Se acerca el día de la madre, y me han venido a la mente las muchas historias de madres valientes de quienes he tenido la suerte de hablar en estos años. Las que les propongo hoy son testimonios de mujeres que descubrieron que estaban enfermas durante el embarazo y, no solo rechazaron el aborto terapéutico, sino que eligieron posponer los tratamientos para proteger a sus bebés. Algunas pagaron con su vida su elección de amor, otras tuvieron la gracia de sanar.
Ella y su marido Enrico acogieron a su primera hija, Maria Grazia Letizia, a quien le habían diagnosticado una anencefalia, muriendo media hora después de nacer y haber recibido el bautismo.
El segundo hijo de Chiara y Enrico, Davide Giovanni, desgraciadamente muere poco después de nacer y haber recibido el bautismo. Se le diagnosticó una grave malformación visceral en la pelvis con la ausencia de los miembros inferiores. La pareja rechaza el aborto y acoge al pequeño acompañándolo con amor a su nacimiento en el Cielo inmediatamente después de haberlo conocido.
Su tercer hijo, Francesco, está completamente sano pero pocos días después de descubrir que está embarazada, Chiara se da cuenta de una lesión en la lengua y alimenta la sospecha, que se confirma más tarde: se trata de un tumor. Enfrenta una cirugía para extirparlo y luego elige posponer el tratamiento para proteger al hijo.
Francesco Petrillo nace el 30 de mayor de 2011. Finalmente, el 3 de junio Chiara enfrenta la segunda cirugía y empieza la quimioterapia y radioterapia. Desgraciadamente el tumor se ha extendido, y el 13 de junio de 2012 Chiara muere a los 28 años después de decirle a todos por última vez: los quiero mucho.
Silvia Pozzan, esposa de Andrea y mamá de Lorenzo, muere a los 36 años. Descubre que está embarazada del segundo hijo y rechaza valientemente la quimioterapia para cuidar la vida del bebé y llevar a buen fin su embarazo. Luego retoma la lucha, pero poco después muere abatida por una tumor en el hígado. (Il Giornale di Vicenza).
Massimiliano Ossini, contó en 2018 al Huffpost un acontecimiento personal doloroso, pero con final feliz, que no todos conocen. Su esposa Laura Gabrielli, después de los dos primeros embarazos se da cuenta que estaba perdiendo mucho peso y se somete a algunos análisis. Descubre así que está embarazada pero también que tiene un tumor en la tiroides, a causa del cual los primeros médicos que consulta le aconsejan el aborto. Pero Laura decide llevar adelante su embarazo de todas maneras, y tras haber consultado a un nuevo especialista, accede a que le extirpen la glándula solo en el cuarto mes, cuando el feto puede por sí solo proporcionar la producción de la hormona tiroidea. El bebé nace sano y solo después del parto Laura inicia la radioterapia.
“Los días con mi hijo han sido los más felices de mi vida". Estas son las palabras de Brianna Rawlings, de Sidney Australia, enferma de leucemia, pronunciadas antes de fallecer poco después de la muerte del pequeño Kyden, que vivió solo 12 días. Por él rechazó el aborto poniendo en grave riesgo su propia vida, y postergando de esta manera los tratamientos necesarios para tratar su tumor agresivo.
Consiglia Varriale descubre que tiene cáncer de mama en el tercer mes de embarazo de su segunda hija. Rechaza el aborto aconsejado por los médicos y pide asesoría en el Instituto Pascale de Nápoles que le propone un tratamiento personalizado que no comprometa el embarazo. Y así, Consiglia enfrenta la cirugía en pleno confinamiento y luego empieza la quimioterapia junto con su pequeña en el vientre. Aurora nace felizmente dando a su mamá la fuerza de seguir luchando.
Glory Obibo muere a los 29 años a causa de un tumor en el pecho después de tres meses del nacimiento de Greta, su bebé, por quien no dudó en rechazar el aborto. Para defender la salud de la bebé se sometió únicamente a una forma ligera de quimioterapia, consciente del grave riesgo que estaba corriendo.
Patrizia, 34 años, en el quinto mes de embarazo advierte un nódulo en el seno y es sometida a varias pruebas que conducen al temido veredicto: cáncer. Valientemente decide arriesgarse y pospone la cirugía para después del parto, y mientras tanto, se somete a cuatro ciclos de quimioterapia para contener el avance del tumor. Después del nacimiento de su bebé, Patrizia es operada y ha concluido felizmente el tratamiento de quimioterapia.