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Las 5 causas que generan crisis interna en el matrimonio

WALKA O ZWIĄZEK
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Conoce los factores que pueden hacer peligrar la relación amorosa de la pareja

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De alguna manera todos somos conscientes  de las circunstancias externas  que pueden afectar a una relación de pareja. Son circunstancias que no dependen de nosotros pero que si las conocemos nos pueden hacer afrontar una determinada situación, por complicada que ésta sea, de una manera constructiva.

Los que trabajamos con matrimonios que acuden a pedir ayuda para superar sus dificultades, somos testigos de cómo muchas veces esas dificultades vienen provocadas por cómo somos las personas  y cómo nos relacionamos con nosotros mismos  y con los demás, principalmente con nuestra pareja o familiares directos.

Ya lo dice el Papa Francisco en su exhortación apostólica Amoris Laetitia:

Si tuviéramos que enumerar cada una de esas causas llegaríamos a tantas como personas habitan la tierra, pues cada persona es un mundo. Y si a eso añadimos la unión de dos personas, cada matrimonio es un mundo por dos.

Así que voy a intentar enumerar de manera resumida cuáles son las causas o crisis internas que habitualmente  vemos en el Instituto Coincidir, cuando trabajamos con parejas o matrimonios en situación de dificultad  y que pueden influir a la hora de disfrutar de una relación sana.

1La falta de autoconocimiento.

En primer lugar, la falta de autoconocimiento como motivo que afecta directamente no sólo a la relación que uno tiene consigo mismo, sino a cómo se relaciona con los demás.

Si yo me conozco bien y soy consciente de mis virtudes y mis defectos lograré aceptarme y quererme como soy. De esta manera, podré conocer mejor a la persona que tengo a mi lado y aceptarlo como es. Nadie es más que nadie en una relación.

Así, tendrán una clara influencia los cambios de humor, que pueden provocar una nula comunicación o una comunicación inhibida, o cómo dependiendo de ese autoconcepto que tengamos de nosotros mismos nos manifestemos de una manera en nuestras casas y de otra con respecto a los demás.

También influirá  a la hora de relacionarnos con los nuestros, los celos, reflejo de una inseguridad, la pérdida del atractivo físico por el paso del tiempo, etc…

2La falta de autoestima.

Una relación mal vivida con nuestros padres en la niñez o en la adolescencia puede hacer que el proceso de maduración haya sido nulo, incompleto o tardío y desemboque en un egocentrismo,  que puede ser causa de muchas dificultades en la pareja  a la hora de comunicarse y de tomar decisiones.

Generalmente este tipo de personas tienen un estilo comunicativo inmaduro (agresivo o inhibido), generando en ocasiones conflictos en la pareja, unas veces a través de discusiones de difícil acuerdo y otras, desembocando en una nula relación provocada por un distanciamiento en la relación.

3El perfeccionismo.

El perfeccionismo que pretende que todo se haga de la manera que yo lo hago porque es la buena, es la única. De esta forma, sólo conseguiremos alejar a la otra persona de nosotros y de lo que hacemos, ya que no se motiva la intervención, porque nunca se va a alcanzar el grado de perfección que nosotros anhelamos y exigimos a los demás.

4La pérdida de confianza.

La pérdida de confianza, que puede venir provocada por situaciones con las que no contábamos y donde el engaño, la ocultación o el silencio de la persona que amamos hace que se disparen todas las alarmas. Eso unido a un autoconcepto bajo de mi persona o no creer en lo que tenemos entre manos, puede provocar que no confiemos en la persona que vive a nuestro lado.

5No saber poner límites.

El no saber poner límites, no decir No ante diferentes situaciones u obligaciones mal entendidas. No sólo en lo que tenga que ver con factores externos a la pareja, sino con nosotros mismos, generando una situación de desgaste a nivel personal que acaba repercutiendo en nuestra relación de pareja y por supuesto en nuestra relación familiar.

En definitiva, son heridas no sanadas, cuando por alguna circunstancia no hemos recibido el amor que necesitábamos o no hemos dado el amor que podíamos.

Este tipo de circunstancias nos descubren que la persona está hecha para el amor y de que necesitamos ese amor para crecer. Por ello, el acompañar a las personas a superar esas crisis internas, ayudando a cambiar la mirada:

Primero hacia ellos mismos, hacia su interior, para que vean a esa persona creada para ser lo que está llamada a ser en plenitud.

Y más adelante, acompañando para enseñar a mirar y ver más allá de lo que a simple vista tenemos delante, nos descubrirá no sólo lo que hay en nuestro corazón, sino en el corazón del otro, de nuestro esposo o de nuestra esposa.

Sólo así sabremos perdonar, primero perdonándonos a nosotros mismos, y después a nuestro acompañante de viaje y sólo así, fortaleceremos ese Nosotros que conforma el matrimonio.

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