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Hace un año, durante una oración, Eduardo Valdeblanquez dijo haber recibido un llamado de la Virgen María: salir a peregrinar con el Santo Rosario por todo el mundo. Así lo hizo y el pasado 21 de abril celebró haber llegado al Rosario número 365. Esto bajo la advocación de la Virgen de Chiquinquirá, patrona de Colombia.
“Lo primero que hice fue llamar a mi amigo Pedro Miguel Niño y decirle que íbamos a hacer un Rosario de la Virgen Peregrina. Con él y 65 personas más empezamos la oración que hemos hecho, sin interrupciones, todos los días del último año, en medio de la pandemia”, contó a Aleteia.
Iniciaron con una cuenta de Zoom prestada. Han ido creciendo hasta tener casi seis mil personas conectadas por las diferentes plataformas, entre ellas muchos sacerdotes y personalidades como el ciclista colombiano Nairo Quintana.
Se llama Peregrino porque reúne creyentes de diferentes ciudades colombianas. También lugares como Dubai, España, Estados Unidos y la mayoría de países suramericanos. Nunca están los mismos participantes conectados. Además organizan el Rosario de los Niños una vez al mes, para ir sembrando la fe en las nuevas generaciones.
También han organizado peregrinaciones presenciales en Colombia, con pequeños grupos. Lo hacen a la Basílica de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá. También a la Catedral de Sal de Zipaquirá y al pueblo de Armero, que fue sepultado por la erupción de un volcán en 1985.
“En los inicios de la pandemia teníamos miedo, mucha gente pensaba que se iba a morir y empezamos a tener un mayor acercamiento a Dios. En medio de esa difícil realidad, nuestro Santo Rosario se propagó rápidamente, congregando más y más personas cada noche y logrando muchos milagros a través de la intercesión de la Virgen María”, recuerda Eduardo.
A los tres meses de haber iniciado este apostolado, fueron llamados por el padre Javier Riveros, de la emisora Minuto de Dios, para ser el Rosario oficial de los domingos. También se fueron uniendo diferentes sacerdotes, entre ellos el franciscano colombiano conocido como fray Ñero, quien trabajó con habitantes de calle hasta fallecer recientemente por covid.
“De fray Ñero nos quedó la camándula que él utilizaba y la bendición que nos dio con su Cristo mutilado el día que estuvo con nosotros. Así como él, muchas monjitas, obispos y pastores de la iglesia nos han acompañado para dar una voz de aliento a quienes llegan con enfermedades y todo tipo de necesidades, con intenciones de suicidarse, sin trabajo y sin esperanzas”, explica el fundador del Rosario Peregrino de Colombia.
Muchos son los testimonios que han dado los participantes. Un gran número de ellos son personas sanadas del covid, como el ingeniero Diego Trujillo. En su caso perdió más del 50% de su capacidad pulmonar. Sucedió a finales del año pasado y al ser hospitalizado debió buscar apoyo para cuidar a sus hijos, quienes están a cargo de él.
“Pude ingresar mi celular mientras estuve en la clínica y solamente un día, que me sentí muy enfermo, no pude conectarme al Rosario. El día que oraron especialmente por mí sentí que el Señor hizo un milagro. Y me dijo: “Levántate, toma tu camilla y vete para tu casa”, así me dio la oportunidad de tener una vida nueva”, recuerda al tiempo que agradece por este milagro.
También María Ximena Campos da testimonio de lo que las oraciones de intercesión lograron en su salud a pesar de las condiciones médicas complejas previas al coronavirus. Por eso se vinculó al grupo de apoyo, porque tiene muchas razones para agradecer.
Por su parte, Germán Alarcón –con una historia clínica que incluye cirugía de corazón abierto– cuenta que cuando estaba aislado durante la hospitalización y después de que su familia lo puso en las intenciones del Rosario Peregrino. “Sentía la presencia de unas monjas y un padre que me estaban cuidando, no podía verles el rostro pero los sentía. A partir de allí empezó una evolución total”.
Y con gran emoción, la odontóloga Rosita Pino Sterling contó que, por una "diosidencia", el mismo día que lideró el Rosario Peregrino llegó a su casa una imagen de la Virgen María que peregrina por los hogares. Esto la llenó de gran gozo y fe. “Para la Gloria de Dios, los últimos exámenes médicos dieron como resultado que estoy libre del cáncer de colon que me venía afectando”, aseguró.
Todo esto reafirma a Eduardo Valdeblanquez en su apostolado, en el cual tiene el apoyo de su esposa y sus dos pequeñas hijas. Él, un visitador médico, está sin trabajo hace algunos meses pero asegura que está “trabajando para el mejor patrón, que es Dios. "Mi fe sigue firme porque debo ser un referente para las miles de personas que van llegando a este gran grupo de oración y por eso visito diariamente el Santísimo Sacramento y me protejo con los sacramentos".
Eduardo siempre ha hecho labor social. Durante varios años participó de la Pastoral Penitenciaria a través de Emaús, donde fortaleció su vocación de servicio a los demás. Hoy, su cita es todas las noches a las 7:45 hora colombiana, a través de Instagram, YouTube y Zoom, para orar en familia el Rosario que nació en su casa hace un año y continuará recorriendo el mundo y llevando el mensaje de la Virgen María.