entre los hijos”, dijo Daniel González en declaraciones recogidas por el diario local El Deber en base a un medio estatal.
Pero las palabras de este hombre, más allá de la anécdota del triunfo y la suerte luego de un juego de lotería, esconden algo más. Pues a lo largo que siguió ofreciendo su testimonio empezó a surgir que detrás de todo esto había una bonita historia de fe.
El mayor de los hermanos se llama Alexander y tiene 13 años. “Quiero ayudar a mis papás, porque ellos se han endeudado mucho por hacer construir cuartos de mi casa”, había dicho tras enterarse que el billete que su padre le había regalado por el Día del Niño, que se celebró este 12 de abril en Bolivia, había sido el ganador.
De ahí también se desprendió que el propio padre, a pesar de haber hecho el regalo, había perdido ilusión debido a que por años había participado de sorteos, loterías, incluso rifas en su iglesia, y nunca había ganado nada. Esto hizo que la trasmisión del sorteo eso día no la siguiera.
Sin embargo, la llamada de una mujer que había sido la vendedora de aquel billete logró cambiarles la jornada.
"Vi los tres billetes y confirmé el número premiado. No lo podía creer, junté a mi familia y les comuniqué que nos habíamos ganado Bs 30.000, que nos ganamos la lotería”, afirmó el padre, prosigue El Deber.
Pero a lo sucedido hasta aquí le falta una vuelta de tuerca más. Efectivamente, según se indicó en esa nota, tanto Daniel como su esposa rezaron mucho para poder pagar las deudas, algo que ahora será posible, por lo cual para ellos representa una verdadera “bendición” o “milagro”.
“Porque todo lo que se pide con el corazón y con mucha fe, se cumple”, concluyó.
En Bolivia, el Día del Niño se celebra cada 12 de abril desde el año 2013 gracias a un cambio en la legislación. Sin dudas, una gran oportunidad para visibilizar las problemáticas y demandas de un grupo no exento de vulnerabilidad.
En ese sentido, la propia Iglesia se sumó a la celebración con especial recuerdo a quienes están dentro de la catequesis de la primera comunión, monaguillos y misioneros, todos los que de alguna manera siguen alimentando su fe en tiempos de pandemia. Así lo recordó una nota publicada por el portal Iglesia Viva en base al testimonio del padre Henry Vallejo de la Parroquia San José en Sucre.
“Que Dios de infinita bondad derrame sobre todos ellos su bendición y nos unimos en oración por el fin de la violencia infantil en el país y en mundo”, expresó.
“Son generosos, saben perdonar, tienen confianza en las personas a las que aman, si los motivan son generosos, no les gustan las mentiras, sufren por la violencia y por la crueldad, son abiertos y saben ser buenos amigos, y, sobre todo, aman mucho a Dios y tratan de conocerlo más”, añadió.
Todas palabras que nada tienen que ver con un billete de lotería, pero que dicen mucho de la bendición especial que representan los niños para cada familia y la gran misión que tienen por delante padres y educadores para logar que sigan creciendo en fe y sabiduría, además de la protección necesaria ante tanta violencia y mal que pueden encontrar alrededor.
