Para ayudar a Aleteia a continuar su misión, haga una donación. De este modo, el futuro de Aleteia será también el suyo.
Ser ama de casa no se considera un trabajo porque no está remunerado. Lo mismo ocurre con la maternidad (lo más maravilloso del mundo), que condiciona a millones de mujeres y las obliga a hacer un parón en su vida laboral así como a renunciar -en muchos casos- al desarrollo pleno de su carrera profesional.
El tiempo que la madre pasa con su bebé, porque éste lo necesita, no altera en nada las capacidades profesionales de las madres. Más bien, todo lo contrario. Por eso, añadir en LinkedIn ser mamá no puede considerarse como una rémora, sino como algo que multiplica las capacidades de una mujer.
Las madres adquieren la capacidad de multiplicar su tiempo y pueden hacer cientos de cosas a la vez, empezando eso sí, por la más importante. Ser madre y dar vida y amor al nuevo ser que Dios nos ha regalado. El mayor regalo para el que nos ha elegido.
Estar la mayoría del tiempo con el bebé implica que en el poco tiempo restante las madres son capaces de hacer el resto de cosas de la casa: limpieza, orden, comida, compra… Y si tienen otros hijos: deberes, extraescolares y –sobre todo- prestarles la atención y el cariño que necesita cada hijo en cada una de las etapas de su vida. Ser madre ensanche el corazón, la mente, y multiplica la capacidad de la madre de forma directamente proporcional al número de hijos.
¿Qué empresa no reconocería y valoraría al empleado que mejor gestiona sus tiempo, que aprovecha cada minuto para sacar el mayor rendimiento posible en el menor tiempo? Las madres cultivan el don del amor, de la sensibilidad, la felicidad… y el mayor de ellos el de dar vida.
Dentro de una madre y también de una mujer que es ama de casa se esconden muchas profesiones. Se convierte en psicóloga para gestionar las emociones de los pequeños y de la familia en cada momento con el máximo cariño. Escucha, habla, comprende, ríe, llora, reprende, aprueba, anima, consuela…
También es una de las mejores gestoras o administradoras: tiempo, dinero para llevar la casa y el día a día, aprovechamiento de alimentos, ropa, espacios y recursos en general para mantener el orden, el equilibrio y la armonía en casa.
Y como no, es una gran economista. Calcula los ingresos y gastos para sacar adelante su casa y su familia… Todo al tiempo que se centra en su misión más importante: cuidar de los suyos.
Una labor que no acaba nunca, pero que al principio sí que exige un parón profesional…
Lo difícil viene después cuando tiene que incorporarse y las empresas deben valorarlo y no penalizarlo. Vislumbrar los beneficios que tiene esas personas que han decidido hacer un alto en su vida laboral para dedicarse a lo más importante y que ahora quieren volver a trabajo dependiendo de otro.
Este reconocimiento por parte de LinkedIn es una gran paso que además debería servir de llamada de atención a las empresas. Debería despertar en ellas la necesidad de facilitar esos cuidados incrementando la disponibilidad de trabajos a tiempo parcial de alta calidad que permita esa conciliación familiar y que hagan a las mujeres que se incorporan sentirse apoyadas y felices. Que no tuvieran que elegir entre familia y trabajo.
Un mensaje que sirve tanto para madres, amas de casa y padres que comparten esa paternidad y abandonan también un tiempo el mercado laboral presencial para ocuparse de sus hijos. Ellos realizan el mismo trabajo que la madre tuvo los primeros meses y que ahora comparten y reparten meses después.
¿No es esto un trabajo? ¿No es acaso el mejor trabajo aún sin estar remunerado?