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Un comentario poco feliz del presidente argentino, Alberto Fernández, que luego participó de una capacitación sobre el tema, puso de manifiesto las particularidades de las personas con discapacidades y sus familias y hogares durante la pandemia.
El mandatario se había referido a la dificultad de los niños con discapacidad para comprender el problema sanitario y para usar elementos de protección personal. También cómo exponían al personal docente que los asistía.
Muchos niños y familias salieron a responderle e incluso mostrarles su nivel de responsabilidad en los cuidados, incluso ante numerosas dificultades físicas. Y los grandes esfuerzos y sacrificios realizados durante los meses de mayores restricciones. Uno de ellos puso de manifiesto una necesidad que debe ser priorizada: la vacunación.
Iván tiene 21 años, es estudiante universitario, y padece una parálisis cerebral que le acarrea numerosas dificultades para su vida. Para comunicarse más fluidamente, depende de un sistema informático que manipula con sus ojos. Pero no por ello está menos informado y deja de expresar lo que piensa.
De hecho fue Iván quien advirtió a su mamá del revuelo por lo expresado por Fernández, y no al revés. Y emitió una carta abierta al presidente expresando su malestar. Incluso poniéndose a disposición de él para explicarle. También poniendo sobre el tapete que personas como él, pese a los riesgos que tienen, no están priorizados como grupos de riesgo en los planes de vacunación.
El CDS (Centers for Disease Control and Prevention) de Estados Unidos aclara que padecer una discapacidad no pone en mayor riesgo de por sí de contraer COVID. Lo que establece es que el riesgo se incrementa por los espacios en los que en muchos casos viven con otras personas que requieren similares cuidados. También por la necesidad de permanente contacto con distintos profesionales de la salud. Lo mismo por posibles dificultades en el uso de barbijos/mascarillas, de conservar la distancia prudencial o la higiene frecuente de manos.
Además, muchas personas con discapacidades padecen diabetes, cáncer, enfermedades cardíacas u obesidad, condiciones que en caso de contraer COVID pueden provocar un cuadro de mayor severidad. Y, aclara el CDS, el síndrome de Down puede incrementar el riesgo de enfermedad grave en caso de contraerse.
La lista, aclara el Centro, no está acabada, ya que la evidencia se sigue recolectando. Pero en todo caso aclara la importancia de que las personas con discapacidades reciban la vacuna cuando esté disponible, y en la recomendación que hace para Estados Unidos, los coloca entre los grupos prioritarios.
Como resalta la International Disability Alliance, organismo que se encuentra abogando por la priorización de las personas con discapacidades en los distintos planes de vacunación de los Estados, Suiza prioriza explícitamente la vacunación de las personas con síndrome de down.
La vacunación contra el COVID-19 avanza a distintos ritmos en distintos países. Cada Estado establece sus prioridades de acuerdo a las recomendaciones y particularidades de la Pandemia. En esa ardua tarea, pide la International Disability Alliance, junto con la International Disability and Development Consortium, Iván, y muchos más, las personas con discapacidad deben tener acceso prioritario.